domingo, 7 de febrero de 2021

Escrito con Odio Argeniz Rodríguez

 


Escrito con Odio Argeniz Rodríguez

 ¿Quién podía imaginar entonces, en aquel año de 1969, que ya había nacido un hombre que desde el propio terreno de la política iba echar por los suelos a todos esos ídolos, a todos esos farsantes y fariseos?: Hugo Chávez Frías.

PUBLICAR ES VENGAR

DEL DIARIO DE ARGENIS

13 de diciembre de 1976

Nota: Me tome la libertad de entresacar solo unas páginas de esta invaluable obra testimonial, en la cual el autor desenmascara a personajes “Políticos de la época y resalta el prospecto futurista que representa Hugo Chávez. (Anexo en PDF el texto completo)

  https://es.scribd.com/document/40201856/Escrito-con-Odio-Argeniz-Rodriguez

La gravedad de mi situación me obliga a redactar este diario.

Hoy almorcé con Domingo Fuentes, quien

llegó azorado a El Caney.

Me dice que si ESCRITO CON ODIO llega a salir Teodoro Petkoff lanzaría contra mí

de doce a dieciséis hombres.

- Esta vez te matará.

Petkoff está herido.

En el MAS está derrotado y tu libro será el final para él.

Casi todos mis libros han sido la necesidad de vengarme de algo que ha herido mi existencia; pasarle mis cuentas a este mundo.

Urgencia de justicia.

Los títulos me delatan: “Maldito Descubrimiento”, “La Cultura como Sepultura”, “Nos Duele Bolívar”, “Capos de Toga y Birrete”, “Obispos o Demonios”, “Las Putas de los medios”, “Las Jineteras”.

Al igual que Argenis, yo siempre he desafiado a los poderosos, nunca he atacado a un pendejo, a un débil, a un tonto.

Yo sé que los idiotas son muy peligrosos e incluso pueden que a la final sean ellos quienes lo eliminen a uno, pero esta gente está controlada y manipulada por los poderosos, y a esos son a los que hay que atacar, a los que hay que denunciar.

 

Yo he apuntado en mis escritos directo a los presidentes, a los dueños de los medios de comunicación (a Gustavo Cisneros), a los obispos, a la CIA, a los rectores de nuestras

pervertidas universidades, a los gobernadores.

¿Quién podía imaginar entonces, en aquel año de 1969, que ya había nacido un hombre que desde el propio terreno de la política iba echar por los suelos a todos esos ídolos, a todos esos farsantes y fariseos?: Hugo Chávez Frías.

En la historia se recuerda con horror las “Confesiones” de San Agustín o de Rousseau, el Diccionario Filosófico

de Voltaire o las Memorias de Bertrand Russell.

A la gente, y sobre todo en estos tiempos de enorme dominio y engaño mediático se le ha tratado de meter en la cabeza de que es muy feo o al menos inconveniente, hablar claramente, decir toda la verdad, ser franco

con uno mismo y con los demás.

La gente tiende a huirle a todo el que lleva un diario.

Casi nadie se atrevía a hablar delante de Argenis en Venezuela, porque como

decía el propio Argenis la gente tiene un mal concepto de sí misma, y que sólo los que se conocen profundamente no ocultan sus defectos y los sacan a la luz.

“Porque cuando uno habla de uno mismo, habla por todos.

A mí por esto de escribir tres tomos de memorias me han condenado, me han hecho preso...

Mussolini vivía asustado del diario que llevaba su yerno, el conde Galeazo Ciano.

Tal vez eso influyó para mandarlo al

paredón y dejar a su propia hija viuda”.

 

Hoy en día Chávez lleva un diario de cara al público, y nosotros lo podemos ver abierto cada vez que habla.

Eso nos llena de vitalidad y fortalece nuestra imaginación y nuestro espíritu.

Porque como dice Argenis, él habla por todos nosotros.

Por todo lo que nosotros desde hace mucho hemos también querido decir.

Venezuela hasta el 2002, era un país sin memoria.

Nos habíamos acostumbrado a olvidar nuestras servidumbres para cada día poder tolerar otras nuevas.

A partir del 11-A del 2002, cada vez que Venezolana de Televisión nos recuerda retazos de nuestras amargas luchas, los viejos esquemas del pensamiento petrificados en la Coordinadora Democrática tiemblan y dicen que la libertad de expresión peligra en Venezuela.

Peligra para ellos, precisamente porque estamos en proceso de mantener viva la memoria de lo que hemos sufrido, de lo que nos ha pasado.

Antes de Chávez éramos unos desmemoriados, pero eso está llegando a su fin.

Mientras la oposición quiere olvidar, los chavista se niegan.

Enrique Capriles Radonsky le exige a un tribunal que no se vuelva a transmitir el documental “Asedio a una Embajada”; Enrique Mendoza pide que “esa basura

del canal 8 sea cerrado”; Marcel Granier no tolera a ese “2 %” del canal de estado.

Se quiere asesinar a Chávez para que no diga más verdades, para que no se confiese más ante el pueblo.

Para que cierre para siempre su memoria.

Un país sin memoria vive esclavizado, sometido, envilecido por sus mandones.

A todos los gobernantes que habíamos tenido desde 1830 en Venezuela les encantaba

que sus ministros les mintieran.

No querían saber de verdades para no molestarse.

Bolívar por el contrario cuando se reunía con su gabinete les decía:

“Vengan todas las verdades que tengo suficiente fortaleza para recibirlas”.

Recuerda Argenis que Pío Gil dejó unos diarios que no han sido publicados en su totalidad.

Que Rufino Blanco Fombona dejó miles de páginas autobiográficas y sus hijos nunca quisieron publicarlas.

