¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE DÓLAR TODAY?
CONSEGUIMOS LA RESPUESTA
Reactivar algún mercado de divisas no sólo permitiría que sea el Estado (como ocurre en todos los países capitalistas) el que reciba esos recursos y emita medios de pago, sino que se permitiría crear una tasa de cambio referencial perfectamente auditable que sirva de contrapeso al especulativo y fantasmal Dólar Today.
¿O necesitamos más para saber quiénes están detrás de DolarToday?
Viernes, 17 de
noviembre 2017
Hoy, luego de varias
semanas, volví a revisar la tasa de cambio que impone el paramilitarismo en la
frontera a través del mecanismo de los llamados cambistas profesionales que
operan en Cúcuta, capital del departamento Norte de Santander.
Lo hice a través del portal web del diario
La Opinión, que cada día publica la tasa empleada el día anterior o establece
la que marcará la relación de cambio del día de hoy.
El valor publicado es de 0,10 pesos por
bolívar. Es decir, para comprar 1 peso usted tendrá que pagar 10 bolívares.
El dato relacionado con la tasa Bolívar-Peso
es pertinente por dos razones: uno, su cálculo está sustentado por elementos
muy concretos, como es su uso para determinar los precios del comercio de
frontera, y dos porque ya en su momento el propio portal DolarToday
pretendía explicar su tasa con la relación que se generaba entre las dos
monedas locales.
No es que la relación era exacta o
simétrica, pero los datos más o menos se parecían.
Pero lo que ha venido ocurriendo en las
últimas semanas indica nítidamente el carácter especulativo, conspirador y
delictivo de DolarToday, ya que para hoy el diferencial entre los dos tipos de
cambio paralelo supera el 100 por ciento.
Es decir, mientras la tasa de referencial de
cambio en Cúcuta es de 30.150 bolívares por dólar, la que marca el sitio web es
de poco más de 73 mil bolívares. Explicamos: para hoy el dólar TRM (tasa
representativa del mercado) en Colombia es de 3.015 pesos, por lo que si usted
compra pesos para comprar divisas, necesitará 30.150 bolívares para recibir los
pesos requeridos para adquirir un dólar.
Hay que hacer la precisión que eso es
posible sólo si usted tiene bolívares en papel moneda o efectivo y, por
supuesto, va a recibir (o espera recibir) billetes verdes de los EEUU.
Si usted no tiene papel moneda de Venezuela
sino una cuenta bancaria donde una institución financiera asegura que usted
tiene muchos dígitos, usted sólo podrá comprar pesos a una tasa de 0,39 pesos
por bolívar, según la tasa que publica en tiempo real la cuenta en Twitter
@bolivarcucuta.
Es decir, que por esta vía de la
transferencia electrónica, usted necesitará 78 mil bolívares para comprar los
pesos requeridos para acceder a un dólar.
Y aquí comienzan a aparecer los datos, por
deducción, de quienes están detrás del DolarToday.
En primer lugar podemos identificar un
proceso que desde hace varios años pretende dejar a Venezuela sin control de
sus títulos valores, incluyendo los medios de pago legítimamente emitidos
por la República.
Es decir, el mecanismo de devaluación
especulativa, impuesto inicialmente desde las casas de cambio de frontera con
el fin de apuntalar financieramente el contrabando de extracción de alimentos y
combustibles, tenía como objetivo real apoderarse del papel moneda, es decir de
los títulos valores de Venezuela (que comprometen a la República) más cercanos
a la población.
Luego, la creación de la brecha cambiaria
entre las modalidades de efectivo y transferencia, buscaba hacer altamente
atractivo la “venta” voluntaria del papel moneda. Si usted tiene billetes
(viejos o nuevos) creerá que es una ganga si los entrega al cambista a una tasa
que duplica la que le reconocen por transacciones electrónicas. Y eso
pasaría aún en el caso de que le ofrezcan el pago hiperbolizado en bolívares
digitales.
