Operación Rügen, la atrocidad nazi-fascista no se debe olvidar
Por: Acercándonos CulturaPublicado: 26/04/2021
La
repercusión internacional que alcanzó este bombardeo, ha hecho que sea una
masacre mundialmente conocida y considerada como un icono antibélico, la masacre de Guernica.
En un
principio los sublevados atribuyeron la destrucción de la ciudad a los
republicanos, como había sucedido en Éibar e Irún, pero pronto se reveló al
mundo la realidad de los hechos debido a la presencia en Bilbao de varios
periodistas ingleses de importancia como George Steer (The Times).
El gobierno
de Juan Negrín mostró a la prensa mundial los efectos del bombardeo que quedó
como insignia del
antifascismo, adaptando Pablo Picasso uno de
sus cuadros para la Exposición Internacional de París de 1937.
Esta obra se
convertiría en uno de los iconos más sobresalientes de la pintura del siglo XX
y del antibelicismo.
Un mes antes
aviones italianos habían bombardeado Durango el 31 de marzo en tres oleadas a
lo largo de todo el día, causando unos 294 muertos.
El primer
bombardeo de este tipo se había producido en noviembre de 1936 en Madrid cuando
Franco ordenó a la aviación alemana e italiana que
bombardeara a la población civil con el objetivo de desmoralizarla y
conseguir la rendición de la ciudad.
En febrero
de 1937, la misma Legión Cóndor había ametrallado una
columna de refugiados civiles en la carretera entre Málaga y Almería
causando cientos de muertos.
En 1938 las
ciudades de Barcelona, con los bombardeos de marzo y Alicante, con el bombardeo
del 25 de mayo, fueron también los civiles los
objetivos.
En 1997, el
entonces presidente de Alemania, Roman Herzog, en carta leída a los
supervivientes del bombardeo por el embajador alemán en España con motivo del
60 aniversario, pidió públicamente perdón por la manifiesta autoría alemana del bombardeo.
El bombardeo
Guernica, capital
cultural e histórica vasca, tenía antes del ataque una población de unas 5000
personas, a las que habría que añadir un gran número de tropas, que se
retiraban para preparar la defensa de Bilbao, y refugiados que huían del avance
de las tropas franquistas.
En ese
momento no tenía ningún tipo de defensa antiaérea.
La Legión
Cóndor tenía como Comandante al teniente coronel Wolfram von Richthofen (primo
del histórico aviador de la Primera Guerra Mundial Manfred von Richthofen, más
conocido como el Barón Rojo), que ordenó, al parecer, el bombardeo y que en su
diario personal admitía que en Guernica se
había portado "muy maleducadamente".
El grupo de
bombardeo estaba formado por cuatro escuadrillas de Ju-52 y la escuadrilla VB
88 de bombardeo experimental, con Heinkel He 111, y Dornier Do 17.
Los
bombarderos fueron escoltados por cazas Heinkel He 51 de las escuadrillas de
caza 1 y 3.J/ 88 y por los Me-109 del 2.J/ 88, escuadrilla que estaba bajo el
mando del teniente Gunther Lützow.
Cierto número de aviones de caza italianos
participaron asimismo en la misión.
El primer
ataque lo realizaron un Dornier Do 17 alemán y tres Savoia S-79 italianos que
habían despegado de Soria a las tres y media de la tarde con la misión de
bombardear la carretera y el puente al este de Guernica, para obstaculizar la retirada del
ejército vasco.
Las bombas
de los S-79 cayeron en los alrededores del puente y la estación de ferrocarril,
destruyendo varias viviendas, y las del Dornier Do-17 alcanzaron la iglesia de
San Juan.
A continuación
intervinieron uno o tres, según las fuentes, bombarderos alemanes He-111.
Todos ellos
iban escoltados por cazas.
A las 6 de
la tarde fue cuando se produjo el bombardeo más intenso a cargo de 19 Ju-52
alemanes.
