Jacobo Torres de León
La Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, representando a más de 25 millones de trabajadores viene advirtiendo a la Comunidad Internacional sobre el notorio retroceso de las instituciones democráticas en nuestros países y sobre le pretensión de destruir el modelo de integración económica y social del MERCOSUR, conquistado en más de dos décadas de luchas y presiones de los movimientos sociales y la clase obrera de nuestra región, que llevaron a los gobiernos a transformar la intención originalmente comercial en una iniciativa movida por el crecimiento económico en combinación con conceptos claves como el desarrollo sostenible, el empleo digno y el respeto a los derechos humanos y los valores democráticos
El Plan Cóndor de la década del 70 en el Cono Sur, hoy se renueva con otros bríos para convalidar los intereses de las grandes multinacionales y holdings económicos que aspiran a una nueva fase de acumulación y recomposición de sus cuantiosas ganancias, capital financiero y propiedad sobre nuestro territorio.
Hoy ya no requieren de fuerzas militares como entonces, sino que adquieren nuevos instrumentos como los grupos empresarios mediáticos y el poder judicial que persiguen a los líderes más destacados de nuestras latitudes que han trabajado en la última década para la redistribución de la renta, mejorar los niveles de igualdad y sobre todo, sacar a una gran parte de la población de los niveles de pauperismo más degradantes elevando su dignidad, su capacidad de consumo y calidad de vida.
La aprobación de la admisión del proceso de impeachement a Dilma Roussef, presidenta de Brasil, que quebrara la voluntad democrática del pueblo brasileño, constituye un paso más del objetivo que se ha instalado en la región para promover gobiernos de “CEO” adeptos al libre comercio y perpetuar la división internacional del trabajo que reserva para nuestra América Latina un papel subordinado y mero exportador de materias primas y commodities.
Las primeras medidas de política exterior de Brasil vilipendiando al MERCOSUR y promoviendo la celebración de acuerdos de libre comercio, postura que reiteró ante la Canciller y Presidente argentino, que se conjuga con la política secretista del gobierno de Macri para la firma de un TIFA con Estados Unidos y ahora completado con su presencia como “observador” en la cumbre de la Alianza Pacífico, reafirma los coqueteos de los gobiernos de la región para adherirse al Acuerdo Transpacífico y la solicitud de Uruguay de dotar de flexibilidad al MERCOSUR
En paralelo, la pretensión de Paraguay de cuestionar la transferencia de la Presidencia Pro Tempore a la República Bolivariana de Venezuela, expresada en la reciente reunión de los Órganos Socio Laborales, expresa una clara intención todavía medio encubierta, de debilitarlo, encendiendo las alertas sobre un golpe de estado en desarrollo contra la mismísima esencia de MERCOSUR, buscando en el mejor de los casos atenuar sus componentes sociolaborales y aperturar el libre mercado.
Somos conscientes y hemos denunciado desde su nacimiento, hace un cuarto de siglo que el MERCOSUR, pensado como un proceso de integración tenía demasiadas asignaturas pendientes para reducir las verdaderas asimetrías, para generar un mercado integrado y complementario, y construir un espacio geopolítico basado en la cooperación y el desarrollo con justicia social.
Sin embargo, hoy vemos como en base a estas deficiencias se busca destruir este proyecto de integración para suplantarlo con un modelo de libre comercio, extractivista y dependiente que solo traerá más miseria y desigualdad a nuestros pueblos.
Tal como lo afirmamos el primer día, el déficit de democracia, de redistribución y de desarrollo que hoy muestra el MERCOSUR, solo se soluciona con MÁS MERCOSUR.
Manifestamos ante nuestras base obreras y los movimientos sociales, nuestra inquebrantable decisión de derrotar los gobiernos reimplantadores del pasado neoliberal, lo que pasa por la permanente discusión que alerte de las terribles condiciones que se abatirían sobre nuestras condiciones de vida y que debe conducirnos a las permanente movilización de calle.
Ratificamos nuestro rechazo contundente al golpe de estado parlamentario en Brasil y nuestra voluntad a impulsar junto con nuestros hermanos brasileros la lucha hasta lograr el regreso de la compañera presidente Dilma Rouseff a su cargo de Presidenta Constitucional. Nuestra solidaridad plena con el pueblo y Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela en el enfrentamiento a la salvaje agresión económica de empleadores saboteadores de la producción que pretenden despojar a la población del acceso a los bienes de consumo diario.
Lucharemos por nuestro proyecto de integración y no aceptaremos proyectos de exclusión política, social y económica.
MERCOSUR, 8 de julio de 2016
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