CUANDO DE AUMENTAR LA POPULARIDAD SE TRATA, EL PRESIDENTE DE LOS EEUU DE NORTEAMÉRICA, NO DUDA EN COMETER GENOCIDIOS Y CRÍMENES DONDE FUERE, PORQUE LA UNIÓN EUROPEA ADMITE Y LEGITIMA TODAS LAS INVASIONES Y EXPOLIOS, ASESINATOS Y ROBOS QUE DECIDEN EL PENTÁGONO, LA CASA BLANCA Y WALL STREET

Los crímenes perpetrados desde la Casa Blanca y el Pentágono, sigue quedando impunes, no solo porque los EEUU de Norteamérica matan cuando y donde les viene en gana, sino por el silencio cómplice de todo el entramado occidental, que otorga el derecho de violación de todas las leyes internacionales al imperio norteamericano.

El 11 de septiembre de 2001, la Casa Blanca planificó y ejecutó un atentado de falsa bandera, con el único propósito de comenzar la conquista definitiva de Oriente Medio, basando su segunda invasión de aquel territorio en las presuntas armas de destrucción masiva, en poder del gobierno iraquí que presidía Sadam Hussein.

Esta vez, las miles de víctimas eran estadounidenses en su mayoría (y aún fallecen bomberos y trabajadores de limpieza que acudieron al lugar del desastre, inhalando venenos de toda clase), a quienes “vengó” su propio asesino, aniquilando Bagdad y asesinando a más de medio millón de inocentes, mientras los autores (Familia Real de Arabia Saudita) huían, vía aérea, con la venia de George W. Bush.

Hace unas horas, un ataque aéreo contra Bagdad ha abatido, entre otras personas, a un alto mando del ejército iraní, buscando una respuesta paralela de Teherán, que Trump aprovecharía para arrasar el territorio persa, aún a costa no solo de miles de vidas, sino de un probable conflicto generalizado en la zona, de consecuencias imprevisibles, pero desastrosas para la humanidad.

¿Qué hubiera ocurrido si la fuerza aérea siria, cuyo país pisan cientos de mercenarios uniformados del ejército USA, bombardeara legítimamente a esa caterva de criminales?

En Naciones Unidas se reunirá pronto el Consejo de Seguridad y el representante de los EEUU vetará, con el apoyo de Francia y Gran Bretaña, cualquier condena del ataque a Bagdad.

Una vez más, alto y claro, debemos repetir: No existe freno a las agresiones de la Casa Blanca, ni existe cohesión política y jurídica para castigar estas criminales provocaciones. 

La democracia no puede consentir, ni un

 minuto más, la impunidad con la que 

EEUU actúa en todo el orbe.