Estos aviones descargaron tanto bombas explosivas como
incendiarias, "una
mezcla del todo innecesaria si el objetivo hubiese sido un puente",
causando una gran destrucción.
Las últimas
acciones del ataque se produjeron entre las siete menos cuarto y las siete de
la tarde.
Cinco cazas
Fiat y cinco Messerschmitt Bf-109 realizaron
ametrallamientos tanto en el interior de la población como en los alrededores.
Las alarmas
de la villa comenzaron a sonar poco después de las cuatro de la tarde y dejaron
de sonar hacia las siete y media.
El sacerdote
Alberto de Onaindía resumió así lo que había sucedido en esas tres
horas y media de bombardeos: Habían sido aviones alemanes que fueron enviados sobre Guernica para hacer un
ensayo de guerra totalitaria.
Era el primer ejemplo de este género de lucha: primero
unas bombas para alarmar a la población [la gente comenzó a abandonar las calles y a esconderse en abrigos, en
sótanos y bajo cubierto], luego oleadas de bombarderos con explosivos
seguidos de bombas incendiarias y, por último, aviones ligeros que ametrallaban
a los desgraciados que pretendía huir para salvar sus vidas.
Aunque posteriormente
se dijo que el objetivo de la operación era la simple voladura de un puente, el hecho
real es que tanto el puente como una fábrica de armas,
situada en las afueras de la población, resultaron
intactos, siendo muy improbable que las bombas lanzadas a 3.600 metros
de altura impactaran en un puente de 15 metros y habida cuenta de que los
aviones cargaban además bombas incendiarias.
Sin embargo, el ataque fue devastador: los
bombarderos lanzaron una gran cantidad de bombas medianas de 250 kg, ligeras de
50 kg y más de tres mil proyectiles incendiarios de aluminio de 1 kg sobre el
casco urbano de la ciudad.
Los cazas,
entretanto, disparaban en vuelo rasante asesinando a las
personas que huían del lugar.
La
destrucción fue tan grande que provocó un intenso humo, por lo que los últimos
bombarderos, al no poder ver los objetivos, descargaron las bombas a ciegas.
El incendio
provocado por el bombardeo no se pudo apagar hasta el día siguiente, en gran
parte debido a la inexistencia de un parque de bomberos.
Sistema de
refugios y alerta
Como
cualquier otro lunes del año, ese del 26 de abril de 1937 era día de mercado,
pero la cantidad de gente que había en Guernica no se había incrementado debido a este hecho, ya que
la feria fue prohibida antes del mediodía por el alcalde, ante la cercanía del
frente y el temor del avance enemigo.
El número de
víctimas mortales, 126 según las últimas
estimaciones, estuvo influido por el sistema de refugios y de alerta que se
había realizado en la villa.
El bombardeo
de Ochandiano, al comienzo de la contienda, el 22 de julio de 1936, que causó
alrededor de 40 muertos, muchos de ellos civiles, incluidos mujeres y niños, y cuyo objetivo
según un periódico republicano de Bilbao había sido "sembrar
el terror", provocó que se tomara la decisión de
realizar un sistema de refugios para la población civil, que se aceleró tras
conocerse el terrible bombardeo de Durango del 31 de marzo de 1937 que extendió
el pánico en muchas poblaciones vascas.
El proyecto
se encargó al arquitecto municipal Castor Uriarte y al ingeniero Manuel Cabañes
(madrileño que pasaba sus vacaciones en la villa).
En el
momento del bombardeo, en la villa existían, según el testimonio de Castor
Uriarte, cinco refugios construidos por orden de las autoridades municipales.
Uno de ellos
se ubicó en los sótanos de la Casa Consistorial, otro en un edificio de la
calle Santa María (aunque no estaba completamente terminado), un tercero en
Pasealeku, y los dos últimos en el sótano de la casa Loizaga y en el patio del
Cuartel de los Forales.
