LILIAN TINTORI, LA VOCERA DE LOS VIOLENTOS Y
CORRUPTOS DE AMÉRICA LATINA
Amauri Chamorro
PUBLICADO
2017/03/20
“Ahora sí puedo decir que
Rafael Correa es igual que Nicolás Maduro.”
Con esa frase, la venezolana Lilian Tintori deja en evidencia que vino al
Ecuador para ser inadmitida y generar un hecho mediático. A final, ningún
extranjero con tres dedos de frente llega a un país e informa al oficial de
migración que viene a hacer campaña para un candidato presidencial en plena
campaña electoral. Su actuación es parte de una táctica comunicacional de
Guillermo Lasso que tiene como objetivo afectar el despunte en las encuestas
del candidato oficialista Lenín Moreno.
No es
comunicacionalmente barato para un gobierno impedir la entrada de un extranjero
al país, más aún si se ha posicionado internacionalmente como representante de
la lucha por los DD.HH. Sin embargo, la Dirección de Migración debe cumplir la
ley. Para ser exactos, con el artículo 137 de la Ley de Movilidad Humana, que
prohíbe actividades proselitistas para extranjeros en el Ecuador. Recordemos
que un hecho con la misma característica sucedió el año pasado, cuando Cynthia Viteri,
ex candidata presidencial, intentó visitar ilegalmente al condenado Leopoldo
López, marido de Tintori, en una cárcel de máxima seguridad en Venezuela.
Obviamente, de un país soberano, Viteri fue deportada. También es el caso
de la brasileña Manuela Picq, que participó de manifestaciones golpistas en
Quito y tuvo que devolverse a su país.
Pedir a las
empresas de comunicación y ciertos blogueros de la oposición un mínimo de
criterio y profundidad para tratar este tema, es demasiado. Lilian Tintori,
Leopoldo López, Guillermo Lasso, Kim Kataguiri, Henrique Capriles, Samuel Doria
Medina, Jorge Lanata, Andrés Páez, son réplicas hiperlocalizadas para la misma
estrategia de desgaste de los Gobiernos progresistas. A cada nuevo hecho
mediático producido a fórceps por la derecha, el progresismo debe
contextualizar nuevamente quiénes son y cómo actúan, inclusive para que algunos
periodistas y analistas serios no caigan en factoides como la llegada de
Tintori al Ecuador. Todos esos personajes nefastos tienen en su currículum
participación en hechos de violencia, muerte, robos, tentativas de golpes de
Estado o corrupción. La historia de la pareja Lilian Tintori y Leopoldo López
conjuga todo lo anterior.
Solo las empresas
privadas del continente y sus consumidores retratan a Lilian Tintori como una
heroína. La verdad es que su único mérito, y no político, es el de estar casada
con Leopoldo López,
un criminal condenado a 13 años de cárcel por su responsabilidad en el
asesinato de 43 personas y más de 800 heridos durante el plan llamado “La Salida”,
que tenía como objetivo derrocar al presidente Nicolás Maduro, a un mes de ser
electo. López también participó directamente, junto al ex candidato
presidencial Henrique Capriles y el actual presidente de la Asamblea Nacional
de Venezuela, Julio Borges,
en el fallido golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, en el 2002.
López es también un corrupto condenado por
una investigación de la Contraloría de Venezuela realizada durante su mandato
como Alcalde del municipio de Chacao. El partido Primero Justicia, fundado por
Capriles, Borges y López, recibía el dinero de PDVSA, cuando la mamá de López
era gerente de asuntos públicos y donó una jugosa cuantía de la estatal a la
“ONG” de su hijo. De Primero Justicia, nació Voluntad Primero donde realmente
López podría impulsar su carrera presidencial sin tener que disputarla
previamente con Capriles y Borges.
Bajo el comando
de Leopoldo, con la participación de Tintori, grupos criminales incendiaron guarderías
repletas de niños, degollaron a trabajadores que se movilizaban en
motocicletas, amarrando alambres
de púas en los postes de Caracas. Hay amplias pruebas del pago de
jóvenes para la violencia que simulaba una supuesta manifestación que la prensa
monopólica señalaba como “pacífica”. Todos estos hechos han sido perfectamente
utilizados por las empresas de comunicación con el objetivo de ocultar a sus
consumidores, las manos sucias de sangre de la oposición venezolana y de
Tintori.
Rubia, blanca,
sexy, y vestida como una virgen de Delphos, Tintori es acompañada por una
amplia cobertura mediática de CNN, El País, Globo, desconsiderando sus
conexiones y relación con grupos políticos que utilizan sicarios paramilitares
para azotar a Venezuela, con una violencia digna de la peor década del gobierno
de Uribe en Colombia.
Basta recordar el asesinato de uno de los diputados más
prominentes del PSUV, Robert Serra.
La carrera de
Tintori como vocera de la derecha nace con su participación en el reality “Robson” de
Venevisión, y luego como presentadora de noticias y actriz de un sinnúmero de
propagandas, en donde consolidó un dominio total de las cámaras. Hay que
reconocerlo, es un excelente producto mediático, que vende al gran público su
supuesta lucha por los DD.HH., tan bien como cuando defendía los beneficios de
Movistar en los spots.
Gran parte de
esta sociedad que fue transformada en alta consumidora de bienes y servicios,
gracias a los proyectos progresistas, cae más fácilmente en las trampas de las empresas
de comunicación, como la
disimulada legitimidad de Tintori. En estos hechos mediáticos que se
sustentan en el atropello de la ley, no pueden hacerse cálculos políticos
comunicacionales superficiales. Aunque la inadmisión de Tintori por el Estado ecuatoriano
sea usada como presa por los carroñeros mediáticos,
y en contra del fuerte crecimiento de Lenín en las encuestas, evidencia
ampliamente cómo actúan las fuerzas conservadoras en el continente.
TOMADO DE: http://lajunta.ec/
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