Con Occidente crece el
peligro de guerra
Eso quiere decir que la diplomacia "occidental"
queda confinada cada vez más a acciones de guerra.
Es decir, se niega a sí misma como "diplomacia".
Una loca "estrategia" que acerca precipitadamente al enfrentamiento militar y que pone en riesgo al planeta entero.
por Andrés Piqueras
LA HAINE - 09/04/2021
Un análisis de la
demencial estrategia de EEUU y sus servidores europeos
Para todas aquellas
personas que se alegraron de la victoria electoral de Biden, me temo que hay
malas noticias.
Quienes ya advertimos
que con los demócratas el peligro de guerra se dispararía parece que no hemos
fallado.
Los peores augurios
que del discurso del nuevo presidente se pudieron extraer tras su toma de
posesión se han ido materializando.
1. Ha advertido (amenazado) a Alemania
de no seguir adelante con su proyecto de abastecimiento energético (Nord Stream
2), y da marcha atrás en la retirada de tropas del territorio germano, lo que
de paso deja claro que sigue siendo un país colonizado (la administración USA, riéndose una vez más del "libre comercio", acaba de amenazar
directamente con represalias a las compañías que participan en la construcción del
gaseoducto, detectándose incluso hostigamiento militar
al mismo).
2. Ha llamado "asesino"a
Putin, lo que en términos diplomáticos equivale a solamente medio escalón previo a una declaración abierta de guerra.
Presiona
cada vez más las fronteras rusas a través de la OTAN, poniendo en alarma tanto al Báltico
(e incluso las latitudes polares) como a la Europa oriental, también
desestabilizando el Cáucaso.
3. Se permite invitar a China a su casa
(Alaska) para acto seguido ponerse a insultar a los diplomáticos chinos sobre
supuestas violaciones de derechos, sobre todo en territorio uigur (claro, los
emisarios norteamericanos se cuidaron mucho de comentar
cómo EE.UU. lleva infiltrando desde hace años redes terroristas y paramilitares
en ese territorio para desunir China).
4. Ha amenazado con sanciones a India
si no revierte la compra y despliegue de misiles rusos S-400.
5. Quiere renovar la unión contra Irán
para doblegar a ese país y cortar el núcleo vital de la Ruta de la Seda china.
6. Asedia a la propia China en el mar
que la envuelve.
7. Amenaza a Corea mediante nuevas
maniobras militares navales.
8. Frena la retirada de tropas de Asia
occidental, y en el caso concreto de Siria (donde ocupa
ilegalmente sus pozos petrolíferos), pretende reactivar la guerra con
nuevas infiltraciones de paramilitares y yihadistas en el país.
9. Está gestando una intervención contra Venezuela a través de
tropas irregulares, paramilitares, narco-bandas y grupos delincuentes armados,
con la colaboración del ejército colombiano, en la frontera entre ambos países.
10. Pero lo más descabelladamente
peligroso de todo es que está activando una nueva
escalada bélica en Ucrania, de ominosas consecuencias.
El ejército ucraniano ha comenzado a
desplegar masivamente sus sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple en
Donbass, para atacar las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, a las que
vuelve a hostigar desde hace semanas.
Y, más grave aún, ya
ha declarado su intención de ir a por Crimea.
Todo eso tras recientes conversaciones
de alto nivel entre funcionarios estadounidenses y ucranianos.
EE.UU. está
abasteciendo de armas a Ucrania, al tiempo que despliega algunas de sus
más mortíferos aparatos de combate en la zona.
Esto marca un peligro inminente
de guerra total, especialmente sobrecogedor para las sociedades
europeas, dado que Rusia
parece tener superioridad militar sobre la OTAN.
De
desencadenarse un enfrentamiento podría destruir Europa en breve tiempo.
Mientras, EE.UU. quedaría una vez más
lejos del escenario bélico.
Antes
de seguir, dejemos claras unas cuantas cosas:
En
un capitalismo globalizado pero carente de una entidad política territorial
global (algo así como un Estado mundial),
buena parte de las estrategias de mando vienen ejercidas directa o
indirectamente por la potencia dominante, un hegemón que
se encarga en mayor medida que ningún otro de crear o recrear, organizar y
dirigir el conjunto de instituciones mundiales necesarias para la regulación
global del sistema.
Este sistema, el capitalista, sólo muy casualmente
puede procurar "bienestar"
y mejoras a las poblaciones del mundo, puesto que su principal fin es la
reproducción ampliada de capital a través de altas tasas de beneficio
empresarial.