Aparte de
estos refugios públicos había otros privados, al menos siete, en los sótanos de
algunos chalés.
Además las
instalaciones de las empresas "Talleres de Guernica",
"Cuberterías Jypsa" y "Armas Astra, Unceta y Cía" contaban
con sus propios refugios antiaéreos.
Los de Astra
todavía están en pie y constan de una galería de 30 m en bóveda de cañón.
"En la
construcción de los refugios habían participado vecinos del pueblo, y se habían
utilizado diversos materiales, como troncos de pinos, sacos terreros y chapas
de hierro.
De los cinco refugios públicos, el de la calle de
Santa María estaba en construcción, ya que le faltaban chapas de hierro, y era
una trampa mortal en caso de que alguna bomba cayera sobre el mismo, lo que
desgraciadamente ocurrió, ocasionando una gran mortandad allí murieron 45 personas" según el
testimonio de Castor Uriarte.
El sistema
de defensa civil desarrollado por la "Junta Municipal de Defensa" de Guernica mantenía un
sistema de señales de alerta.
Este era un
sistema visual y sonoro.
Un vigilante
en la cumbre del monte Kosnoaga avisaba de peligro mediante la exhibición de
banderas rojas, estas banderas eran vistas por un segundo vigilante situado en
el campanario de la iglesia de Santa María que tocaba a rebato y seguidamente
todas las industrias que poseían sirenas hacían tocar las mismas.
Este sistema
de alerta funcionó y salvó vidas, según el testimonio de Castro Uriarte: "En medio de la terrible destrucción que sufrió materialmente la
villa foral, con muchísimos daños de todo orden, hubo suerte en lo que respecta
a vidas humanas, porque el repique de campanas tras el aviso del vigía que
estaba en la cima del monte Cosnoaga, y sobre todo porque el primer avión que
vino y lanzó tres bombas, alejándose después, asustó a la gente, que se metió
en los refugios o huyó del casco urbano, buscando refugio en los bosques
cercanos o en las casas o caseríos más alejados, por lo que el número de víctimas
fue mucho menor de lo que al principio se pensó"
Consecuencias del ataque
Nunca han
llegado a saberse las cifras de víctimas ni existen datos fiables sobre el
número exacto.
El gobierno
vasco dio una cantidad oficial de víctimas de 1.645
muertos y 889 heridos, que es el número citado en los folletos impresos
en el extranjero y por la prensa internacional como algunos periódicos
ingleses.
El
historiador Hugh Thomas situó la cifra de víctimas entre cien y mil
seiscientos, estimando que la más probable sea de mil muertos.
El
70% de los edificios de la ciudad fue totalmente destruido por el
incendio, que no se pudo apagar hasta el día siguiente, y el 20% gravemente
dañados (el arquitecto general de Regiones Devastadas contabilizó 271 edificios
demolidos, lo que suponía el 74,4 por ciento de los existentes en la villa de Guernica y el barrio de Rentería).
El jefe del
estado mayor de la Legión Cóndor Von Richthofen escribió lo siguiente tras su
visita a Guernica: "Guernica, villa de 5.000 habitantes, ha sido
literalmente asolada. (...)
Las bombas de 250 kilos derribaron buen número
de casas y destruyeron las cañerías.
Las bombas incendiarias tenían ahora tiempo
para desplegar su eficacia.
Las casas
estaban construidas con cubiertas de teja, galerías de madera y entramado del
mismo material, por lo que fueron completamente aniquiladas. (...)
Aún se ven
hoyos de bombas totalmente increíbles. (...)
Así pues, sólo un completo éxito técnico de
nuestras bombas de 250 y de las EC.B.1."
El 28 de
abril, dos días después del bombardeo, las tropas sublevadas entraban en la
villa foral, tomando el control de la misma y quemaron los archivos que
hallaron en la iglesia de Santa María, imposibilitando el recuento final de
fallecidos.
