En estos tiempos turbulentos, cuando la OTAN y Rusia no coinciden en sus estrategias para afrontar los desafíos globales, pocos recuerdan que la URSS, a lo largo de su historia, intentó en más de una ocasión ingresar en la OTAN y poner fin al enfrentamiento y la división del mundo en dos bloques opuestos.
La insólita propuesta soviética
En 1954, la URSS envió a los Gobiernos de EEUU, Francia y el Reino Unido una larga nota que contenía diversas propuestas.
El documento defendía que la formación de dos bloques beligerantes había sido una de las causas de la Segunda Guerra Mundial y destacaba la importancia de sustituir la confrontación por la cooperación entre los distintos países europeos para mantener y promover la paz. La idea fue planteada para evitar el desencadenamiento de una nueva guerra mundial.
El rechazo de Occidente
Sin embargo, tras valorar la propuesta, EEUU, el Reino Unido y Francia enviaron a la URSS una respuesta formal que decía que la propuesta soviética no se correspondía con los principios de la Alianza y que ninguno de los países miembros estaba dispuesto a desmantelar su propio sistema de defensa.
El pacto de Varsovia —un tratado que suscribieron la URSS y sus 'satélites' europeos— se firmó en 1955 y supuso la antítesis de la OTAN. El pacto, firmado como respuesta a la Alianza, tenía como objetivo fortalecer militarmente las fronteras de las naciones socialistas en caso de una posible guerra y acabó dividiendo definitivamente el mundo en dos polos opuestos.
Los fracasados intentos de reconciliación
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Tres años más tarde, en 1997, nació el Acta Fundacional OTAN-Rusia para profundizar la idea de una colaboración más estrecha con el fin de instaurar una paz duradera. Sin embargo, posteriormente la OTAN incorporó a 12 países de Europa del Este y comenzó a acercarse a las fronteras de Rusia enviando una señal clara de que no tenía intención de firmar ningún tipo de compromiso con el país eslavo.
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Cualquiera de estas iniciativas podría haber estabilizado la situación y aliviado las tensiones, pero al tal y como pasaba en la época soviética, actualmente se vive un retorno de la política de enfrentamiento, algo que hace pensar sobre si la paz duradera fue en algún momento un objetivo real de la Alianza militar.
La OTAN realiza maniobras y ejercicios militares cerca de las fronteras de Rusia y no pierde ni una ocasión para declarar que este país representa una amenaza para su seguridad. Sin embargo, surgen dudas sobre quién es el verdadero agresor, dado que la Alianza faltó a todas sus promesas sobre la no expansión a Europa del Este.
"Los representantes oficiales rusos aseguran que los mandatarios de EEUU y Alemania se comprometieron en 1990 a no expandir la OTAN a Europa Central y del Este, ni construir infraestructura militar en las fronteras rusas ni desplegar allí las tropas de manera permanente. Nunca se hizo semejante promesa. Resulta imposible confirmar las declaraciones rusas", asegura el diario Komsomolskaya Pravda citando el comunicado de la Alianza.
Tema: Relaciones Rusia-OTAN
El rotativo ruso ofrece una serie de pruebas que confirman que eso sí ocurrió.
1. Las promesas del entonces ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania, Hans-Dietrich Genscher, quedaron grabadas en vídeo el 31 de enero de 1990 en un canal televisivo alemán.
"Hemos acordado —con la Administración de la Unión Soviética— que la OTAN no ampliará su territorio hacia el este, declara nítidamente Genscher. ¡No habrá expansión de la OTAN a ningún lado!"
2. Además, si el servicio de prensa de la OTAN —que niega ahora las promesas— abriera su propio archivo digital, vería la transcripción del discurso del secretario general de la Alianza, Manfred Woerner, en Bruselas, el 17 de mayo de 1990, sugiere el artículo.
"El mero hecho de que estamos dispuestos a no desplegar tropas de la OTAN fuera del territorio de la República Federal de Alemania le brinda garantías directas de seguridad a la Unión Soviética", se citan las palabras de Woerner en la página web del bloque.
3. Los periodistas estadounidenses del diario The Los Angeles Times también estudiaron los archivos y descubrieron los apuntes que James Baker, secretario de Estado de EEUU, tomó durante las negociaciones con Gorbachov en 1990.