Argenis conoció mucho al hijo, Hugo, de don Rufino y en una ocasión le habló sobre las memorias de su padre, pero Hugo le contesto: “Ese es un tema que no quiero tocar”.

En una ocasión, hablando Argenis con Arturo Uslar Pietri, le pidió que publicara sus memorias a lo que le contesto el autor de “Las Lanzas Coloradas”: “¿Y usted cree que

esa sea la herencia que le deje a mis hijos?”.

Ramón J. Velásquez se lamentó toda la vida de haber permitido la publicación de “Las Memorias” de J. M. Núñez de Cáceres.

Yo creo incluso, que fue él mismo quien luego se encargó de mandarlas a recoger.

 

ESCRITO CON ODIO es uno de los libros confesionales más terribles que se han escrito en Venezuela, y una fuente fundamental para aquí entender qué pasó

con las izquierdas, cómo y por qué fueron traicionadas, quienes la negociaron, por qué hubo tanto silencio desde todos los partidos para ocultar este crimen.

Para comprender “Escrito con Odio” es necesario haber vivido la década de los sesenta en el pleno caos de sus traumas y frustraciones.

Yo vivía en San Diego, California, cuando Argenis me hizo llegar este libro en una de sus tantas ediciones, en 1976.

Cometí el error de prestárselo a Ramón J. Sender, mi amigo.

Sender lo leyó y no le gustó.

No le gustó la manera confesional y directa

como Argenis atacaba a tantas personas, pero me dije: “no le gusta a Sender este tratamiento testimonial cuando él ha escrito trabajos tan descarnados y terribles sobre México como “Epitalamio de Prieto Trinidad”, sobre su propia España como “El Regreso de Edelmiro” y “Réquiem por un campesino español””.

Para comprender “Escrito con Odio” hay que haber vivido en Venezuela y conocer a sus políticos y escritores; aquella época plagada de traiciones y de engaños.

Donde tantos jóvenes que luchamos a brazo partido contra el imperialismo norteamericano quedamos al garete, sin dirigentes, sin salidas, sin organizaciones políticas nacionalistas y sin patria.

Los gringos se hicieron dueño y señor de todo en Venezuela.

Argenis quería vengarse de todos los que le habían hecho daño a su país y a su propia obra, y sólo tenía su pluma y su talento; su pavorosa soledad.

Su lucha la tuvo que hacer desde la más enconada desconfianza de la propia gente que se decía de izquierda; pues, por haber

Argenis denunciado a los que traficaban con la violencia fue tildado de traidor, y los que le tildaban de traidor tenían buena prensa y mucho poder.

Serían los que en alianza con Gonzalo Barrios y Carlos Andrés Pérez le darían nacimiento a un partido financiado por la CIA, el MAS. Entonces a Argenis, en medio de un

fervor de pasiones personales, se le hizo una feroz guerra, y aquello lo desequilibró emocionalmente para siempre.

Como Argenis no rehuía ningún frente, vivió quince horribles años al borde de la locura y del suicidio.

Porque él era esencialmente novelista sólo veía personajes de novela en los dramas ridículos y miserables de las pendencias y miserias de los politiqueros nacionales,

y entonces no salió nunca de ese círculo y su talento se quebrantó.

A Argenis no se le podía comprender afuera,

así como hoy es difícil que la intelectualidad y muchos políticos hispanos y latinoamericanos puedan en tender a Chávez. Si Chávez hubiese sido escritor en los

años sesenta habría publicado mil obras como “Escrito con Odio”.

Lo que nunca se podrá entender cómo fue que algunos comunistas honestos se hubiesen dejado chantajear por esos miserables y viles cipayos del Teodoro y del

Pompeyo, y que en su momento no los hubiesen desenmascarados como sí lo hizo Argenis.

¡Insólito!

Esa será una condena que llevarán más allá de su muerte muchos camaradas.

Cuando Argenis se refiere al “Partido Comunista” es al aparato del partido controlado por Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, y con el cual jefean también desde

revistas, periódicos, universidades y centros culturales destacados intelectuales como Jesús Sanoja Hernández y Adriano González León quienes asumen una posición de sumisión frente a este par de forajidos

y mafiosos.

La extraordinaria obra de Juan Bautista

Fuenmayor, “Historia de la Venezuela Política Contemporánea”, que constituye por antonomasia los anales del Partido Comunista de Venezuela, PCV; quedó lamentablemente paralizada con su muerte. Juan Bautista fue el mayor testigo del hundimiento del PCV en manos de

un grupo de desalmados.

Cuando ocurrió este deslave degeneracional estaba viejo y cansado.

Muchas cosas tuvo que callar, pensando él que lo hacía por el bien del país.

Nosotros, los que pertenecimos al PCV de aquel año glorioso de 1958 y luchamos contra la criminal dictadura de Rómulo Betancourt, moriremos siendo comunistas.

Los comunistas que fuimos los primeros en proponer la unidad, esa unidad que tanto hoy defiende el Presidente Chávez.

Unidad que fue destruida el día que

llegó a Caracas, Richard Nixon.

Fue a partir de 1964, cuando Teodoro y Pompeyo se adueñan del PCV, lo convierten en un mafioso grupo político, totalmente plegado a sus intereses personales y claro, para que pudiera prosperar y subsistir, dependiente de la CIA.

Esto lo descubrió Argenis, y de allí nace la guerra del conocido escritor guariqueño con este par de aventureros sin alma ni patria.

Se hace imprescindible un trabajo de investigación sobre la deformación que sufrió el PCV durante la década de los sesenta

y su casi extinción en los setenta, porque de allí venimos un grupo vigoroso de los que hoy estamos con el proceso revolucionario que dirige Hugo Chávez.


Tomado de:  https://es.scribd.com/

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