Motivaciones
del ataque
Las
motivaciones del ataque han sido objeto de polémica durante mucho tiempo, pero
la mayoría de los historiadores que han investigado el tema defienden la tesis
de que "la intención del bombardeo era
destruir Guernica".
Para apoyar
esta afirmación aportan dos pruebas fundamentales.
La primera
es la combinación de bombas explosivas e incendiarias utilizadas en el
bombardeo, cuya "única explicación posible"
es que se pretendía destruir la ciudad.
La segunda
es que para derribar el puente de Guernica o impedir que el ejército vasco pudiera retirarse, que
fueron los dos objetivos alegados por los agresores, "no era necesario ametrallar a la población
civil, movilizar aviones durante tres horas ni lanzar bombas incendiarias.
Para más
inri, el puente no fue alcanzado, y al terminar
el bombardeo permanecía intacto".
Sin embargo
no existe un consenso tan claro en cuanto a la cuestión de "si el bombardeo fue exclusiva
responsabilidad de los alemanes o si éstos actuaron bajo la orden de Franco o,
en su defecto, de [los generales] Mola o Vigón.
Como no se
ha encontrado ningún documento escrito, y difícilmente se encontrará, en el que
Franco diera la orden, las opiniones de los
historiadores se basan en distintos análisis y cómo funcionaba la cadena de
mando del ejército franquista.
Lo que es
incuestionable, como demostró Vicente Talón hace más de treinta años, es que los alemanes efectuaron el bombardeo
a petición de las tropas franquistas que estaban en primera línea".
Así
historiadores como Vicente Talón y Jesús Salas Larrazábal se inclinan por
atribuir la exclusividad del bombardeo a los alemanes, mientras que otros como
Manuel Tuñón de Lara, Ángel Viñas o Herbert Southworth apuntan al "Generalísmo"
Franco como máximo responsable.
Una posición
intermedia es la que mantiene el historiador alemán Klaus A. Maier: La Legión
Cóndor [tuvo] en una alta medida la responsabilidad de la destrucción de Guernica.
La intención
de los alemanes, a la que se sumaba una fuerte razón de prestigio nacional y personal
(Richthofen), de proporcionar a los nacionales un triunfo rápido, tras el
fracaso de Guadalajara para los italianos, llevó a una acción que en el norte
se caracterizó por no guardar los alemanes consideración de ningún tipo.
La
responsabilidad global del mando supremo nacionalista de Salamanca, que incluso
bajo estas circunstancias consintió en la actuación de la Legión Cóndor en el
norte, sigue por consiguiente intacta.
Algunos
autores sostienen que el motivo del ataque consistía en una maniobra testaruda
de Wolfram von Richthofen, pues opinaba que el ataque a Bilbao debía pasar por
esta villa en vez de hacerlo por Durango.
Aparte de
ello, Guernica constituía
un centro clave de comunicaciones para las tropas republicanas.
Existía
también una discrepancia entre el mando alemán y el español sobre la dirección
de las operaciones.
Los alemanes
preconizaban un avance más rápido, basado en la capacidad destructiva de la
aviación, y estimaron que la destrucción del puente del barrio de Rentería de Guernica, el último antes
de la ría, dejaría bloqueados en la ribera derecha el material pesado y los
pertrechos de las fuerzas enemigas en retirada.
El mando
español, por el contrario, era más prudente en el avance por un terreno de
orografía difícil y frente a un enemigo que nunca dejaron de respetar.
El mando
nacional quedó sorprendido, en un primer momento, ante la gravedad de la
destrucción y consideró que no podía deberse, al menos en exclusiva, al ataque
de la aviación.
La realidad
es que la mayor parte del daño fue causado por el incendio provocado por las
bombas.
Franco supo a los
pocos días que los aviones italianos y alemanes eran los responsables del
desastre, pero no quiso reconocerlo públicamente por suponer que ello
molestaría a los nazis, cuyo apoyo consideraba imprescindible para ganar la guerra.
