viernes, 24 de noviembre de 2017

Cien años se cumplen de la Revolución de Octubre de 1917.

Los trabajadores y la Revolucion Bolchevique de 1917

Publicado el 08 Noviembre 2017 Escrito por Manuel Ahumada Lillo - 
EL CLARÌN DE CHILE

Recordamos el centenario de una fecha histórica. 
La más importante de todas aquellas donde el pueblo fue protagonista y exigió cambios profundos para salir de las miserables condiciones en las que vive.   
 Es la primera revolución victoriosa de la historia y así es expuesta, en uno de muchos sitios:   
“La caída del Gobierno Provisional se consumó tras el “Asalto al Palacio de Invierno” en San Petersburgo el 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre)
La noche del 24 los soviets se habían apoderado de los puntos estratégicos de la capital (central telefónica, estaciones de ferrocarril, edificios oficiales).
 El crucero Aurora, anclado en el puerto, bombardeó el palacio, sede del gobierno. 
Todos sus componentes fueron detenidos, salvo Kerensky, que logró  huir.     
Inmediatamente se constituyó un Consejo de Comisarios del Pueblo, formado por bolcheviques y presidido por Lenin, que sustituyó al gobierno derrocado. La revolución soviética había triunfado.  
                                                                              
Diversas luchas venían dando los trabajadores desde que, producto de la revolución industrial, la explotación y el abuso aumentaran en intensidad y se hicieran insoportables.  
Organizaciones de todo tipo se habían construido, nacional e internacionalmente, para promover, apoyar y dirigir esta lucha.                                                                     
Intelectuales denunciaban el abuso del capital y exponían el rol que debían jugar los pueblos para terminar con él, indicando que el rol principal en esa lucha corresponde a los trabajadores.                                               
Se dieron muchos combates contra el capital y se obtuvieron algunas victorias. 
La jornada de 8 horas, ya desde el siglo anterior, fue una de estas.                                                                                                                
La revolución en Rusia venía entonces a dejar en claro ¡¡que si era posible que se combatiera a quienes generaban las desigualdades y se les derrotara!!
Tal es la luz que deja ese 7 de noviembre de 1917.

Aquellos que, fuera de Rusia, pregonaban sobre la necesidad de luchar contra el capital expresaron su satisfacción:                                            
Desde Buenos Aires escribía L. E. Recabarren el 23 – 12 -1917: “…Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”.

Esto fue hace 100 años y mucha agua ha pasado bajo el puente. 
Ya no hay un gobierno revolucionario en Rusia y muchos, desde distintas visiones, se preguntan si la caída de ese sistema está vinculada al abandono de principios vitales del bolchevismo o si, lisa y llanamente, el pueblo dejó de creer en un Estado, en un sistema de gobierno que entregaba respuestas a sus demandas,  pero que al parecer no las satisfacía todas.                                                                     
¿Qué hacer?, ¿Recordamos los momentos gloriosos de la victoria, el rol del partido bolchevique en ella y nos vamos a casa a esperar la próxima conmemoración?. ¿O junto con analizar la victoria, comenzamos a preguntarnos qué pasó que todo se derrumbó como un castillo de naipes?
La revolución de octubre es un momento glorioso en la lucha de los abusados contra los abusadores, pero las condiciones que la propiciaron ya no están.                                                                                        
El capital sacó lecciones de ese momento y todo indica que sus lecciones fueron mejor aprendidas que las nuestras, si es que tomamos como antecedente el actual momento que se vive para hacer el diagnostico. 
Hay una sola cuestión clara, o al menos la más importante Cambió la manera de explotar pero no terminó la explotación y pese a los golpes que nos da el modelo, no hay una visión clara de cuál debe ser el instrumento de los trabajadores para hacer frente a esta ofensiva del capital que ya dura tanto tiempo.