EE.UU. como potencia hegemónica, es el
principal valedor de esa acumulación de capital y
del beneficio privado de la clase capitalista, al
coste que sea.
Por
eso, entre otras muchas cosas, a EE.UU. lo único que le preocuparía de los
DD.HH. es que en realidad se cumplieran.
De ahí que haya promovido y mantenido
dictaduras en todo el planeta, desde las del Cono Sur americano, hasta las
monarquías salvajes del Golfo, pasando por la Sudáfrica del
"apartheid".
Por
eso su principal aliado y destinatario de apoyo financiero-político-estratégico
es Israel,
el Estado que comete más violaciones de
resoluciones de la ONU, que practica un sistemático 'apartheid'
y limpieza étnica, que se basa en una constitución racista, que practica
sistemáticamente el terrorismo y que es un continuo peligro para toda Asia
occidental.
Por
eso tiene como aliado a Turquía, miembro de la OTAN, otro plusmarquista en
limpiezas étnicas y en terrorismo contra su propia población y las adyacentes.
Por
eso su principal receptor de "ayuda" en
América es Colombia, campeón del terrorismo de Estado, con
matanzas sistemáticas de su población, y causa de un creciente riesgo de
desestabilización de toda la región
(ver este excelente informe al respecto: https://isrobinson.org/investigaciones/la-construccion-de-una-zona-de-guerra-difusa-en-la-frontera-colombo-venezolana/).
En cuanto al capítulo de invasiones y destrozo
de países, estas han sido las intervenciones militares directas de EE.UU. (solo
o con la OTAN) tras la caída de la URSS:
Irak (1991):
con sanción de la ONU
Somalia
(1993): EE.UU. y algunos "aliados", con sanción de la ONU
Yugoslavia (1995): OTAN, sin sanción de la ONU
Afganistán y Sudán (1998): ataque unilateral de EE.UU.
Yugoslavia (1999): OTAN, sin sanción de la ONU
Afganistán (2001): OTAN, sin sanción de la ONU
[dura hasta hoy]
Irak (2003):
EE.UU. y algunos "aliados", sin autorización de la ONU
Pakistán, Yemen, Somalia (2002): ataques con aviones no
tripulados, sin autorización de la ONU [dura hasta hoy]
Libia (2011):
intervención de la OTAN, con sanción de la ONU
Siria
(2014): EE.UU. - OTAN [dura hasta hoy]
Intervenciones
que Arthur K. Cebrowski, almirante y director de la Office of Force
Transformation in the U.S. Department of Defense, concibió hechas sobre "países
desechables" a los que había que destruir sus estructuras
estatales.
Fundamentalmente
están en el punto de mira del hegemón aquellas formaciones sociales que se
encuentran dentro del espacio territorial o la zona de seguridad de lo que fue
la URSS y de sus alianzas.
También los países susceptibles de consolidar
la Ruta de la Seda china.
En
cuanto al propio continente americano, recientemente, EE.UU. ha promovido
golpes de Estado judiciales, con intervención de fuerzas policíaco-militares,
en Paraguay, Brasil, Bolivia y Honduras.
Ha
destruido casi toda Centroamérica (a la que invadió o dio golpes de Estado en
repetidas ocasiones en el siglo XX), con guerra contrainsurgencia, bandas
paramilitares, promoción de Estados de terror y bandas de delincuencia armada
por doquier, consiguiendo un empobrecimiento brutal de las poblaciones que
ahora se le vuelve en forma de "caravanas
migrantes", masas desesperadas huyendo de la miseria y la muerte.
Dentro
de esa estrategia
de muerte se incluyen las llamadas guerras de cuarta generación o
"híbridas", que combinan el uso de la presión
político-económica, los "levantamientos
populares" y el terrorismo en sus
diferentes expresiones (operaciones
subversivas, actuaciones clandestinas y de falsa bandera, guerra por delegación...),
incluida la utilización de cuerpos armados irregulares
y redes terroristas potenciadas o creadas ad hoc.
Se
usa también la propaganda mediática, la
cibernética y la inteligencia artificial.
En
buena parte con la inestimable ayuda de Gran Bretaña y su BBC.
Todo
esto en un contexto histórico de decadencia
capitalista, de
crisis estructural sistémica sin perspectivas de recuperación sostenida.
Tenemos, entonces, un capitalismo degenerativo
más una potencia hegemónica en declive: una situación perfectamente explosiva.
