Hipertensión
¿Cuándo ha sido la última vez que te
has tomado la tensión?
Hay
quien no lo hace prácticamente nunca y es un error ya que tener
la tensión alta, aunque no notes sus síntomas, es peligroso para la salud.
Y si tú eres de cifras más bien altas,
no lo dejes pasar, con sencillos cambios de hábitos puedes
llegar a controlarlas para regular la hipertensión.
- ¿Qué
es la hipertensión?
- ¿Cuándo
se considera la presión alta?
- ¿Por
qué hay dos valores?
- ¿Cuáles
son los síntomas de la hipertensión?
- ¿Cómo
se diagnostica la hipertensión?
- ¿Por
qué es peligroso tener la tensión alta?
- Tratamiento
de la hipertensión
- Ojo
con ciertos fármacos
- Más
información sobre la hipertensión
Por Blanca
Rodríguez Ayala, Medicina general
¿Qué es la hipertensión?
Unos 14 millones de españoles sufren hipertensión
y unos 4 millones estarían
sin diagnosticar, según la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial
(SEH-LELHA).
Sin embargo, se trata de un
trastorno que se puede prevenir fácilmente, ya
que en muchos casos depende de los
hábitos y la alimentación.
¿Cuándo se considera la presión alta?
Para que el organismo funcione
bien, la
presión arterial debe mantenerse constante dentro de unos valores
determinados:
- Tensión sistólica. También
llamada máxima o alta (PAS).
- La cifra normal en
los adultos es de 120
mmHg.
- Tensión diastólica.
- Se denomina también mínima o baja (PAD).
- El valor normal es
de 80 mmHg.
La presión
arterial se considera alta o
elevada cuando la tensión sistólica (alta) es igual o superior a 140 mmHg
y/o
la tensión
diastólica (baja) es igual o
superior a 90 mmHg.
Se considera que una persona sufre hipertensión
arterial –o como
popularmente se dice,
"tiene la tensión alta"– cuando las cifras de tensión o presión arterial (TA) se
mantienen elevadas en el tiempo, ya sea de manera puntual para luego
normalizarse, o bien de forma prolongada y constante.
¿Por qué hay dos valores?
La presión
arterial es la fuerza con la que la sangre golpea las paredes de las arterias a su
paso por ellas.
Cada vez que el corazón late, expulsa
la sangre contra los vasos sanguíneos, siendo en ese momento cuando la presión arterial es más alta.
Por el contrario, entre un latido y
otro, el corazón se encuentra en reposo y es cuando la presión arterial es más baja.
Es decir, que cuando el corazón se
contrae, la presión arterial aumenta (presión máxima
o sistólica); y cuando se relaja, disminuye (presión arterial mínima o diastólica).
Hablar de tensión arterial descompensada no es
correcto.
Se suele utilizar esta expresión cuando
la máxima y la mínima tienen valores muy cercanos, pero esto es
irrelevante.
Lo correcto es referirse a la tensión
arterial como alta, baja o normal según los valores 120/80 mmHg.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?
La tensión arterial sistólica aumenta
con el paso de los años de
manera normal.
Con frecuencia, la mujer tiene cifras
de tensión inferiores al hombre durante toda su vida, pero al llegar a la menopausia, y sobre
todo a partir de los 60 años, estas cifras se incrementan y es
cuando suelen aparecer los problemas de hipertensión.
El
principal problema de la hipertensión arterial es que no siempre provoca
síntomas.
En
ocasiones, se descubre cuando la persona ya sufre algún otro problema de salud, como una enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, a veces sí que existen algunas señales que nos
pueden alertar de una posible hipertensión y que
debemos consultar al médico.
Así
que toma nota.
Los
síntomas más habituales de la hipertensión son estos:
- Dolores de cabeza frecuentes
sin otra causa que los justifique.
- Sangrados
de nariz espontáneos, sin habernos dado ningún golpe.
- Palpitaciones en la cabeza o en el pecho, incluso estando tranquilos.
- Mareos o visión borrosa.
- Dificultad
para respirar correctamente.
- Náuseas y vómitos.
¿Cómo se diagnostica la hipertensión?
El diagnóstico de la hipertensión
arterial (HTA) se realiza
fácilmente mediante la medición de la presión arterial en la consulta del
médico con un aparato llamado esfingomanómetro
(o tensiómetro).
En algunos casos, pueden ser necesarias otras pruebas, como
un holter, una
máquina que debe llevar el paciente consigo durante 24 horas y que va midiendo
su presión arterial a lo largo del día.
¿POR QUÉ ES PELIGROSO TENER LA TENSIÓN ALTA?
Tener hipertensión arterial es un serio
riesgo para la salud, ya que favorece la aparición de enfermedades
cardiovasculares, como infarto agudo de
miocardio, trombosis y derrame cerebral, entre otras.
Para poder soportar la presión, el corazón debe trabajar a un ritmo
superior al que está acostumbrado y realizar un
sobreesfuerzo.
Esto puede provocar un aumento de su tamaño y
también afectar a otros órganos, como el cerebro, los riñones, las
extremidades inferiores (piernas y pies) e, incluso, los ojos si no se pone
remedio.
Tratamiento de la hipertensión
Mantener un estilo de vida cardiosaludable no solo es la mejor forma de prevenir
la hipertensión arterial, sino también de tratarla y tenerla bajo control:
- Sigue una
dieta sana y equilibrada.
- Procura aumentar el consumo de frutas, hortalizas y verduras,
legumbres, pescados, aves, frutos secos, cereales y aceite de oliva virgen
para condimentar.
- Reduce la ingesta de carnes rojas y evita los productos procesados
y precocinados, por su elevado contenido en sal.
- Haz
ejercicio físico.
- Practica alguna actividad a diario, o al menos procura caminar durante
30 minutos a buen ritmo.
- Deja el tabaco.
- Al fumar un cigarrillo, la presión arterial aumenta notablemente y
se mantiene así hasta 15 minutos después.
- Se ha visto que dejar este hábito tiene unos efectos positivos
sobre la tensión arterial superiores a los que pueda ejercer cualquier
fármaco.
- Limita el consumo de alcohol.
- Aunque algunos estudios sostienen que tomar un vaso de vino al día,
durante la comida, puede ser beneficioso para el sistema cardiovascular, superar esta cantidad tiene
el efecto contrario: provoca un incremento de la presión arterial y
perjudica al corazón.
Una vez
diagnosticada la hipertensión arterial, la dieta
es la clave inicial para su tratamiento.
Un
menú bajo en sal, junto con la práctica de ejercicio físico regular, pueden
evitar la necesidad de tomar medicamentos.
Cuando estas
medidas no son suficientes, puede ser necesario que el médico
recete algún fármaco antihipertensivo.
Pero
bajo ningún concepto debe tomarse por cuenta propia, ya que
puede provocar daños mayores en el organismo.
Ojo con ciertos fármacos
No solo los
alimentos contienen sal, también
puede estar presente en la composición de algunos medicamentos, sobre todo en
las fórmulas efervescentes.
Los anticonceptivos orales y la terapia hormonal sustitutiva pueden producir ligeras elevaciones de
la presión arterial.
Tomado de: https://www.sabervivirtv.com/
Y Publicado
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