"La esfera de facultades de la OTAN no se moverá ni una pulgada hacia el Este", apuntó Baker.
4. Si todavía estas pruebas no bastan, el autor del artículo, el experto militar Víctor Baranets, recuerda que el libro del consejero especial de EEUU, Strobe Talbott, y del politólogo estadounidense, Michael Beschloss, incluye los protocolos de los acuerdos entre Gorbachov y los representantes del país norteamericano. Entre ellos, figuran los compromisos del exministro de Defensa de EEUU, Robert McNamara, de no ampliar la OTAN en dirección a Moscú.
Resulta que la presencia actual de la OTAN en territorio de los países bálticos, además de Polonia, Rumanía y Bulgaria viola todas las garantías y compromisos registrados en los protocolos, videoarchivos, documentos escritos a mano o digitales, concluye el autor.
Rusia lleva razón al afirmar que Estados Unidos incumplió su promesa sobre la expansión de la OTAN a Europa del Este, asegura Joshua R. Itzkowitz Shifrinson, experto norteamericano en seguridad internacional, en un artículo publicado en LA Times.
Occidente no para de culpar a Moscú de "acciones provocadoras", así como de asegurar que Rusia presenta una amenaza para Europa. Mientras tanto, el Kremlin "cuenta una historia totalmente diferente", señala el autor del texto.
Shifrinson explica que Rusia se ve obligada a reaccionar ante la promesa incumplida de EEUU de no expandir la OTAN a Europa oriental.
"[Los rusos] aseguran que EEUU faltó a su promesa de que la OTAN no se expandiría hacia Europa del Este, acordada durante las negociaciones de 1990 entre Occidente y la Unión Soviética acerca de la unificación alemana. Desde este punto de vista, Rusia se ve forzada a impedir la marcha de la OTAN hacia el este como una cuestión de autodefensa", prosigue.
"Occidente protestó rotundamente, negando que hubiese ningún acuerdo de este tipo. No obstante, cientos de memorandos, protocolos y transcripciones de archivos estadounidenses indican lo contrario", señala Shifrinson.
Estos documentos demuestran que las declaraciones sobre la "depredación" rusa no tienen fundamento, declara el experto.
Shifrinson recuerda que, en febrero de 1990, los líderes norteamericanos hicieron una propuesta a la Unión Soviética respecto a la unificación alemana.
Tema: Relaciones Rusia-OTAN
"De acuerdo con las transcripciones de las reuniones de Moscú del 9 de febrero, el entonces secretario de Estado, James Baker, sugirió que a cambio de la cooperación en Alemania, Estados Unidos podría dar 'garantías férreas' de que la OTAN no se expandiría 'ni una pulgada hacia el este'. Menos de una semana más tarde, el presidente soviético,Mijaíl Gorbachov, aceptó iniciar las conversaciones de reunificación".
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"Las grandes potencias rara vez se atan sus propias manos", continúa Shifrinson. Las autoridades estadounidenses pronto se dieron cuenta de que descartar la expansión de la OTAN iba contra sus intereses.
"Para marzo de 1990, los responsables de la Secretaría de Estado sugirieron a Baker que la OTAN podría ayudar a poner a Europa del Este en la órbita de EEUU. Para octubre, las autoridades estadounidenses ya estaban considerando cuándo 'dar la señal a las nuevas democracias de Europa oriental sobre la disponibilidad de la OTAN para considerar su futura adhesión'".
Según él, en este contexto, la reacción de Rusia ante la expansión de la OTAN es explicable.
"No es nada sorprendente que Rusia se indignara cuando a Polonia, Hungría, República Checa, los países bálticos y a otros países los empezaron a invitar a la OTAN desde mediados de los 90", enfatiza el experto.
Los hechos demuestran que el descontento del país eslavo tiene fundamento y que la política de EEUU contribuyó al crecimiento de las tensiones en Europa, concluye Shifrinson.
El vicecomandante de las fuerzas armadas de la OTAN en Europa, el general británico sir Adrian Bradshaw, advirtió la noche del viernes que el despliegue de tropas convencionales no será suficiente para hacer frente a "la obvia amenaza existencial" que representa Rusia.
