2021 ·
07 · 07
Amnistía Internacional: Las
fuerzas de seguridad de la Autoridad palestina intensifican brutal campaña de
represión
A pesar de que la brutal represión que sufre el pueblo palestino bajo
ocupación es generada por los militares israelíes de ocupación, es lamentable
informar que parte de la represión proviene de las fuerzas de seguridad de la
Autoridad Palestina entrenada por los norteamericanos bajo
el mando del general Keith Dayton.
“Las autoridades palestinas de la Cisjordania ocupada han
lanzado una escalofriante campaña de represión de las protestas pacíficas con
el uso de fuerza ilegítima, dirigida a
periodistas, activistas de la sociedad civil y abogados y abogadas, mediante
detenciones arbitrarias y torturas a las personas detenidas”, ha declarado hoy
Amnistía Internacional.
La tensión en Palestina se ha disparado desde la
muerte bajo custodia del destacado activista palestino y detractor del gobierno
Nizar Banat el 24 de junio.
Las fuerzas
de seguridad respondieron con fuerza excesiva a las protestas desencadenadas
por su muerte.
Recientemente, la noche del 5 de julio, las fuerzas
de seguridad palestinas detuvieron al menos a 15 personas entre manifestantes,
periodistas y una persona profesional del derecho, tras dispersar con violencia
una concentración pacífica frente a la comisaría de policía de Ballou, en
Ramala.
“En las últimas dos semanas, las autoridades
palestinas han lanzado una campaña deliberada de represión contra personas que
se manifiestan pacíficamente y han practicado detenciones arbitrarias en un
intento de crear un clima de temor y de aplastar la disidencia”, afirmó Saleh
Higazi, director adjunto de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el
Norte de África.
“El presidente Mahmud Abás debe ordenar que se
ponga fin de inmediato a esta estremecedora represión y garantizar que la
policía y otros miembros de las fuerzas de seguridad responden de estas
violaciones de derechos humanos.
Esto debe empezar con una investigación exhaustiva,
independiente e imparcial de la muerte de Nizar Banat, producida presuntamente
tras ser torturado, y de la represión violenta posterior a manos de las fuerzas
palestinas”.
Los resultados de la autopsia preliminar indican
que Nizar Banat sufrió lesiones
y tenía hematomas en muchas zonas del cuerpo, incluidas “marcas de
ligaduras en las muñecas y costillas fracturadas”, según la Comisión
Independiente por los Derechos Humanos, la defensoría del pueblo de
Palestina.
Este tipo de lesiones indica que probablemente fue
sometido a palizas bajo custodia.
Ataque contra una sentada pacífica
En uno de los incidentes más graves de fuerza
ilegítima documentados hasta ahora, las fuerzas de seguridad palestinas
atacaron una sentada pacífica frente a la comisaría de policía de Ballou, en
Ramala, la noche del 5 de julio.
Familiares y simpatizantes se habían reunido allí
para protestar por la detención de seis hombres que habían planeado asistir a
una manifestación pacífica esa noche en la plaza de Al Manara, en Ramala.
La policía dispersó la concentración con fuerza
desproporcionada golpeando a quienes protestaban, arrastrándolos por el suelo, rociándolos
con aerosol de pimienta y tirándoles del pelo.
Shawan Jabarin, director de la organización de
derechos humanos Al Haq, presenció el ataque y así se lo contó a Amnistía
Internacional: “Vi a
agentes de policía atacar brutalmente a hombres y mujeres allí sin ninguna
razón salvo que estaban protestando pacíficamente por la detención de sus
familiares y colegas.
A un hombre mayor, padre de uno de los detenidos,
le rociaron la cara con aerosol de pimienta; derribaron a las mujeres al suelo
tirándoles del pelo.
Vi que unos policías se llevaban a una persona profesional
de la prensa hacia la comisaría y le pegaban brutalmente con porras en la
cabeza y el cuerpo.
Fue una de las escenas más desagradables y
vergonzosas”.
La policía intentó primero persuadir a quienes
protestaban para que se marcharan del lugar, sin ofrecer ninguna razón legítima
para dispersar la protesta.
Cuando se negaron, llegó un vehículo policial que
anunció que tenían 10 minutos para irse.
Poco después, decenas de policías con equipo
antidisturbios y escudos, porras y aerosoles de pimienta corrieron hacia los
manifestantes y empezaron a agredirlos.
