Aquí nace Carabobo independentista (II)
La victoria de Carabobo fue producto de múltiples batallas libradas por todo el país en el terreno de las armas y de las ideas. En un mundo que vive profundos cambios en su geopolítica, en medio de grandes contradicciones, era oportuno librar cada batalla, desde una sólida formación política, ideológica y cultural.
Eso implicaba la lectura acertada de los hechos históricos que cambiaban al mundo y en el cual Europa y España eran el centro de una profunda crisis, y América, como bien lo ha dicho Pedro Calzadilla, era el lugar de las grandes utopías. Esto obligó a grandes hombres de nuestra historia a realizar acciones acertadas que iniciarían un proceso de cambios que nos llevara a alcanzar nuestra Independencia en Carabobo. En Caracas algunos sitios patrimoniales dan fe de ello.
Casa de las Primeras Letras
Ubicada entre las esquinas de Veroes a Jesuitas en la avenida Urdaneta, la Casa de las Primeras Letras Simón Rodríguez data del siglo XVI. En el año 1568 Diego de Losada asignó los terrenos que años después serían la casa 29 de Lope de Benavides, y la casa 31 de Alonso Andrea Ledesma, en lo que hoy es el Bulevar Panteón, a pocas cuadras de la entonces Plaza Mayor hoy Plaza Bolívar.
En 1774, debido al matrimonio entre hijos de ambas familias, se unificaron las estructuras en una sola casa que luego sería alquilada por el Ayuntamiento de Caracas para que funcionara en su seno la primera Escuela Pública de Primeras Letras y Latinidad.
Allí Simón Rodríguez, que había recibido el título de maestro por parte del Ayuntamiento de Caracas, dio clases al niño Simón Bolívar entre 1795 y 1797.
En esta casa se pueden apreciar varios documentos vinculados al ejercicio docente de Rodríguez: un facsímil del listado de discípulos del maestro en el año 1793, donde se lee el nombre de nuestro Libertador, así como un documento con fragmentos sobre la fuga del niño Simón de casa de su tío y la autorización para que pudiera vivir unos meses con su maestro.
En este espacio se realizaron los encuentros del niño Bolívar con el pensamiento universal. Allí Rodríguez enseñó a Bolívar a ser “preguntón”, a “obedecer a la razón” y “no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos”. Lo impulsó a sentir y pensar de manera profunda y lo motivó a fundar ciudadanía. En esa casa se sembró la semilla de una amistad que los reencontró años después en Roma, realizar el juramento de Monte Sacro y vislumbrar la libertad de América.
En 1872 la casa comenzó a funcionar –bajo la dirección de Agustín Aveledo– como Colegio Santa María, en cuyas aulas dio clases el maestro cubano José Martí. En 1912 dejó de funcionar el Colegio Santa María y luego de pasar por diferentes dueños fue abandonada. En 2012 la Revolución Bolivariana inició su recuperación y hoy, a más de 200 años, en ese mismo espacio se erige la Casa de las Primeras Letras Simón Rodríguez, como tributo al revolucionario y maestro que nos garantizó en su legado la victoria perfecta en Carabobo.
Cuadra de Bolívar
Construida entre 1786 y 1789 con el fin de convertirla en casa de descanso en las afueras de la ciudad por Juan Vicente Bolívar y María de la Concepción Palacios. Ubicada entre las esquinas de Bárcenas y Piedras en la parroquia Santa Teresa, era punto obligado de parada de los caballos y carretas de la familia Bolívar.
En 1792, al fallecer su madre, el Libertador hereda la propiedad y años después la convierte en espacio de reuniones clandestinas contra la Corona de España.
En 1808 será el lugar de reuniones secretas de la Sociedad Patriótica, donde se precisaron lineamientos de la conspiración de 1810. Aquí Simón Bolívar y su hermano Juan Vicente, el Marqués del Toro, y un grupo de mantuanos impulsan la constitución de la Junta Suprema desde la Conspiración de los Mantuanos.
Allí el joven Simón Bolívar defiende la idea de romper en definitiva los nexos coloniales con España y construir un gobierno autónomo de los americanos.
En 1967, con motivo del cuatricentenario de Caracas, se realizó un proyecto de restauración a la cuadra que fue deteriorada como consecuencia del terremoto de Caracas, por lo fue cerrada hasta el 24 de junio 1971.
El 27 de febrero de 2016, luego de su restauración, fue reinaugurada por la Revolución Bolivariana.
Casa Amarilla, Casa del Cabildo en 1810
Este edificio de arquitectura neoclásica, que data del siglo XIX, se encuentra frente a la Plaza Bolívar de Caracas en la esquina de Principal.
Allí sucedieron los acontecimientos del 19 de abril de 1810, primer acto formal de la Independencia de Venezuela, a través del cuestionamiento que realiza el Cabildo de Caracas a la autoridad del Capitán General de Venezuela, Vicente de Emparan.
Emparan llega con la intención de dirigir una Junta de Gobierno que se opusiera a la ocupación que Napoleón Bonaparte lograra sobre España, y que había provocado la abdicación del rey Fernando VII y la toma del trono de José I, su hermano.
El Cabildo de Caracas cuestiona la autoridad de Emparan y éste, luego de ser recriminado, pregunta desde la ventana del Ayuntamiento al pueblo congregado en la Plaza Mayor si querían que él siguiera mandando. El pueblo, alentado por el Padre Madariaga, contesta: no, y Emparan pronuncia la célebre frase: “Pues yo tampoco quiero mando”, renuncia y parte a España.
Originalmente, este lugar sirvió de sede de la Real Cárcel de Caracas y del Ayuntamiento. Luego como Palacio de Gobierno y Mansión del Presidente. En 1904 fue Corte de Casación y Gobernación de Caracas y desde 1912 sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
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