Tenemos que hacernos cargo del desconocimiento histórico, leer como fueron construyéndose las bases para la victoria. 
Si no lo hacemos corremos el riego de seguir trabajando en espacios reducidos, sin capacidad para llegar a los millones que pese a ser abusados por el capitalismo, lo miran como un mal menor, el costo a pagar por lo que tienen y no se muestran interesados en combatirlo .
Ese debiera ser el mejor homenaje a  los 100 años de una revolución triunfante. 
Estudiarla, desmenuzarla, buscar los aciertos y errores, en la idea de profundizar lo que sirve y desechar lo que perjudica.
Por lo mismo no solo debemos retroceder 100 años y algo más para hacernos un cuadro de los hechos y elaborar nuestras propias conclusiones, sino también intentar hurgar en esta historia para conocer el rol que jugaron los trabajadores en ese entonces y en qué condiciones están hoy, para intentar jugarse por un cambio social.
A fínales del siglo XIX en Rusia recién comenzaba la industrialización, por lo que estaba en retraso respecto de otros países de Europa. 
Así como el amo, el señor feudal o el rey son quienes detentan el poder y deciden el todo sobre los ciudadanos, en Rusia tiene poderes totales el zar, quien amparado en una policía secreta llamada Ojrana, intenta acallar cualquier demanda o exigencia de cambios o modificación del modelo imperante.
El 85% de la población vivía en zonas rurales. 
Solo una capa pequeña de campesinos había surgido al amparo del zar - los llamados kulaks - mientras aumentaban los campesinos pobres, que cansados de su vida miserable iban emigrando a las ciudades para ocuparse en las industrias que se estaban instalando. 
El mismo proceso que con anterioridad vivieron los campesinos y artesanos pobres en países como Inglaterra y Francia, cuando se desato la revolución industrial, comienza a vivirse en Rusia, lo que trae aparejado el surgimiento del proletariado.                                                                
Que se sabe de los obreros rusos?
 “Los obreros son una minoría en el país, se puede decir que en 1914 eran sólo tres millones. 
Están sometidos a unas condiciones de vida muy duras: viven hacinados en barracones, sin condiciones sanitarias y con jornadas de hasta dieciséis horas.  
Por si fuera poco está prohibida cualquier organización obrera o cualquier reunión para discutir sus problemas”.
           
Nada distinto de lo que se vivía en los otros países donde se había iniciado la revolución industrial.

Los primero intentos de organización obrera en Rusia son la creación de pequeños círculos socialistas, que buscan transformarse en un  partido político a nivel nacional, pero fracasan en su intento. 
Eran denominados ligas y están presentes, entre otros, en Moscú y Kiev en 1896 y 1897.                                                                                                 
La primera organización de trabajadores que logra superar la represión y se constituye, pese a las dificultades, es el Bund.Sobre la estructura del Bund y su relación con los socialdemócratas rusos se dice que:                                                   
“Los primeros  que consiguen constituir una organización extendida a todo el país son los trabajadores judíos, más cultos en general y más coherentes también, dada su situación de minoría. 
Su organización es el Bund que cuenta con varios miles de miembros.                                    
En 1898 se reúnen en Minsk nueve delegados suyos, entre los que se cuenta un obrero  de las organizaciones socialdemócratas del Imperio y los representantes de las ligas de Moscú, Kiev,San Petesburgo y Ekaterinoslav. Esta asamblea se autodenomina ”Primer Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata   Ruso”, redacta un estatuto y un manifiesto y elige un Comité Central de 3 miembros”         
                     
* Pierre Broue -Rusia 1917 – el partido bolchevique
También se dice que el proceso de fundación del partido obedece al trabajo de marxistas rusos.
Cualquiera sea el motivo, lo que es indesmentible es que en este proceso de fines del 1900, los trabajadores no ven una contradicción entre organizarse como tales y genera un Partido.                                                                                            
Se dice que la separación entre el Bund y el POSDR la genera la exigencia de los primeros de ser considerados como la única organización de los trabajadores judíos, lo que no habría sido aceptado por la dirección del partido. 
Con todo hay muestras evidentes que muchos bundistas participaron activamente en el partido bolchevique, incluso después de la revolución.

Inicialmente para los bolcheviques el motor del proceso es el partido y no está su esfuerzo dedicado a construir una organización obrera.