Entre quienes protestaban frente a la comisaría
estaba Hind Shrayedeh con sus tres hijos, que había acudido después de
enterarse de que su esposo, Ubai Aboudi, director del Centro Bisan,
organización de investigación y desarrollo, era uno de los seis hombres
detenidos por la policía. Contó a Amnistía Internacional:
“Estábamos todos de pie en la acera frente a la
comisaría de policía.
Empecé a gritar: ‘Tú, país de libertades, no a las
detenciones políticas’.
Era la única que gritaba, nadie había gritado nada
más, no había carteles y todo el mundo estaba de pie pacíficamente”.
Diala Ayash, abogada de Abogados y Abogadas por la
Justicia, fue detenida también el 5 de julio.
Había acudido a la sentada como observadora de
derechos humanos cuando los policías con equipo antidisturbios atacaron y
dijeron su nombre, buscándola.
“Cuando me encontraron, fui arrastrada con
violencia hacia la comisaría por unos policías varones, uno de los cuales me
agredió sexualmente agarrándome y pegándome en las nalgas y el pecho”, dijo a
Amnistía Internacional.
Tanto Diala Ayash como Hind Shraydeh contaron que
habían visto a policías golpeando con porras en la cabeza y el cuerpo a
manifestantes pacíficos detenidos dentro de la comisaría.
Al menos uno de ellos, Haitham Syaj, fue
hospitalizado debido a las lesiones sufridas.
“Ahora entiendo totalmente cómo mataron a Nizar
Banat”, dijo Hind Shraydeh.
Escalada de represión
En al menos seis ocasiones, las fuerzas de
seguridad palestinas usaron fuerza ilegítima para dispersar protestas
pacíficas.
Algunas personas lanzaron piedras y otros objetos
en respuesta al uso de la fuerza por las autoridades.
Miembros del equipo de investigación de Amnistía
Internacional presentes durante las manifestaciones del 24 de junio, el día de
la muerte de Nizar Banat, vieron a las fuerzas de seguridad palestinas golpear
a manifestantes y transeúntes, y usar granadas sonoras, gas lacrimógeno y otros
medios para dispersarlas.
Las fuerzas de seguridad palestinas —algunos de
cuyos miembros iban vestidos de civil— también atacaron a quienes protestaban
pacíficamente los días 26 y 27 de junio, en algunos casos golpeando a la gente
con palos y porras, usando aerosoles de pimienta e incautando teléfonos móviles
a quienes intentaban filmar los hechos.
El 26 de junio, inmediatamente después de la
dispersión de la protesta inicial, grupos de hombres vestidos de civil
empezaron a agredir también a manifestantes y transeúntes.
Se cree que algunos eran miembros de las fuerzas de
seguridad y otros, afiliados al partido político Fatah.
El 27 de junio, unos hombres vestidos de civil
atacaron de nuevo a quienes protestaban antes de que éstos hubieran tenido
siquiera tiempo de agruparse.
En ambas ocasiones, las mujeres —muchas de ellas
periodistas— sufrieron ataques específicos, como agresiones sexuales.
La policía palestina no intervino para proteger a
los manifestantes de estos ataques.
El 3 de julio, cientos de personas palestinas se
congregaron en Ramala para una manifestación pacífica contra el presidente
Mahmud Abás.
Los agentes de seguridad detuvieron a Ghassan al
Saadi, destacado detractor de las autoridades palestinas, cuando se dirigía a
su domicilio después de la protesta.
Durante su detención, le propinaron puñetazos,
puntapiés y golpes con porras.
También fueron detenidos tres activistas —Jihad
Abdou, Izz al Din Zoul y Salem al Katsh— que participaban en una manifestación
pacífica contra la detención de Ghassan ante el complejo judicial de Ramala al
día siguiente.
Todos fueron acusados de causar “disensiones
internas” y de “insultos a las autoridades”, en aplicación de la represiva Ley
de Delitos Electrónicos.
“No se debe permitir a las autoridades palestinas
que sigan cometiendo abusos sin control.
Los Estados miembros de la Unión Europea, Estados
Unidos y Reino Unido deben paralizar inmediatamente el envío de ayuda en
materia de seguridad y militar a las fuerzas de seguridad y la policía
palestinas hasta que se garantice la rendición de cuentas y el respeto a los
derechos humanos”, concluyó Saleh Higaz.
Fuente: Amnistía Internacional
Tomado de: https://palestinalibre.org/
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