El medio que más ataca a Venezuela financió la campaña de Obama
RECIBIR MILLONES DE DÓLARES DE UNA CORPORACIÓN MEDIÁTICA NO ES CORRUPCIÓN
La capacidad de influencia política que posee una corporación mediática sobre la percepción de millones de personas es casi tan monstruosa como su capital acumulado. Dueños de lo que debe ser omitido y lo que debe ser exagerado en tiempo real, apuestan elección tras elección por el presidente de los Estados Unidos que más los pueda beneficiar.
Y no sólo económicamente. Áreas de seguridad y defensa, mandos medios de la Secretaría de Estado y otras instancias del gobierno gringo también entran dentro de los favores por cobrar a futuro.
Todos los medios de comunicación y empresas hacen política mediante su poder económico.
Como Fedecámaras exigiéndole a su Asamblea Nacional, al día siguiente de las elecciones, que inmediatamente derogara la Ley de Precios Justos y la del Trabajo. Porque con esas leyes, un empresario que no ha invertido nunca en Venezuela y que ha hecho fortuna con los dólares de Pdvsa, de verdad que no puede producir. Así yo no puedo.
En lo que corresponde a las operaciones psicológicas y agresiones mediáticas contra Venezuela, la cadena CNN siempre llega de madrugada. El arranque publicitario de la campaña electoral de la oposición para las elecciones parlamentarias del año pasado tuvo a CNN como principal aliada. Sobre todo por la vía de su corresponsal Osmary Hernández, quien hiciera un reporte falso, en vivo, sobre supuestos saqueos y disturbios a principios de agosto en Maracay y Valencia, situaciones que CNN reconoció como falsos después de replicarlos internacionalmente.
Ese evento fabricado sirvió, entre otras cosas, de insumo para la campaña de marketing de la MUD sobre "la última cola" como eslogan de campaña. Por su parte el ex comandante del Comando Sur de Estados Unidos, John Kelly, específicamente en esa tribuna, se distendió explicando bajo qué condiciones Estados Unidos invadiría Venezuela. Condiciones que ya tenía un falso precedente ("saqueos y disturbios por comida") que había exportado la corresponsal de CNN dos meses antes.
CNN hizo buena parte de la campaña electoral de la MUD hacia el extranjero.
Aún con esa proyección de los actores de oposición de horario prime time, con sintonía en cientos de países y recibiendo un tratamiento político detallado, insisten en su déficit de libertad de expresión y acusan al Gobierno de no permitir que se expresen. Se venden como mártires de una censura inexistente, de una persecución imaginaria, cuando en realidad tienen un apoyo monstruoso que no puede ser regulado por ningún organismo internacional, puesto que es la propiedad privada ejerciendo su libérrimo derecho a hacer lo que le da la gana trasladado hacia lo político.
La MUD es sólo una cuenta por cobrar dentro del dictatorial sistema de medios a nivel global.
En ese sentido primario, CNN actuó como una agencia de publicidad y ahora la oposición carga con esa factura encima, que además crece exponencialmente a medida que pasa el tiempo.
Buena paga es Macri que sacó a Telesur y a RT de la parrilla de la televisión argentina para transmitir en su lugar la versión chilena de CNN.
Buena paga es Macri que sacó a Telesur y a RT de la parrilla de la televisión argentina para transmitir en su lugar la versión chilena de CNN.
CNN deja fluir capital para ofrecer apoyos y asistencia mediática a la MUD
CNN forma parte del conglomerado Time Warner Cable, la corporación mediática más grande del mundo por ingresos anuales (7.350 millones de dólares en el III Trimestre del año 2015) y cantidad de canales. Según la página oficial del indicador Nasdaq, son grandes accionistas de esta corporación de medios, algunos de los más representativos bancos globales que manipulan la imagen financiera de Venezuela como Goldman Sachs, JP Morgan, entre otros.
Pero en específico, es Turner Broadcasting Company la filial de Time Warner que administra CNN. Su nombre viene de Ted Turner, empresario que fundó la compañía y CNN: el primer canal por cable de 24 horas de noticias continuas.
Turner Broadcasting tiene a Ted Turner como figura histórica y accionista, sitial que ahora comparte con grandes bancos y fondos de inversión de mediana escala después de la adquisición de Time Warner.
Pero el dato que termina de cerrar el cuadro político en que una corporación mediática y financiera se despliega en contra de Venezuela, no se basa en sus campañas sistemáticas, sino en cómo fluye el capital para ofrecer apoyos y asistencia mediática.
Según el centro de responsabilidad política Open Secrets, el presidente Barack Obama tuvo a Time Warner como uno de sus grandes financistas de su campaña electoral.
Tanto en 2008 cuando erogó 627 mil dólares, como en sus distintas campañas para senador, cifra que históricamente llega a 1 millón 115 mil dólares.
En su campaña de 2012, Time Warner lo volvió a financiar con 447 mil dólares. Goldman Sachs y JP Morgan (dueños de una parte de Time Warner), por ejemplo, también aparecen como financistas top al erogar más de un millón de dólares a las campañas de Obama de parte y parte, también durante toda su carrera política.
Si por la plata baila el mono, entonces Obama, Ramos Allup y el resto de la quebradiza MUD están felices dentro de la misma jaula marca Acme.
Las intensas labores de vigilancia y juicio mediático que intenta ejercer cotidianamente CNN contra Venezuela de la mano de los actores de la derecha, se encuentran reforzadas con un Obama que también responde orgánica y financieramente a esos intereses comerciales que los agrupa a todos.
CNN pone los ritmos y la sinfonía para que bailen junticos pero sin meterse mano. Así se hace ver como que cada quien anda en lo suyo.
En tal sentido, no existe "libertad de expresión" e "independencia" de los medios de comunicación con respecto a la política que unos cuántos miles de dólares no puedan subsanar.
La derecha cuenta con el apoyo directo de una de las cadenas de televisión más importantes del planeta. Pero como todo es en nombre de la libertad de expresión, no se observa el dato verdaderamente ensordecedor: una corporación privada paga y ofrece su infraestructura para fabricar ánimos de derrocamiento a un presidente legítimamente electo por la mayoría de los venezolanos.
La derecha cuenta con el apoyo directo de una de las cadenas de televisión más importantes del planeta. Pero como todo es en nombre de la libertad de expresión, no se observa el dato verdaderamente ensordecedor: una corporación privada paga y ofrece su infraestructura para fabricar ánimos de derrocamiento a un presidente legítimamente electo por la mayoría de los venezolanos.
Eso no es corrupción. Dígalo ahí,
Obama.
TOMADO DE: http://misionverdad.com/
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