NO ES POCA COSA LA QUE NOS ESTAMOS JUGANDO.
Jacobo Torres de León con Marvella Jimenez.
Estamos llegando a un punto de inflexión. Una encrucijada que definirá para los próximos tiempos el rumbo de la Revolución Bolivariana.
Comienzo por manifestar mi convicción plena de que la batalla política frente a la oposición la estamos ganando de calle. En la movilización, en el rearme político y moral de nuestra gente, en la espuria asamblea adeca, en las tribunas internacionales y en el corazón de la gente que a lo largo y ancho del planeta está a la expectativa de lo que pueda ocurrir en esta Venezuela irredenta.
La oposición fascista ha hecho lo inimaginable para derrocar al gobierno legítimo de nuestro presidente obrero Nicolás Maduro y con él borrar la memoria de nuestro legado y el inmenso amor del pueblo por el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías.
A falta de originalidad, sacan del baúl de los recuerdos el abominable neoliberalismo como panacea del futuro que ellos planean para este país volver al FMI, desalojar al mejor estilo español a los beneficiarios de la Misión Vivienda, medidas económicas neoliberales, flexibilidad laboral, cero salarios, cero derechos sociales y sindicales, y represión pareja a quien se oponga y a todo lo que huela a chavismo. Ya lo ha repetido el esperpento devenido en líder de la cloaca opositora que en un eventual gobierno de ellos si tarea principalísima consiste en desmantelar lo que por 15 años construimos bajo la guía de nuestro eterno líder, las misiones sociales, la inclusión social orgullo de nuestra Revolución Bolivariana y Chavista, y haber colocado a la Venezuela Revolucionaría digna y soberana en el concierto de las naciones
Hoy, el mundo entero reconoce en la República Bolivariana que otro mundo es posible y como reconocimiento a ese esfuerzo.
Por eso estoy convencido que hemos ganado la guerra política y avanzamos firmes hacia un nuevo rumbo.
Los últimos 3 años, el país ha sido sometido a un implacable asedio que, si bien se inició en los tiempos de Chávez ha recrudecido con Nicolás al frente de la nación.
La derecha fascista, en medio de una agresiva ofensiva imperialista, apostó todo a la ”salida” y, si bien ganó terreno con su circunstancial triunfo del 6D, ha dilapidado su capital político en apenas 6 meses hostigando al gobierno y sirviendo de fachada para los verdaderos enemigos encarnados en el imperio y si falange criolla compuesta por empresarios, paramilitares, traidores e infiltrados que han hecho más daño que una guerra convencional.
Y hemos tocado fondo, han querido llevar a nuestro pueblo al límite de su resistencia con el sistemático acaparamiento, especulación y escacez inducida, con violencia selectiva asesinando a sangre fría dirigentes queridos por el pueblo y vandalismo disfrazado de saqueo para agregar zozobra en la población sometida a una presión psicológica sin precedentes. Hambre y terror ha sido si receta.
Sin embargo, no es ese el enemigo que puede vencernos.
De nuestro comportamiento va a depender a que rumbo pondrá proa el barco de la Revolución Bolivariana.
El enemigo lo tenemos dentro y su derrota es la salvación de nuestro querido proceso y del plan de la patria legado histórico de un Chávez que trascendió a su tiempo.
La oposición fascista dejó de preocuparme hace un buen rato. en su megalomanía ser ha dado carajazos una y otra vez contra el muro de dignidad de este pueblo de gigantes.
Nicolás digno heredero de Chávez ha sabido avanzar en medio de dificultades tan complejas y ha logrado ganarun precioso tiempo para reordenar nuestras fuerzas y neutralizar las del enemigo.
Pero, muy a pesar del titanico esfuerzo realizado por el Presidente Obrero aguas abajo, entre los infiltrados, corruptos y burócratas, contribuyen al desasosiego de la población y la desmoralización de nuestras filas.