Hay que estructurar el partido con militantes preparados para confrontar al sistema, a la vez que buscar los caminos para poder llegar a vincularse con los trabajadores y educarlos.

Es con la revolución de 1905 que toman nota del déficit que estaban acarreando. 
Queda claro que hay que trabajar más abiertos, férreamente unidos con los trabajadores, incentivando su participación: Así lo explica Broue en su libro “Rusia 1917 - el partido bolchevique:
“En realidad los bolcheviques se adaptaron con bastante lentitud a las nuevas circunstancias. 
Los conspiradores no podían convertirse de un día para otro en oradores y en líderes de la multitud. 
La revolución estalla en 1905 y precipita la acción política de centenares de miles de obreros. 
En adelante los trabajadores se revelaran ante todos, incluso ante si mismos como una fuerza con la que habrá que contar. 
Fue allí al calor de la lucha que aparecieron los primeros consejos obreros o soviets. 
Estos fueron elegidos primero en las fábricas y más tarde en los barrios. 
Durante el verano (1905) los mismos se extendieron a todas las grandes ciudades, dirigiendo el movimiento revolucionario en su conjunto. 
Comprendieron demasiado tarde el papel que podían desempeñar en ellos y la importancia que tenían para aumentar su influencia, luchando desde ellos para ganar la mayoría entre la clase trabajadora“
La gran victoria en la revolución de 10905 fue la constitución de los Soviets, instrumentos que se fueron implementando por toda Rusia y que se construían en cada espacio donde había participación popular. 
El soviets pasó a jugar un rol de primer orden y sus resoluciones eran la conclusión de una gran discusión en la base, participación directa y real de los abusados.
 Los soviets estaban integrados por militantes de diferentes partidos, marxistas y no marxistas, y su importancia radica en que se fue estructurando un órgano de dirección de la clase que tomaba nota de las posiciones de las organizaciones políticas pero resolvía según lo que considerara más óptimo para el conjunto de quienes lo integraban.
Los bolcheviques se integraron, trabajaron en ellos y con el tiempo convencieron a la mayoría de ser parte de sus decisiones.   
                        
Que son los soviets? La palabra “soviet” significa sencillamente “consejo” en ruso. 
Aparecieron en la revolución de 1905. 
Con el estallido de febrero de 1917, se extendieron por todo el país. 
Los soviets se constituyeron en centros de trabajo, en barrios, en el campo…. incluso en cuarteles y comisarías.
Al principio eran reuniones donde se preparaban movilizaciones o huelgas, pero la revolución los convirtió en organismos de poder.                                                                                              
Los soviets también empezaron a participar en la dirección de las empresas, comenzando a establecer un control obrero de la economía. 
A medida que la revolución maduraba, el sistema de soviets iba estructurándose mejor. 
Había soviets “de base”, desde donde se elegían delegados a soviets de ciudad o de región. 
Finalmente, había un soviet supremo estatal. 
Este “parlamento” no funcionaba como los parlamentos que hoy conocemos. 
La elección era directa en asamblea, y los delegados no se elegían con mandatos de 4 años, sino que eran inmediatamente revocables. 
Al calor de los acontecimientos, los partidos ganaban o perdían influencia rápidamente”.                                                                              
Los trabajadores siempre han sido explotados, incluso desde antes de la revolución industrial y de ser siquiera llamados proletarios. 
Y aunque ya antes del siglo XVIII contaban con organizaciones, ninguna fue tan importante y decisiva como los soviets.                                                                        
Es claro que, para ese tiempo y considerando las condiciones en que se vivía, el socialismo era la salida para terminar con el abuso. 
El futuro luminoso que ofrecía una sociedad sin clases donde los medios de producción eran propiedad de los trabajadores, era la claridad en ese mundo de sombras.

