domingo, 5 de julio de 2015

Los túneles de contrabando de Gaza, un trabajo arriesgado

Hana Salah




Trabajando en un túnel de contrabando excavado bajo la frontera de Gaza con Egipto, 8 de octubre de 2013. (Foto: REUTERS / Ahmed Zakot)

Desde que el antiguo presidente egipcio Mohamed Morsi fue derrocado en junio de 2013, el ejército de ese país ha tratado de eliminar los túneles de contrabando que discurren por debajo de la frontera con la Franja de Gaza y ampliar la zona de seguridad.

Algunos túneles siguen funcionando, con cautela, dados los enormes riesgos que existen, como la erosión del suelo en el interior de las estructuras, la vigilancia que se ejerce sobre los contrabandistas y las bombas de gas que se utilizan contra ellos.

Estos túneles siguen siendo la única forma de introducir bienes en Gaza cuya importación está prohibida por Israel a través del único puesto fronterizo para mercancías que hay entre el estado judío y Gaza, el de Kerem Shalom.
El contrabando de los túneles es, también, una forma de evadir los nuevos impuestos establecidos por Hamas sobre las mercancías importadas por Kerem Shalom.

El corresponsal de Al-Monitor en Rafah se reunió con un operador de túneles, al que llamaremos Abú Raed.

Tiene un túnel para introducir bienes por debajo de la frontera con Egipto. “Gaza necesita más túneles, pues la mayoría han sido destruidos”, dijo.
Abú Raed dijo a Al-Monitor que introduce de contrabando bienes prohibidos por Israel y sometidos a elevados gravámenes por Hamas, añadiendo que contrabandea cigarrillos, “dado su bajo precio y la ausencia de fábricas de tabaco en Gaza. Los cigarrillos son importados desde Cisjordania y Hamas carga un impuesto del 17 por ciento. Gaza también importa tabaco extranjero, pero también está altamente gravado por Hamas”.

“El trabajo en los túneles se ha vuelto más complicado [debido a la represión, así que] estamos contrabandeando, sobre todo, cosas caras y ligeras muy demandadas en Gaza”, añadió.
Abú Raed siguió explicando: “Estamos pasando piezas de repuesto de motocicletas, cuya importación está prohibida por Israel, así como soldadores, prohibidos por razones de seguridad.
Aunque los soldadores son empleados por los herreros para fabricar puertas, también pueden ser utilizados por la resistencia en la producción de cohetes, tal como dice Israel”.
Según Abú Raed, también se introducen de contrabando “motores para frigoríficos, altavoces de ordenador y herramientas como taladros eléctricos, cuyo precio alcanza los 1.000 dólares en la Franja de Gaza, ya que apenas se encuentran; podemos traerlos de Egipto por 380 dólares”. Y añadió: “A pesar de las dificultades, seguimos pasando varios tipos de productos químicos, cuya entrada por el paso de Kerem Shalom está prohibida por Israel, incluida la fibra de vidrio, que los pescadores utilizan para reparar pequeñas embarcaciones, que son dañadas por los continuos ataques israelíes”.
Aunque Abú Raed tiene problemas de respiración debido al polvo que se crea en el interior de los túneles, se ve obligado a trabajar en estos para mantener a su familia, ya que el desempleo en Gaza es muy elevado.
El contrabando se ha vuelto peligroso, dice un hombre que trabaja con Abú Raed y que pide que le llamemos “Mohamed”.
“El ejército egipcio está abordando la cuestión de los túneles con firmeza y brutalidad. Dispara directamente a los trabajadores, como ya lo hiciera en una ocasión que un trabajador fue herido en una emboscada tendida por soldados egipcios. 
Nos sentimos constantemente en peligro mientras trabajamos, pues vehículos militares circulan por encima de nosotros. […] Esto puede afectar al suelo dentro de los túneles. Podemos morir en cualquier momento”, dice Mohamed.
En su opinión, el contrabando de los túneles es el único trabajo que puede encontrar, a pesar de haber cursado estudios de contabilidad. Cree que hay menos riesgo de que los túneles se hundan que de morir a manos de los soldados egipcios.
Explicó que “el ejército egipcio lanza gas lacrimógeno o aguas residuales [al interior de los túneles], donde el oxígeno es escaso, causando la muerte. El riesgo de que un túnel se venga abajo es menor”.
En la mañana del 7 de mayo, siete trabajadores fueron rescatados en Gaza después de que fueran dados como desaparecidos en un túnel parcialmente destruido por el ejército egipcio.

Los medios de comunicación egipcios siguen hablando sin cesar de una nueva destrucción de túneles en la frontera con Gaza.
Según Abú Raed, la zona de seguridad en la que está trabajando el ejército egipcio tendrá más de 1,5 kilómetros de largo.
El contrabando de mercancías desde El Cairo a Rafah se está volviendo creativo: incluye la transferencia de mercancías autorizadas desde almacenes de El Cairo a almacenes situados en la Península de Sinaí que todavía no han sido destruidos.
Desde el derrocamiento de Morsi, la economía de los túneles ha decaído tras la destrucción por parte de las fuerzas armadas egipcias de más del 80 por ciento de los túneles.

El paso fronterizo israelí de Kerem Shalom es el único punto de entrada de mercancías, pero no es suficiente para cubrir las necesidades de todos los gazatíes.

El portavoz del ministerio de Economía Nacional controlado por Hamas, Tarik Labad, dijo a Al-Monitor: “Las mercancías que entran por Kerem Shalom no representan ni una tercera parte de las necesidades cotidianas de Gaza.
Cada día, entran una media de 300 camiones con mercancías, llegando en ocasiones a los 700 camiones.
Transportan algunos materiales de construcción, pero Gaza necesita unos 1.600 camiones al día”.

Labad comenta que antes del bloqueo había cinco pasos fronterizos de mercancías en Gaza: el de Karni para productos comerciales, el de Sufa para grava y materiales de construcción, el de Kerem Shalom para mercancías, el de Nahal Oz para combustible y el de Rafah, que también se utilizaba para artículos comerciales.

Se cerraron todos, salvo el de Kerem Shalom.
“El cruce de Kerem Shalom es relativamente pequeño y no es suficiente para satisfacer las necesidades de Gaza. […]
El ejército israelí elaboró una lista de materiales prohibidos, tales como tablas de madera largas, tubos de plomo y hierro, cuya entrada no está permitida”, dice Labad. Israel da “falsas excusas para [prohibir] estos materiales, que la gente necesita de forma perentoria, diciendo que son utilizados para fines militares”, añade.
A pesar de los riesgos, los habitantes de Gaza siguen dependiendo de los túneles fronterizos. 
Los trabajadores seguirán pasando penalidades, a menos que se produzca un avance político acordado con Israel y Egipto para cambiar las duras condiciones de vida que Gaza viene sufriendo desde que comenzara el bloqueo en 2007.

Hana Salah es periodista palestina especializada en temas financieros y vive en Gaza. Anteriormente, ha trabajado en varios periódicos palestinos y en la Agencia de Noticias Anadolu de Turquía.
Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

TOMADO DE: http://blog.disenso.net/

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