Por eso ocurre el acarreo masivo (nada mejor
que la referencia del bachaco) de cajas de papel moneda a las zonas
fronterizas, tanto con Colombia como con Brasil.
Se van los billetes y regresan los
algoritmos que circulan por internet asegurando que eso es dinero y que alguien
(la banca privada o el BCV) lo está respaldando.
En segundo lugar, tan acelerada y creciente devaluación, con diversidad
de modalidades y con brechas enormes entre una y otro (DIPRO, Dicom regular o
subasta de contingencia, DolarToday y Bolívar Cúcuta, por nombrar sólo algunos)
hace terriblemente tentador el mercado cambiario subterráneo. Sin usted en
algún momento pudo comprar unos pocos cientos de dólares, le quedaron de un
viaje, se los envió un sobrino o se los pagaron por un trabajito que hizo, lo
más probable es que ya los haya vendido. Además con el acelerado encarecimiento
de la vida es probable (como me pasó a mí) que los haya tenido que vender a
algún portugués que debe hacer pagos en divisas mensualmente.
Es decir, que lo pocos dólares o euros que
servían de supuesto ahorro para la clase media o pequeños comerciantes ya no
están en su poder y probablemente volvieron a sus países de origen.
Ya van dos…
Y les agrego una tercera. Con ese poco
de gente que se ha ido del país (no sólo ahora sino hace varios años) ya
deberíamos tener un atractivo flujo de remesas. Desde Colombia, Ecuador,
Argentina, Chile, España, República Dominicana, EEUU, México, Canadá.
Sin embargo las casas de cambio y los
servicios de envío de dinero no funcionan pues, además de que no serían
atractivos. carecen de marco regulatorio. ¿Y como hacen los padres o los hijos
que migraron para obtener divisas para enviarle a sus familias? Pues, muy
fácil: en cada ciudad con aceptables concentraciones de venezolanos hay
operadores financieros informales que reciben los dólares, euros o pesos y
envían más dígitos y algoritmos vía web.
Ese trabajo, que es una importante fuente de
riqueza y de ingresos de cualquier país, nunca llega a Venezuela, sino que
queda en poder de las únicas organizaciones que pueden crear dinero sin prender
una impresora: es decir los bancos.
No creo que sea muy complicado deducir cual
es el impacto que al menos estos tres procesos descritos están generando sobre
los precios y sobre la propia devaluación. Y se trata de un fenómeno
indetenible y que se autoalimenta.
¿A dónde nos llevará todo esto?
Todo indica que el objetivo es “dejarnos sin
dinero”, como lo planteó abiertamente en agosto de 2016 el almirante Kurt Tidd,
jefe del Comando Sur de EEUU.
Según Russell Dallen, líder de la firma
Caracas Capital Markets, el jefe militar le preguntó qué sucedería si
Venezuela se quedara sin dinero, y comparó la situación con lo que
hubiera sucedido en Grecia si el Fondo Monetario Internacional no sale al
rescate del país cuando no podía pagar sus deudas.
También comparó ese escenario con Somalia,
donde las autoridades y simpatizantes internacionales han batallado para
restablecer las estructuras del estado tras decenios de guerra civil.
“Eso significa la ruptura civil de un país”,
fue la interpretación que le dio el banquero al intercambio con Tidd.
¿Cómo detener esa posibilidad?
Evidentemente no es a través del
fortalecimiento de los medios electrónicos de pago y mucho menos preservando la
ausencia de servicios formales y atractivos para la recepción y cambio de
divisas.
Hace ya 70 días que la ANC recibió un
planteamiento de manos del presidente Nicolás Maduro para reabrir las
operaciones de las casas de cambio.
Reactivar algún mercado de divisas no sólo
permitiría que sea el Estado (como ocurre en todos los países capitalistas) el
que reciba esos recursos y emita medios de pago, sino que se permitiría crear
una tasa de cambio referencial perfectamente auditable que sirva de contrapeso
al especulativo y fantasmal Dólar Today.
¿O necesitamos más para saber quiénes están
detrás de DolarToday?
(La Tabla)
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