martes, 26 de mayo de 2015

El conflicto de Gaza forma parte del sistema de control 


israelí sobre los palestinos


Yehuda Shaul


NewStatesman, 26/05/2015



Un chico palestino observa la ciudad de Gaza, 6 de agosto de 2014. (Foto: Mahmud Hams / AFP / Getty)

Hace once años, me dieron el alta del servicio militar como combatiente de la Brigada Nahal de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
A continuación, fundé la organización Rompiendo el Silencio junto con varios amigos.
Desde entonces, he hablado con centenares de soldados sobre su servicio militar en los territorios [ocupados en 1967].
Nunca me encontré con normas tan permisivas como las que describieron decenas de soldados y oficiales que participaron en la operación Margen Protector de 2014.
Sus testimonios muestran cómo actuó el ejército y pueden explicar, en gran medida, por qué hubo un número tan elevado de víctimas civiles.
Pero los testimonios de la operación Margen Protector no cuentan toda la historia.
No cuentan, por ejemplo, que la operación de ese verano fue solo la última de una serie de operaciones llevadas a cabo por las FDI en Gaza en los últimos años (la operación Plomo Fundido del invierno de 2008-2009, la operación Pilar Defensivo de 2012 y ahora la operación Margen Protector del verano de 2014).
También olvidan explicar por qué es evidente que es cuestión de tiempo que se desarrolle una nueva operación militar.

Esta sucesión de operaciones en Gaza es la expresión de una estrategia que los oficiales de las FDI denominan “cortar el césped”.
Quienes defienden esta estrategia dicen que es una respuesta necesaria a las amenazas terroristas con las que se enfrenta Israel.
Estos oficiales presentan esta estrategia como una herramienta defensiva diseñada para socavar la capacidad de los grupos terroristas para amenazar la seguridad de Israel.

 Dicen que, puesto que las amenazas a las que se enfrenta Israel son constantes y nunca pueden ser completamente evitadas, Israel debe “cortar” periódica y cíclicamente las capacidades de las organizaciones terroristas y debilitar su preparación para el combate.
Realizar una operación cada dos o tres años es una expresión de esta lógica fría y calculadora, en absoluto banal.

Pero la última operación, al igual que las que le precedieron, no solo ha dañado la infraestructura de Hamas y de otros grupos armados.
Las principales víctimas de la política de “cortar el césped” han sido civiles palestinos, cuya población está siendo desgarrada por la agonía de la guerra.
 Pensemos en lo que le sucede a una sociedad cuando centenares de niños mueren en un plazo de dos meses, junto con la destrucción de 18.000 casas.
Es imposible no discernir si lo que las FDI están “cortando” cada dos años son las capacidades de grupos terroristas o la capacidad de toda una sociedad para desarrollarse y sobrevivir.
En efecto, la política de “cortar el césped” no es más que otro componente del sistema israelí de control de la población palestina que se ha impuesto en Gaza y Cisjordania.
 Con el fin de preservar este control, Israel hace todo lo necesario para que los palestinos permanezcan débiles y vulnerables.
Como soldado, tomé parte en gran cantidad de operaciones cuyo objetivo era humillar y someter a los civiles palestinos de Cisjordania.
Muchos otros soldados han hecho y siguen haciendo lo mismo.
Las patrullas a todas las horas del día y de la noche por las calles de las ciudades palestinas, las redadas y registros de casas elegidas al azar, los puestos de control en el corazón de áreas palestinas densamente pobladas…
todas estas acciones tienen como objetivo mostrar a los palestinos que los soldados israelíes están siempre presentes en todos los sitios y crear un clima de persecución.
Otras operaciones, como los toques de queda en un pueblo o el arresto de todos sus hombres por tiempo indefinido, permiten apuntalar el miedo entre la población y, con ello, fortalecer el control sobre ella.
La diferencia entre las misiones de los soldados en Cisjordania y en Gaza se debe a las diferentes características del control que Israel ejerce en los dos territorios.
Cisjordania ha estado bajo control militar directo y diario y control civil parcial durante los últimos 48 años.
En la Franja de Gaza, Israel no ha implementado un control militar directo desde 2005.
Pero, hasta el momento, sigue controlando los aspectos más básicos de la vida diaria de Gaza.
Controla el espacio aéreo y marítimo de Gaza, así como el registro de su población y la entrada y salida de personas y mercancías.
Los conflictos periódicos en Gaza no son más que otra herramienta más del sistema de control indirecto de Israel sobre la población y es, también, otro medio para desmembrar la sociedad palestina.
Debemos recordar que cuando “cortamos” la libertad de los palestinos para elegir cómo desean vivir sus vidas y su derecho a vivir seguros, con un techo sobre sus cabezas, nos estamos “cortando” a nosotros mismos.
Estamos recortando nuestros valores y nuestra humanidad, así como nuestra seguridad y la esperanza de vivir sin pensar en la siguiente guerra.
Si no actuamos para detener este permanente “corte de césped” de Israel, tanto en Gaza como en Cisjordania, no podemos esperar otra cosa que muerte y destrucción en ambos lados.
Solo una lucha política decidida para poner fin al control israelí puede evitar la siguiente guerra y traer la paz y la seguridad a los pueblos de la región.
 Solo la libertad de los palestinos puede garantizar la libertad y la seguridad de los israelíes.

Yehuda Shaul es cofundador y miembro de Rompiendo el Silencio, una organización de unos mil veteranos israelíes que trabajan para poner fin a la ocupación israelí.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

TOMADO DE: http://blog.disenso.net/

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