miércoles, 25 de diciembre de 2019

¿Qué es la campaña BDS de boicot a Israel?

BDS son las siglas de “Boicot, Desinversión y Sanciones”, una campaña dirigida a presionar al Estado de Israel. ¿En qué consiste?

Protestas contra el bloqueo de Gaza en Melbourne. Fuente: Takver (Wikimedia)
“Boicot, desinversión y sanciones” (BDS) es una campaña iniciada en 2005 que busca presionar al Gobierno israelí para que cumpla con los estándares de derecho internacional, recomendaciones y resoluciones de organismos internacionales como las Naciones Unidas en relación al conflicto palestino-israelí.
La campaña se inspira en la realizada entre los sesenta y los noventa contra el régimen de apartheid sudafricano, y fue creada tras haberse hecho pública la opinión consultiva de la Corte Penal Internacional condenando la construcción de un muro entre Israel y el territorio de Cisjordania. 
Alrededor de 170 organizaciones, que incluían desde ONG hasta partidos políticos, sindicatos u organizaciones de refugiados, lanzaron un llamamiento para que la comunidad internacional los apoyara en esta iniciativa. 
Desde su nacimiento, BDS se fijó tres objetivos claros: acabar con la ocupación israelí en territorio palestino, así como quitar el muro; garantizar iguales derechos a los ciudadanos israelíes de origen palestino; y permitir el retorno de los refugiados palestinos acogidos en los países vecinos.
“Boicot, desinversión y sanciones” consiste, como indica su nombre, en boicotear los productos de proveniencia israelí o de empresas que colaboran en el mantenimiento de la situación actual en Palestina. Entre otros, anima a los consumidores a dejar de comprar productos alimenticios como frutas o dátiles, pero también cualquier otro producto que provenga o sea producido en Israel o en empresas que colaboran con el país. 
A esto se suma el llamamiento que se hace a las empresas y particulares de dejar de invertir en compañías que colaboren con el Estado israelí, lo que ha conseguido que personajes tan relevantes como Bill Gates hayan reducido sus inversiones en empresas que apoyan el mantenimiento de la situación actual en Palestina. 
En tercer lugar, las sanciones buscan que Gobiernos y otras instituciones internacionales penalicen a Israel de diversas formas: expulsándolo de tratados de comercio, gravando sus exportaciones o suspendiendo su membresía de organismos de Naciones Unidas, por ejemplo. 
Otra opción es el embargo de armamentos, como han reclamado organizaciones como Amnistía Internacional.
Esta campaña no ha estado exenta de polémica. Se la tacha frecuentemente de antisemita por, según algunos, negar el derecho de existir a Israel. 
Con todo, las acciones de la campaña BDS no puede considerarse, en sí mismas, antisemitas. Y actores como la Unión Europea han reconocido el derecho a practicar el boicot, amparándose en la libertad de expresión.
Naturalmente, el Estado de Israel ha convertido la lucha contra la campaña BDS en una prioridad. En 2017, por ejemplo, el Gobierno israelí aprobó una ley que permitía denegar el acceso al país a defensores del boicot, lo cual afectó a dos congresistas estadounidenses. Incluso su agencia de inteligencia, el Mossad, ha colaborado con el Ministerio de Seguridad Pública para frenar la influencia del movimiento participando en la creación de campañas anti-BDS.
Fuente: Revista La Mar de Onuba (Comunicado de prensa)
Revista La Mar de Onuba
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