El general Bradshaw hizo balance de los riesgos que afectan a la seguridad de Occidente en un discurso en la sede de la Royal United Services Institute (RUSI), instituto enfocado en cuestión de defensa, con sede en Londres.
De acuerdo con el alto mando de los aliados, la nueva fuerza de reacción rápida destinada a estacionarse en los países limítrofes con la Federación Rusa tiene por objetivo "convencer a Rusia, o a cualquier otro adversario, de que un ataque contra un miembro de la OTAN llevará inevitablemente a un conflicto con toda la alianza".
"Mientras la amenaza de Rusia, con su riesgo inherente de que un cálculo equivocado resulte en la deriva hacia un conflicto estratégico, por mucho que lo creamos imposible hoy día, representa una obvia amenaza existencial de todo nuestro ser, tenemos por supuesto las amenazas del Estado Islámico y otras inestabilidades que amenazan la seguridad de los que queremos", dijo el general británico, según recogió esta noche el diario The Guardian.
La época del fin de la Guerra Fría en 1989 no logró acabar con los desafíos para la seguridad, sino que ha generado más conflictos, afirmó el politólogo Richard Sakwa en su artículo para The Conversation.
La crisis y la posterior guerra civil en Ucrania de 2013 mostraron a Europa lo inestable de la paz establecida desde 1989.
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Siria es uno de los países que se ha convertido en una 'manzana de la discordia' para Rusia y EEUU, puesto que ambos países buscan influir en el destino del país.
Es uno de los lugares donde un hipotético conflicto armado puede empezar, pero existen tantos que "es imposible predecir dónde exactamente se desatará el enfrentamiento bélico", advirtió el experto.
Escaladas y militarización
Por un lado, EEUU empuja al aumento de la presencia militar de la OTAN en la frontera terrestre, marítima y aérea de Rusia. Este fortalecimiento intensifica las tensiones entre los dos países, afirmó el autor.
Moscú percibe la instalación del escudo antimisiles en Polonia y Rumanía como un intento de privarla de su capacidad de disuasión nuclear. Además, EEUU realiza abiertamente maniobras de sus buques de guerra a tan solo unas decenas de kilómetros de las bases navales rusas en el mar Báltico y el mar Negro.
Más información: DAM de EEUU en Europa
Rusia, que califica estos actos como hostiles, en respuesta advirtió de un posible despliegue de sus fuerzas nucleares en la región de Kaliningrado y en Crimea.
Además, el país está en las fases finales de prueba de sus propios sistemas antiaéreos S-500, capaces de destruir misiles balísticos intercontinentales estadounidenses, así como misiles de crucero hipersónicos.
Por otro lado, ciertos analistas militares reiteran que fue Rusia la que violó el consenso de posguerra fría con sus acciones en Ucrania —la reunificación con Crimea—, señaló el experto.
"Este tipo de fantasías son muy populares en la OTAN. Cabe recordar que tras el inicio de la crisis en Ucrania, el excomandante del mando europeo de la OTAN, Philip Breedlove, se convirtió en un experto en las 'eventuales invasiones rusas'", destacó Sakwa.
Las raíces del error
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La supuesta 'agresión rusa' que penetró en el lenguaje de los países occidentales se convirtió en el foco de preocupación de la OTAN. Sin embargo, nadie trató de entender las raíces de la actual situación.
"La crisis en Ucrania no surgió por sí sola", sugirió el experto, recordando el papel de los países occidentales en el desarrollo de los desacuerdos políticos en el país eslavo.
Sin embargo, la Alianza apuesta por "más de lo mismo": en la cumbre de la OTAN en Varsovia, prevista para julio de 2016, seguramente, los países del bloque confirmarán que tanto 'la amenaza rusa' como 'el aventurismo iraní', 'el expansionismo chino' y 'la inestabilidad de Medio Oriente' todas son amenazas para EEUU y sus aliados, vaticinó Sakwa.
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Según Richard Sakwa, no se puede prever cómo comenzará la guerra entre la OTAN y Rusia, o cómo va a ser. Sin embargo, seguramente será la última guerra de todas.
Así, es necesario que todas las partes reconozcan los errores del pasado para empezar un nuevo proceso de diálogo y compromisos. La política de sanciones permanentes y la retórica de violencia solo empeoran la presente situación, posibilitando que "un pequeño incidente saqué la situación fuera del control", concluyó el autor.