El ejército
hitleriano utilizó los efectos del bombardeo como arma política en la guerra
fría que mantenía con Inglaterra, y les interesó que la prensa mundial
exagerase los resultados.
Así, Guernica habría sido una
especie de ensayo de lo que luego serían los bombardeos masivos de la Segunda
Guerra Mundial.
En los
juicios de Núremberg, el entonces mariscal de la Luftwaffe, Hermann Goering,
declaró: "La guerra civil española dio una oportunidad de
poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres
adquirieran experiencia."
Se suele
afirmar también que el bombardeo fue una venganza por el linchamiento por parte
de la población civil de Adolf Hermann, piloto de un bombardero, derribado en
Bilbao en 1937.
La
propaganda franquista afirmó que Guernica, al igual que
Irún, había sido incendiada por los propios "rojo-separatistas" (sic)
en su huida, practicando una política de tierra quemada; pero varios
corresponsales extranjeros, entre ellos George Steer, del diario conservador
británico The Times, tuvieron ocasión de presenciar el estado de la villa
después del ataque y ser testigos de la devastación, recogiendo pruebas de la
autoría de los hechos, pues las bombas que no habían explotado daban testimonio
de su fabricación alemana.
Otras
consideraciones
La
negación de la autoría por el bando franquista
Al día siguiente del bombardeo de Guernika el lehendakari del gobierno vasco
José Antonio Aguirre hizo pública una nota en la que denunciaba que los autores
de la acción habían sido "los aviadores alemanes al
servicio de los facciosos españoles".
La nota decía: "Los aviadores alemanes al
servicio de los facciosos españoles han bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa, que
tanta veneración tiene entre los vascos.
Nos han querido herir en lo más sensible de
nuestros sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi
puede esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda
siglos de nuestra libertad y de nuestra democracia (...)."
Las afirmaciones
del lehendakari Aguirre fueron contestadas por la propaganda franquista que atribuyó la destrucción de Guernika al propio ejército
vasco: "Son completamente falsas las noticias transmitidas
por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio
provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica.
Nuestros aviadores no han recibido ninguna orden
de bombardear esa población.
Los incendiarios son los que, el verano pasado,
incendiaron Irún y ayer Éibar.
En la imposibilidad de contener el avance de
nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan a los nacionalistas de
hechos que no son más que la puesta en práctica de sus criminales designios.
¡Miente
Aguirre! Miente vilmente.
En primer término no hay aviación alemana ni
extranjera en la España Nacional.
Hay aviación española.
Noble, heroica aviación española que lucha
constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores
extranjeros.
En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia.
La tea incendiaria es monopolio de los
incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de
quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo"
La acusación
de los "nacionales" de que la
destrucción de Guernica había
sido obra de los propios republicanos fue rápidamente refutada por un testigo
imparcial, el periodista británico George Steer cuyas crónicas sobre el
bombardeo de Guernica fueron
publicadas por su diario The Times de Londres.
Sin embargo la versión oficial franquista se mantuvo durante toda
la guerra y una vez terminada la guerra, por lo que el libro del George Steer
no se publicó en España.
Solo a
finales de la dictadura franquista se reconoció
la verdad, que la destrucción de Guernica fue realizada por las tropas que apoyaban a Franco.
La primera
alusión al bombardeo aéreo se produjo en la revista "Ejército", en
1949, en el artículo de un jefe militar que había sido de los primeros en
ocupar la villa.
La
confirmación oficiosa se publicó en el tomo "Vizcaya" de las
monografías sobre la guerra civil del Servicio Histórico Militar.
Este tomo se
publicó en 1971.
Tomado de: https://www.acercandonoscultura.com.ar/
Y
Publicado en: http://victorianoysocialista.blogspot.com,
En: Twtter@victorianoysocialista
En:Google; libertadbermeja..victorianoysocialista@gmail.com
En Fecebook: adolfo Leon libertad
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