viernes, 12 de febrero de 2016

¿Enmienda constitucional para acabar con el chavismo?


FRANCO VIELMA


constitucion
Las cartas se están echando antes de tiempo. Algo sucede con la matemática de preferencias electorales, que la derecha comenzando febrero ha dicho cuál será la estrategia para desmantelar la Revolución Bolivariana.
Aquello de “definir en seis meses” cuál sería la vía para sacar a Maduro ha quedado sin efecto, pues la derecha en la AN ha comenzado a jugar posición adelantada definiendo desde ya los pasos con los cuales intentarán desmantelar el proceso político iniciado por el chavismo en 1999. En palabras del propio Ramos Allup, varias vías que habían mencionado están quedando “descartadas” una a una por diferentes razones. La renuncia, un proceso de enjuiciamiento para destituir al Presidente, la enmienda constitucional, la constituyente o el referéndum revocatorio, era lo que se leía en el menú.
En entrevista ofrecida al diario El Tiempo de Colombia, Ramos Allup descartó varias de esas opciones que venían barajando. Con respecto al referéndum revocatorio señaló que implementarlo resultaría muy “engorroso”, pues se trata de “una propuesta engañosa que se ve muy bonita” (quién sabe qué diablos quiso decir). Sobre la renuncia, aseguró que los propios dirigentes del chavismo jamás accederían a que Maduro se despoje de su investidura. “No lo dejan”, dijo.
Los únicos mecanismos que quedarían a la mano, resaltó, serían la enmienda de nuestra Carta Magna y la Constituyente. “No veo el enjuiciamiento”, puntualizó. “Creo que la enmienda es la vía más rápida, se aprueba por mayoría simple en la Asamblea, y estoy seguro de que la aprobaría la mayoría del electorado”, concluyó.
La propuesta de una enmienda constitucional para recortar el mandato presidencial a cuatro años reluce ahora como la opción más “viable”.
Esta vía, a diferencia del referéndum, no está condicionada a lapsos de espera de cumplimiento de mitad del mandato de Maduro, es decir, la próxima semana la derecha podría estar sesionando para debatir la enmienda.
Hablando de referéndum revocatorio, en el mes de julio el Ejecutivo tendría el lapso cumplido para que se hiciera la convocatoria. ¿Qué puede estar pasando en las matemáticas de preferencia electoral que han descartado ahora la posibilidad de referéndum? ¿Por qué lo consideran “engorroso”? ¿Por qué acudir ya mismo a la vía expedita de reformar la Constitución para recortar el mandato del Ejecutivo?
LA SOBRESATURACIÓN DEL ESPECTRO DE LA OPINIÓN.
No podemos asumir como mera casualidad que, en menos de una semana, Venezuela fue catalogado como “país cuya capital es la ciudad más peligrosa del mundo”, “país en crisis humanitaria en salud”, “país que caerá en default y quiebra total”, “país con una crisis de hambruna”, etc. De repente se comenzó a tergiversar casi todo lo dicho por ministros en una estrategia de medios digitales idéntica a las de propaganda negra preelectoral. 
Todo esto de la mano de ONGs, medios internacionales, cifras manipuladas y distorsión profunda de la coyuntura nacional. Todo esto de manera acelerada y articulada, al mejor estilo del manual de Guerra No Convencional, al mismo tiempo en que instancias como el Parlamento Europeo debatían que “la crisis institucional” de Venezuela llegaba a un pináculo que socava la “estabilidad del país”. ¿A qué se debe este recrudecimiento de la campaña contra Venezuela? ¿Por qué se sobresaturan de manera acelerada los frentes internos y externos?
Esto sucede mientras nuevamente en los estados Táchira y Mérida se intentan relanzar las guarimbas y se agudizan los llamamientos “a la calle” por parte de Voluntad Popular, colocando el tema de la Amnistía y la situación social como acelerantes a la “explosión social” que tantos anuncian desde la derecha con bombos y platillos. 
La agenda parlamentaria comenzó a migrar (no de manera sorpresiva) de leyes con poco respaldo (como la de la GMVV y la de Amnistía) al intento de interpelaciones a ministros y a la instauración de una santa inquisición adeca, por otro lado, llegan las “propuestas” como que la AN pida la renuncia del Presidente y la de enmienda constitucional que vino de la mano de La Causa R.
Se sobresatura la escena política con eventos-situaciones que marcan la agenda-debate. Recrudecen las condiciones de percepción subjetiva de la realidad nacional. 
La expectativa de medidas económicas por parte del Gobierno Nacional intenta borrar del hecho económico las medidas que efectivamente el Ejecutivo ya está tomando en lo medular productivo y se inclina la expectativa en medidas como la unificación cambiaria y el aumento de la gasolina, medidas que intentarán emplear como acelerante para el recrudecimiento de la conflictividad. Intentan llevar la política a un nudo crítico, donde la crisis y la zozobra se imponen en el hecho nacional, justo en que se enfatiza la continuidad del problema de las colas y el desabastecimiento, sin que los medios dejen de culpar exclusivamente al Gobierno.