Los políticos y militares estadounidenses suelen denunciar el ‘belicismo’ ruso y llaman a más medidas de contención contra el país. Basta ponerse en el lugar del líder de Rusia para ver la hipocresía de estas afirmaciones, destaca el expolítico y comentarista estadounidense, Pat Buchanan.
Los recientes acercamientos de los aviones rusos al avión de reconocimiento y al buque de guerra estadounidenses en el Báltico transmiten un mensaje claro del presidente ruso, Vladímir Putin: "Mantengan sus aviones y buques a una distancia considerable de nosotros", escribe el expolítico en su página web oficial.
Los militares estadounidenses justifican el refuerzo de las tropas por "una gran cantidad de ejercicios sorpresa", organizados por Rusia cerca de la frontera, lo que es, a su juicio, "un comportamiento extremamente provocativo".
"Pero, ¿cómo puede ser que los ejercicios del Ejército ruso dentro de Rusia sean ‘provocativos' y el despliegue de tropas de EEUU en las fronteras de Rusia no lo sea?", se pregunta el expolítico.
El pretexto para el conflicto
La OTAN insiste en que sus aliados bálticos —Lituania, Letonia y Estonia— solicitaron oficialmente el apoyo de la Alianza ante una supuesta amenaza militar rusa, y EEUU, como su mayor contribuyente, decidió cuadruplicar su presupuesto europeo paraprepararse.
Durante la Guerra Fría, los países del Báltico formaban parte de la URSS, y ningún presidente estadounidense pensaba en tener una guerra para independizarlos, explica el expolítico.
"¿Cuándo obtuvieron tanta importancia para EEUU estos países hasta el punto de que el país considera desatar una guerra con Rusia por ellos?", pregunta el comentarista.
Bajo la perspectiva de Vladímir Putin
Para explicar la postura de Rusia —y de su mandatario—, basta ponerse en la piel de Vladímir Putin y ver la situación a través de sus ojos, propone Buchanan.
En 1986, la URSS era una superpotencia mundial, un rival directo de EEUU, que ocupaba territorios entre Afganistán y el Ártico y entre el río europeo Elba y las fronteras marítimas de Alaska.
Diez años después, el Ejército Rojo se retira de Europa mientras su país materno se destroza en 15 partes independientes. El estado pierde un tercio de su territorio y la mitad de su población.
El mar Negro, anteriormente considerado "un lago interior soviético", ahora está dividido entre una Ucrania prooccidental, una Georgia hostil y por Bulgaria y Rumanía, dos países inmediatamente incorporados a la OTAN.
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A día de hoy el mandatario ruso ve como EEUU busca introducir en la OTAN, la alianza persistentemente hostil hacia Rusia, a otras tres ex repúblicas soviéticas —Moldavia, Georgia y Ucrania—.
Las ‘revoluciones de colores', financiadas por el dinero estadounidense, socavaron toda la periferia de Rusia, buscando sacar del poder a cualquier gobierno amistoso hacia el país.
Al persuadir a Kiev de entrar en una unión económica liderada por Moscú, Putin vio el gobierno prorruso ucraniano derrumbado por un golpe de Estado apoyado por EEUU, ha añadido Buchanan.
Ponerse en el lugar del otro
"Rusia rechazó la mano de la amistad en favor de una ruta belicista", declaró el general Philip Breedlove, el comandante supremo de EEUU en Europa, citado por el columnista.
"Pero, ¿cómo se puede ver ‘una mano de amistad' en la marcha inexorable de la OTAN hacia el este?", escribe Buchanan.
Al ver México, Canadá, Cuba y la mayoría de Latinoamérica en una alianza militar dirigida contra el país y llenos de tropas rusas, ¿podría EEUU considerar el asunto como "una mano de amistad"? EEUU cosecha la comprensible ira y el rechazo del pueblo ruso tras aprovechar por completo la caída del imperio soviético.
Fue EEUU el que rechazó la mano de amistad de Rusia a favor de un "momento unipolar" y una "benevolente hegemonía mundial", escribe el analista.
"Si hay la segunda guerra fría, realmente, ¿fue Rusia que la desató?", concluye Buchanan.
TOMADO DE:http://mundo.sputniknews.com/
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