Máxime
si consideramos que esa potencia se niega a ser superada y se ha convertido en
un monstruo que se revuelve contra todo, incluida su
propia población, cada vez más parte de la cual queda ajena los mínimos
derechos de ciudadanía [un
peligro para el mundo como ya se indicó en EEUU contra el mundo (y contra sí
mismo) - Dominio público
(publico.es)].
Pero
hay también un actor secundario, a la par triste y vil: la UE.
Este
"supra-Estado" paradigma de la
institucionalidad del capitalismo financiarizado, ha decidido seguir sumisamente todos los planes del
decadente hegemón, aun a costa de sus intereses vitales.
Uno
y otros están haciendo de las sanciones político-económicas su principal razón
contra países emergentes a los que ya no pueden dominar
con el "libre mercado".
Un
arma de guerra sucia.
Alegan los líderes y lideresas de la UE que
esas sanciones son para hacer respetar los Derechos Humanos.
Sería para reír si detrás de eso no hubiera tanta
muerte y dolor.
Si
quieren sancionar a alguien por no cumplir con los Derechos Humanos, ahí tienen
a EE.UU.
por
las acciones descritas.
Si
quieren un caso como el de Navalni, pero esta vez cierto, ahí tienen a Assange,
perseguido, encarcelado y torturado por denunciar con pruebas los crímenes de
EE.UU. (ante el apabullante silencio y
complicidad de la mayor parte de la "prensa libre
occidental").
Si quieren hablar sobre torturas, ahí tienen
Guantánamo (además de las decenas de centros de tormento "clandestinos" que USA mantiene en todo el
mundo, a veces a bordo de barcos de guerra).
Pero parece que a la servil dirigencia
europea no le salen los colores cuando se inventa excusas.
Desesperadas
ante el caos sistémico que generan, con debacle económica incluida, y ante su
inocultable ineptitud para salvaguardar ni siquiera la salud de sus poblaciones
frente a la actual pandemia, las elites del capital global han anunciado en el último Foro Económico Mundial, el Gran
Reinicio del capitalismo.
Una
vuelta de tuerca a la pérdida de democracia, al control poblacional, a la
precarización de los mercados laborales, al empobrecimiento generalizado, al
deterioro ambiental.
Las
mismas elites lo anuncian como la convergencia de los sistemas económicos,
monetarios, tecnológicos, médicos, genómicos, ambientales, militares y de
gobierno.
En
términos económicos y de política monetaria, el Gran Reinicio implica una
consolidación de la riqueza, por un lado, y la probable emisión de una renta
básica universal, por otro, para "mantener"
a poblaciones sin
empleo.
Podría
incluir el paso a una moneda digital, con una centralización de las cuentas
bancarias y de los Bancos, una fiscalidad inmediata en tiempo real, tipos de
interés negativos (cobrando cada vez más por tener
dinero en el Banco) y una vigilancia y un control centralizados del
gasto y la deuda.
El Gran Reinicio significa también la emisión
de pasaportes médicos, pronto digitalizados, incluyendo la historia médica, la
composición genética y los estados de enfermedad.
La covid-19 está suponiendo un entrenamiento
ideal para que las poblaciones acepten cosas así.
El Gran Reinicio acentúa además la guerra como
instrumento económico, geoestratégico y de relaciones internacionales,
especialmente contra Rusia y China.
Como es obvio, lo que está provocando de
momento, por reacción, es un mayor acercamiento entre esos dos países, que
intentan tejer también una diplomacia constructiva como contrapeso al caos.
China
acaba de estrechar lazos estratégicos con Irán; ha propuesto una coordinación
con los países árabes, tentando también a Turquía para que se vuelva hacia
Asia, y mostrando a India el interés de la Ruta de la Seda, basada en el
comercio, la economía productivo-energética y, en definitiva, el beneficio
mutuo.
Rusia es una potencia energética, fulcro ya
insoslayable de Eurasia.
Lamentablemente,
todo indica que la
UE ha decidido suicidarse al lado del hegemón en decadencia.
Irse
por el mismo sumidero de la historia que él.
Eso quiere decir que la diplomacia "occidental" queda confinada cada vez más a
acciones de guerra.
Es
decir, se
niega a sí misma como
"diplomacia".
Una
loca "estrategia" que acerca
precipitadamente al enfrentamiento
militar y que pone en riesgo al planeta entero.
Una nueva "Guerra Fría" con cada vez más posibilidades de convertirse en caliente y que se ceba en las propias poblaciones europeas como víctimas de otra guerra que acompaña indisociablemente a la anterior:
la
guerra de clases.
CALPU
Tomado de: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/
Y Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com
En Fecebook: adolfo
Leon libertad
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