En 1899, en el artículo Una tendencia regresiva de la socialdemocracia rusa, Lenin define el socialismo (su propósito y esencia) con la siguiente fórmula: «... traspaso de la tierra, de las fábricas y, en general, de todos los medios de producción a propiedad de toda la sociedad, y sustitución de la producción capitalista por una producción regida por un plan general en interés de todos los miembros de la sociedad».                            
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Los intelectuales preocupados de la situación de la clase y del desarrollo del capital habían previsto una serie de condiciones para que esa sociedad socialista pudiera construirse, teniendo como un elemento determinante a los trabajadores y al partido que iba a guiarlos en este camino.
Desde que comenzó  a formarse políticamente  Recabarren tuvo claro que el orden social existente era contrario a las aspiraciones de los trabajadores. Hizo su camino y se pertrecho de todo lo que necesitaba para ir a hablar a los trabajadores con la verdad. Luchó incansablemente por sacarlos de la posición derrotista que muchas veces asumieron. Había una sociedad mejor a la que aspirar.
“El socialismo es una doctrina de estructura precisa y definida que tiene por objeto modificar las defectuosas costumbres actuales proponiendo costumbres más perfectas.
La base social del socialismo consiste en la abolición o transformación de lo que actualmente se llama la propiedad privada, proponiendo en su reemplazo la constitución de la propiedad colectiva o común.
Se entiende por propiedad privada la posesión y usufructo individual sobre la tierra y sus productos, sobre las herramientas, máquinas y medios de producción, de cambio y transporte.
La consecuencia de la propiedad privada es la coexistencia de patrones y obreros y la explotación que hacen los patrones del trabajo de los obreros.
Como consecuencia de la existencia de patrones y obreros, existe también el gobierno político de los países con todo su cortejo de opresiones y tiranías.

 http://elporteno.cl- Luis Emilio Recabarren: El Socialismo ¿Qué es y cómo se realizará? Escrito: En 1912.
Hasta ahora tenemos claro que:
*Los trabajadores son la mayoría en las sociedades capitalistas que están en formación y sufren miles de penurias junto a sus familias.
*Los intelectuales, preocupados por el destino de estos desposeídos, coinciden en la necesidad de que deben organizarse y visualizan que cumpliéndose ciertas previsiones, la lucha contra quienes les oprimen debe culminar victoriosa. El futuro se llama socialismo.
*Los trabajadores deben organizarse y ser guiados por una vanguardia consciente y preparada en esa lucha contra el enemigo de clase. Esa vanguardia se llama Partido. No obstante este partido no jugará el rol que le corresponde sino construye instrumentos que reúnan a los trabajadores y otros abusados por el sistema.                                             
Para los rusos esos instrumentos fueron los soviets.
Recabarren trabajó duramente por la organización de los trabajadores, promovió y fomentó las Mancomunales y luego de todo un proceso, al llegar a la constitución de la FOCH, sostuvo que era a esta que le correspondía llevar adelante la abolición del sistema imperante y reemplazarlo por otro.
Finalmente en su proceso de aprendizaje y sacando lecciones de la Revolución rusa, llega con sus camaradas a la constitución del partido comunista sosteniendo:
“..El Partido Comunista tiene por objeto inmediato, capacitar, orientar y disciplinar científicamente a sus adherentes, para que constituyan la vanguardia revolucionaria del pueblo y desparramados sus miembros en todos los sindicatos, ayuden a dirigir la marcha del proletariado hacia el triunfo final de nuestras aspiraciones de abolir el sistema capitalista con todas sus injusticias y miserias”. 