Funcionarios venales que maltratan a los usuarios en ministerios y oficinas públicas, la mafia bachaquera que se alimenta del desvío de recursos aportados por el estado para enfrentar la crisis provocada por la conspiración, los quinta columnas que con su discurso derrotista mella la moral combativa en el pueblo, el sectarismo infame que atropella a quien no rinda pleitesia al oportunismo, la frágil lealtad de gobernantes locales que como reyezuelos feudales gobiernan, no con el poder popular sino a pesar del poder popular, la ausencia notable de debate político en diversas esferas de nuestro quehacer, contentadonos con repetir una y otra vez las consignas que nos hacen sentir muy revolucionarios.
Estos días he visto en las redes sociales un intenso debate muy cargado de angustia por el asedio económico exacerbado en los últimos tiempos.
Y es ahí donde con preocupación veo que pareciera que la vanguardia agrupada en la sopa de letras, en los movimientos sociales y sindicales, no estuviera a la altura del enorme sacrificio que hace día a día nuestro pueblo y, más allá del gobierno, Nicolás para enfrentar la delicada situación a la que nos han llevado. Con buena parte de los dirigentes que simplemente no cree en la clase obrera y su central, que hablan del pueblo y el socialismo pero con su práctica empañan cualquier enunciado.
Y es ahí donde se bifurca el camino. O nos doblegamos y mandamos al carajo 17 años de revolución, liberamos la economía, nos entregamos al festín de la burguesía apátrida sirviendo a sus oscuros intereses, mantenemos relativas reformas que alivien al pueblo pero sin tocar en esencia al estado capitalista que persiste o aprovechamos esta crisis inducida para derrumbar el estado burgués y echamos las bases del estado socialista que no ha debutado con el empuje de un pueblo que ha aprendido en estos 17 años lo que es ser libre.
Es cierto, como he leído en diversas opiniones de las redes, que la gente no está pendiente de la diatriba política entre gobierno y oposición, pero también es cierto que aspira a que nuestro gobierno chavista actúe enérgicamente para acabar de una vez por todas con estas aves carroñeras que no cejan en su empeño de aplastar al pueblo.
Soy de los que está cansado de tanta quejadera disfrazada de crítica que solo esconde la desmoralización del derrotado, estoy cansado de ver, oír, sentir el sufrimiento de mi pueblo y unos grandisimos carajos arrogantes y oportunistas que lo menosprecian por sólo administrar un cachito de poder, estoy cansado de la pesada burocracia que exaspera al más paciente de los seres humanos, estoy cansado de los pusilánimes y conservadores que no dan un paso si no está debidamente autorizado mientras el pueblo espera respuestas claras y contundentes.
Ésta maldita guerra no es de Nicolás y nuestro gobierno. Es la guerra de todo el pueblo, la guerra necesaria, la que nos puede permitir derrotar las pretensiones imperiales expresadas en sus lacayos criollos y sus aliados regionales.
Es tiempo de que la vanguardia asuma su papel, fortalezca la unidad y levante la referencia ideológica que unifique a los revolucionarios, es tiempo de que enfrente con decisión la canalla fascista que nos tiene exhaustos, es tiempo de tener audacia junto al pueblo para responder a la constante amenaza y la agresión permanente, es tiempo de depurar al estado como paso previo a la transformación socialista, es tiempo de señalar al corrupto, al enemigo agasapado, al saboteador, al oportunista, es tiempo de tercos torcer la historia y agarrar el camino que nos lleva a la izquierda, sin atajos que lo aborten pero sin pausa desechando el conservadurismo y con osadía tomar nuestro cielo por asalto.
En fin, es tiempo de ponernos a la altura del pueblo y acompañarlo en su camino indetenible.
O morir en el intento, pero carajo! Sin más dudas que detengan nuestra marcha. Con orgullo vivimos en los tiempos de Chávez. Con más orgullo completemos su obra que a la larga también es nuestra obra.