La única explicación razonable de este recrudecimiento de la campaña del malestar yace en que podríamos encontramos justo en el umbral de una contienda política por la enmienda constitucional en la que el voto será definitivo.
 Esto ocurre de manera anticipada, pudiendo tener lugar a la vuelta de la esquina. La derecha intenta ganarle la carrera al tiempo, montados en la onda expansiva de su triunfo el 6-D, aprovechando la vigencia de la coyuntura y explotando al máximo el protagonismo político del cual gozan en el Parlamento. La derecha y sus medios, sus generadores de opinión y sus actores internacionales, comenzaron a echar el resto en una etapa de definición.
¿Sucede algo en el espectro de la opinión que produzca esta aceleración de eventos?
Tiene total sentido en la política que, aprovechando una victoria electoral y un muy buen momento, una fuerza política intente obtener de esto el máximo beneficio, que intenten prolongarlo y que esto se utilice como portaaviones para conquistar nuevos espacios. 
Aunque esto pueda explicar lo que hace la derecha, es insuficiente para entender la vía poco elegante de tener que cambiar la Constitución para acabar con la Revolución. El referéndum revocatorio no es engorroso, ya ellos convocaron uno y lo perdieron. Simplemente quieren ganar una carrera contra lapsos de tiempo muy cortos.
Es como que alguien que se diga seguro de ser campeón maratonista y que se diga con condiciones de carrera a largas distancias diga, ahora, que quiere ganar una medalla en una carrera de 100 metros planos hecha de manera improvisada. 
La derecha entiende la composición matemática de su victoria el 6-D y temen que comiencen a sufrir desgaste, especialmente por sus promesas electorales demagogas abiertamente incumplidas y desechadas de antemano por sus propios voceros.
Sobre la mayoría de electores venezolanos, el 6-D (incluyendo chavistas y opositores) se impuso la necesidad de asumir la coyuntura económica con alternativas viables donde el componente de lo productivo sea prioritario. El Ejecutivo asumió esa bandera como conductor de una política necesaria y eficaz, que gran parte del país esperaba, especialmente el chavismo, el que más ha convocado a volver al campo.
En este ítem irrumpió el Decreto de Emergencia Económica. Así se han ido configurando los eventos y aunque la coyuntura sigue siendo dura, el sistema de expectativas en la población se reorienta a lo constructivo, en detrimento de la agudización de las contradicciones que podrían venir de un intento de desplazamiento de poder propiciado por la derecha.
Hay una serie de “prioridades” entre la población que han sido identificadas por Hinterlaces en uno de sus recientes de estudios de opinión denominado “Monitor-País”. 90% de los(as) encuestados(as) ha dicho estar de acuerdo en asociaciones público-privadas frente a la crisis, 56% dijo que la economía debía ser conducida por el Estado y no la empresa privada, un 52% piensa que su situación mejorará en el 2016, 52% cree que el Decreto de Emergencia puede mejorar la situación, y solo 32% cree que la puede empeorar; 56% cree que la AN ha debido respaldar al Ejecutivo en el Decreto de Emergencia y solo 33% dijo que no debía respaldarlo, como efectivamente fue.
Sobre otras cuestiones de interés político, Hinterlaces preguntó sobre cuáles deben ser las prioridades de la nueva Asamblea Nacional a lo que la gente respondió: 69% que debía orientarse a los problemas económicos, 19% que debía ocuparse del referéndum revocatorio, y solo 9% en la amnistía.
En otros contextos, actores de la política y la opinión en la derecha venezolana como Eduardo Fernández y Luis Vicente León han considerado que el desmantelamiento del Ejecutivo en el poder no debe ser la prioridad de la AN, pues consideran que el sistema de expectativas entre la población se encuentra de manera mayoritaria consistentemente en el tema económico.
Estas situaciones se pueden reflexionar desde preguntas:
¿La iniciativa del chavismo frente a la crisis estaría cambiando la postura de parte de la población sobre las prioridades políticas del país? ¿La derecha asume que de pasar más tiempo el chavismo puede recuperar terreno? ¿La derecha entiende que su ventaja electoral del 6-D (gracias en buena parte a la abstención de chavistas históricos descontentos) podría esfumarse? ¿La dilación de soluciones económicas de la derecha desde la AN los estaría desgastando por no satisfacer su principal oferta electoral? ¿Acarrea para la derecha un alto costo político ponerse como actor frontal adverso al Gobierno a la hora de generar soluciones a la coyuntura?
En solo semanas estaremos viendo el estado de la opinión nacional sobre la viabilidad o no de una enmienda para sacar al chavismo. Entendamos que la presencia mayoritaria de la derecha en la AN tiene el solo propósito de tomar todo el poder y que las vías para tal fin variarán según las circunstancias, o según lo ordenado desde el Departamento de Estado gringo. Ya sabemos cómo pueden cambiar de agenda.
Tomado de Misionverdad.com
TOMADO DE: http://ciudadccs.info/

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