Surgen entonces inquietudes que probablemente estuvieron en muchos y todos estos años y que aún no están totalmente resueltas. ¿Han jugado su rol de aglutinadoras y educadoras de los trabajadores y del pueblo, aquellas organizaciones que asumieron y actuaron en su representación?¿Cumplieron con compromiso aquellos que se definieron como instrumento de los trabajadores para avanzar hacia una nueva sociedad?                     Lo concreto es que – al menos en los últimos decenios - no se visualizan grandes avances en la lucha de los trabajadores del mundo contra el capital y, lo que es más grave podemos hablar derechamente de retrocesos e incluso de abandonos.
El sistema instaló a los sindicatos, bajo las leyes que fue dictando, para asegurar su hegemonía y derechamente, estos fueron mutando de revolucionarios a reformistas. Tenemos que hacernos cargo de tal mutación y ver como la enfrentamos. Para cualquiera que siga el actuar de las organizaciones sindicales constatará que, en su abrumadora mayoría, han asumido que su rol es solo la negociación de cuestiones económicas y no tienen como norte el cambio del sistema que provoca sus pesares.
¿Necesitan los trabajadores de un partido político que les muestre que la lucha más importante es la lucha política, aquella que permitirá terminar con la hegemonía capitalista?                                                           
¿Si es que necesitan de este instrumento llamado partido, cual es el rol que el mismo debe jugar? ¿Hacerse y cargo y dirigir la acción del instrumento de los trabajadores o, como dijera Recabarren “sus militantes“deben desparramarse en todos los sindicatos y ayudar a dirigir la marcha del proletariado hacia el triunfo final de nuestras aspiraciones de abolir el sistema capitalista con todas sus injusticias y miserias”. 
¿O es que en definitiva los trabajadores deben transformarse en un gran instrumento organizado y desde esa fuerza resolver  la creación del instrumento político que debe apoyarles en la lucha por el cambio de la sociedad?
Lo que es claro  es que a 100 años de la revolución es hora de comenzar a respondernos estas y otras preguntas y comenzar a trabajar.
Un segundo elemento que quiero analizar en esta ocasión, se refiere a la forma en que se debe llegar a los trabajadores con las  propuestas que nos interesa que conozcan.
Convengamos en que cualquiera sea el instrumento - Partido – Sindicato  u otro – este debe estar compuesto por luchadores clasistas convencidos, a los que también podemos llamar revolucionarios.              Revolucionarios son aquellos que hacen la revolución y Revolución implica un “cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación”. ¿Y no es que queremos cambiarlo todo, porque lo que hay está malo?                                                                                                  
Los luchadores clasistas, los revolucionarios, son personas que tienen claro que la lucha de clases no es un invento y que es la clase trabajadora la que debe recibir él apoyo y respaldo para combatir y ganar la batalla contra su enemigo de clase el capitalismo.´
La ideas, las propuestas, los planteamientos de los más claros, deben ser  expuestos en diferentes instrumentos y difundidos entre las grandes mayorías idiotizadas por la campaña de desinformación del capital, o desprovistas de toda capacidad para luchar por lo que en justicia les pertenece.
Ambos, Lenin  y Recabarren, junto a aquellos que fueron parte de sus equipos de trabajo entendieron, desde el momento mismo en que iniciaron sus caminos, que a las masas populares había que educarlas, explicarles con claridad porque había que destruir el sistema que los humillaba para alcanzar la victoria.
 En tiempos de la Rusia zarista existía un férreo control policial y costaba mucho disponer de medios elaborar el material informativo y educativo, así como de activistas que los distribuyeran. Lenin y sus compañeros sabían que era imperioso establecer las redes, conectar a intelectuales y obreros a lo largo de toda Rusia.
“El 24 de diciembre de 1901 aparece en Stuttgart  el primer ejemplar del periódico Iskra (La Chispa) cuyo ambicioso lema rezaba ”de la chispa surgirá la llama”. Su objetivo es contribuir al desarrollo y organización de la clase obrera.                                                   Para Lenin es preciso – y esa es precisamente la tarea que se plantea Iskra – introducir en la clase trabajadora las ideas socialistas, mediante la construcción de un partido obrero que habrá de convertirse en el combatiente por sus intereses y en su educador, al tiempo de convertirse en su dirección”  
                                                    