A LA CAAAAAAAAAAAAARGA CARAJO! QUE NO HAY PUEBLO VENCIDO!
Comienzo por manifestar mi convicción plena de que la batalla política frente a la oposición la estamos ganando de calle. En la movilización, en el rearme político y moral de nuestra gente, en la espuria asamblea adeca, en las tribunas internacionales y en el corazón de la gente que a lo largo y ancho del planeta está a la expectativa de lo que pueda ocurrir en esta Venezuela irredenta.
La oposición fascista ha hecho lo inimaginable para derrocar al gobierno legítimo de nuestro presidente obrero Nicolás Maduro y con él borrar la memoria de nuestro legado y el inmenso amor del pueblo por el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías.
A falta de originalidad, sacan del baúl de los recuerdos el abominable neoliberalismo como panacea del futuro que ellos planean para este país volver al FMI, desalojar al mejor estilo español a los beneficiarios de la Misión Vivienda, medidas económicas neoliberales, flexibilidad laboral, cero salarios, cero derechos sociales y sindicales, y represión pareja a quien se oponga y a todo lo que huela a chavismo. Ya lo ha repetido el esperpento devenido en líder de la cloaca opositora que en un eventual gobierno de ellos si tarea principalísima consiste en desmantelar lo que por 15 años construimos bajo la guía de nuestro eterno líder, las misiones sociales, la inclusión social orgullo de nuestra Revolución Bolivariana y Chavista, y haber colocado a la Venezuela Revolucionaría digna y soberana en el concierto de las naciones
Hoy, el mundo entero reconoce en la República Bolivariana que otro mundo es posible y como reconocimiento a ese esfuerzo.
Por eso estoy convencido que hemos ganado la guerra política y avanzamos firmes hacia un nuevo rumbo.
Los últimos 3 años, el país ha sido sometido a un implacable asedio que, si bien se inició en los tiempos de Chávez ha recrudecido con Nicolás al frente de la nación.
La derecha fascista, en medio de una agresiva ofensiva imperialista, apostó todo a la ”salida” y, si bien ganó terreno con su circunstancial triunfo del 6D, ha dilapidado su capital político en apenas 6 meses hostigando al gobierno y sirviendo de fachada para los verdaderos enemigos encarnados en el imperio y si falange criolla compuesta por empresarios, paramilitares, traidores e infiltrados que han hecho más daño que una guerra convencional.
Y hemos tocado fondo, han querido llevar a nuestro pueblo al límite de su resistencia con el sistemático acaparamiento, especulación y escacez inducida, con violencia selectiva asesinando a sangre fría dirigentes queridos por el pueblo y vandalismo disfrazado de saqueo para agregar zozobra en la población sometida a una presión psicológica sin precedentes. Hambre y terror ha sido si receta.
Sin embargo, no es ese el enemigo que puede vencernos.
De nuestro comportamiento va a depender a que rumbo pondrá proa el barco de la Revolución Bolivariana.
El enemigo lo tenemos dentro y su derrota es la salvación de nuestro querido proceso y del plan de la patria legado histórico de un Chávez que trascendió a su tiempo.
La oposición fascista dejó de preocuparme hace un buen rato. en su megalomanía ser ha dado carajazos una y otra vez contra el muro de dignidad de este pueblo de gigantes.
Nicolás digno heredero de Chávez ha sabido avanzar en medio de dificultades tan complejas y ha logrado ganarun precioso tiempo para reordenar nuestras fuerzas y neutralizar las del enemigo.
Pero, muy a pesar del titanico esfuerzo realizado por el Presidente Obrero aguas abajo, entre los infiltrados, corruptos y burócratas, contribuyen al desasosiego de la población y la desmoralización de nuestras filas.