*Pierre Broue – Rusia 1917 – El partido bolchevique
Trabajaban con ahínco, en medio de duras condiciones, habida cuenta de la persecución política y la escasez de recursos, pero nunca decayeron en sus esfuerzos.                                                                                    Mantener a la población informada, educar a los cuadros y a los futuros militantes era una tarea de primer orden. Educar permitiría ayudar a organizar y la organización de millones marcaría la diferencia en el momento de la confrontación con el enemigo de clase.
“La misión del periódico no se limita, sin embargo, a difundir las ideas, educar políticamente y a atraer aliados políticos. El periódico no es sólo un propagandístico colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo”. Con esa estrategia, casi 10 años más tarde, cuando en 1912 comienza un auge de las luchas obreras, Lenin adapta el periódico a las nuevas circunstancias creando el Pravda(La Verdad) que sería el nombre del diario /del partido revolucionario que triunfó en Octubre del ’17
.  
No está claro que Recabarren haya podido tener acceso  a estas conclusiones de Lenin y los suyos, en el momento en que eran expuestas. Sin embargo ambos tenían un elemento en común.                                  
El profundo amor por la clase y la convicción de que esta saldría victoriosa de sus luchas. Solo había que formarla, educarla y estar siempre con ella.            
Recabarren otorga a la educación de los trabajadores gran importancia y para ello durante toda su vida creo, participó, fue articulista y dirigió periódicos obreros.
En el 1900 escribió: “La prensa obrera es como la luz que señala desde lejos el camino más corto por donde debemos andar”. En 1901, señaló en el periódico “La Democracia”: “La prensa obrera, tiene por misión sagrada, contribuir a la ilustración,   y difundir la cultura en las costumbres de los pueblos”. En 1906 escribió en “La Doctrina Popular”, de Coquimbo: “La prensa es la voz del pueblo. No hay  periódico insignificante. El más pequeño es tan terrible como el más formidable ariete”. En 1917, estando en Buenos Aires, sostuvo: “La prensa obrera es un medio más de lucha, de acción, de crítica, de propaganda, de discusión”.                                                             En 1921 en un discurso en la Cámara de Diputados, afirmó: “Mientras la imprenta no estuvo en manos de los obreros, no éramos nadie; vivíamos en la oscuridad, ignorados; no podíamos desarrollar nuestro pensamiento”. 

La revolución bolchevique cumple 100 años.                                                             
En ese tiempo las condiciones de vida del pueblo eran infames, miserables, por lo que los discursos de lucha no solo eran correctos, también lo eran los caminos que se proponían para terminar con el flagelo capitalista. El contacto con los obreros a través de los libros, periódicos, volantes, los discursos callejeros a pura garganta, etc.                                                                            
Todo aquello que sirviera para llegar a las masas era utilizado. 
El siglo XXI pone enormes instrumentos a nuestra disposición para difundir las propuestas de la clase trabajadora y la plena vigencia de las propuestas de cambio social.                                                                       
Y sin embargo, es más bajo que nunca el nivel de adhesión a las organizaciones obreras y sociales, feble la convicción para instalarse a la salida de los lugares de trabajo y entregar el material educativo.
¿Cómo van a cambiar su visión los obnubilados, los engañados por el sistema, si los más claros no son capaces de llegar a ellos?
Concluyamos en algo:
Los trabajadores requieren de instrumentos que les apoyen para educarse en sus derechos, aprender donde está el origen de sus penurias y una vez asumido, combatirlo para cambiar su situación.
Esos instrumentos, llámense sindicatos, partidos, o como quiera llamárseles no van a tener éxito si no están ligados indisolublemente a los trabajadores y sus problemas, educándoles permanentemente.   Esa educación y preparación que demandamos, ya la demandaban los trabajadores a inicios del 1800 y la siguen demandando hoy, algo más de 200 años después.
Si la revolución bolchevique de 1917 fue exitosa, es porque contó con un instrumento de dirección política, el partido bolchevique, que a su vez dispuso de un instrumento organizativo nacido desde la base capaz de asumir las demandas y aspiraciones de todos los rusos pobres, como lo fueron los soviets.
Ambos contaron, para la difusión de sus ideas y propuestas, con todo tipo de medios de educación y activistas que llegaron sin temor alguno a conversar y educar a las masas.                                                                       Solo nos resta entonces sacar las lecciones y avanzar en lo que hacemos, porque algo si es claro.                                                                              
El capitalismo no sirve y debemos construir junto con los trabajadores y el pueblo los caminos para avanzar hacia una sociedad distinta.

VIVA LA REVOLUCION BOLCHEVIQUE Y DE LOS SOVIETS.

MANUEL AHUMADA LILLO


TOMADO DE:   http://misionverdad.com
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