Funcionarios venales que maltratan a los usuarios en ministerios y oficinas públicas, la mafia bachaquera que se alimenta del desvío de recursos aportados por el estado para enfrentar la crisis provocada por la conspiración, los quinta columnas que con su discurso derrotista mella la moral combativa en el pueblo, el sectarismo infame que atropella a quien no rinda pleitesia al oportunismo, la frágil lealtad de gobernantes locales que como reyezuelos feudales gobiernan, no con el poder popular sino a pesar del poder popular, la ausencia notable de debate político en diversas esferas de nuestro quehacer, contentadonos con repetir una y otra vez las consignas que nos hacen sentir muy revolucionarios.
Estos días he visto en las redes sociales un intenso debate muy cargado de angustia por el asedio económico exacerbado en los últimos tiempos.
Y es ahí donde con preocupación veo que pareciera que la vanguardia agrupada en la sopa de letras, en los movimientos sociales y sindicales, no estuviera a la altura del enorme sacrificio que hace día a día nuestro pueblo y, más allá del gobierno, Nicolás para enfrentar la delicada situación a la que nos han llevado. Con buena parte de los dirigentes que simplemente no cree en la clase obrera y su central, que hablan del pueblo y el socialismo pero con su práctica empañan cualquier enunciado.
Y es ahí donde se bifurca el camino. O nos doblegamos y mandamos al carajo 17 años de revolución, liberamos la economía, nos entregamos al festín de la burguesía apátrida sirviendo a sus oscuros intereses, mantenemos relativas reformas que alivien al pueblo pero sin tocar en esencia al estado capitalista que persiste o aprovechamos esta crisis inducida para derrumbar el estado burgués y echamos las bases del estado socialista que no ha debutado con el empuje de un pueblo que ha aprendido en estos 17 años lo que es ser libre.
Es cierto, como he leído en diversas opiniones de las redes, que la gente no está pendiente de la diatriba política entre gobierno y oposición, pero también es cierto que aspira a que nuestro gobierno chavista actúe enérgicamente para acabar de una vez por todas con estas aves carroñeras que no cejan en su empeño de aplastar al pueblo.
Soy de los que está cansado de tanta quejadera disfrazada de crítica que solo esconde la desmoralización del derrotado, estoy cansado de ver, oír, sentir el sufrimiento de mi pueblo y unos grandisimos carajos arrogantes y oportunistas que lo menosprecian por sólo administrar un cachito de poder, estoy cansado de la pesada burocracia que exaspera al más paciente de los seres humanos, estoy cansado de los pusilánimes y conservadores que no dan un paso si no está debidamente autorizado mientras el pueblo espera respuestas claras y contundentes.
Ésta maldita guerra no es de Nicolás y nuestro gobierno. Es la guerra de todo el pueblo, la guerra necesaria, la que nos puede permitir derrotar las pretensiones imperiales expresadas en sus lacayos criollos y sus aliados regionales.
Es tiempo de que la vanguardia asuma su papel, fortalezca la unidad y levante la referencia ideológica que unifique a los revolucionarios, es tiempo de que enfrente con decisión la canalla fascista que nos tiene exhaustos, es tiempo de tener audacia junto al pueblo para responder a la constante amenaza y la agresión permanente, es tiempo de depurar al estado como paso previo a la transformación socialista, es tiempo de señalar al corrupto, al enemigo agasapado, al saboteador, al oportunista, es tiempo de tercos torcer la historia y agarrar el camino que nos lleva a la izquierda, sin atajos que lo aborten pero sin pausa desechando el conservadurismo y con osadía tomar nuestro cielo por asalto.
En fin, es tiempo de ponernos a la altura del pueblo y acompañarlo en su camino indetenible.
O morir en el intento, pero carajo! Sin más dudas que detengan nuestra marcha. Con orgullo vivimos en los tiempos de Chávez. Con más orgullo completemos su obra que a la larga también es nuestra obra.
A LA CAAAAAAAAAAAAARGA CARAJO! QUE NO HAY PUEBLO VENCIDO!
Jacobo Torres de León. Combatiente
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