lunes, 15 de enero de 2018

El Alzamiento Popular Antiimperialista que gestó la verdadera independencia de Panamá

por Olmedo Beluche
10/01/2018  - LA HAINE

El 9 de enero de 1964 en el proceso de descolonización en Panamá
Acto oficial de la Universidad de Panamá el 9 de enero de 2018
Olmedo Beluche
El 9 de enero de 1964 estallaron 60 años de contradicciones sociales, políticas y culturales acumuladas por el sistema colonial de la Zona del Canal. Ese día saltó por los aires el estado tutelado en que se había convertido Panamá desde 1903. Aquel acontecimiento marcó un punto de quiebre de la política norteamericana en Panamá.
Ese día eclosionó la experiencia acumulada del pueblo panameño, dirigida por sus sectores más combativos, que habían enfrentado la presencia colonial imperialista durante décadas. Acontecimiento de tal magnitud que obliga a reiterar dos afirmaciones axiomáticas, que se pasan por alto constantemente:
La primera es que ese día hubo una verdadera revolución popular antiimperialista en Panamá. La segunda, esta sublevación popular fue nuestra verdadera gesta por la independencia nacional del siglo XX.
El 9 de Enero no fue una protesta más en la larga lista de movilizaciones populares panameñas contra la presencia norteamericana. Por su masividad, combatividad y heroísmo popular fue una revolución, en todo el sentido legítimo de la palabra, y constituyó un verdadero salto adelante hacia la independencia nacional del tutelaje colonial.

Fue un acontecimiento a partir del cual hubo un antes y un después. Por eso fue una revolución popular antiimperialista y descolonizadora. Allí se hizo añicos el sueño que tenía la oligarquía panameña de que bastaban algunos parches para dar apariencia de justicia al Tratado Hay Bunau Varilla.

Si comparamos la heroica gesta del 9, 10 y 11 de Enero, con el 3 de Noviembre de 1903, fecha que la oligarquía gobernante nos ha presentado como el día de la independencia, veremos las enormes diferencias que resaltan con claridad. La comparación desenmascara aquella conspiración de 1903, entre una élite local aliada a intereses foráneos, por la que el imperialismo yanqui urdió la separación de Colombia, no para hacernos libres y soberanos, sino para apropiarse del territorio, el canal y convertirnos en protectorado.

Los ancestros de la oligarquía, se sintieron cómodos con la situación colonial. Pero a los sectores populares, aunque les costó encontrar claridad en la construcción de un proyecto político propio, desde el principio pusieron el pecho en la defensa de la soberanía, porque comprendieron que la prosperidad del país y la propia dependía de ella.

Por ello,

1. Mientras el 3 de Noviembre de 1903 se fraguó un acuerdo entre un puñado de oligarcas panameños, los accionistas de una compañía francesa tramposa, grandes capitalistas de Wall Street y el gobierno imperialista de Teodoro Roosevelt; el 9 de Enero de 1964 fue un acontecimiento espontáneo en que el pueblo panameño, compuesto en su mayoría por obreros asalariados, mujeres trabajadoras y la vanguardia estudiantil forjada en la Federación de Estudiantes de Panamá, acudió en masa a las calles cuando se enteró de la afrenta a la bandera y a los institutores.

2. Mientras el 3 de Noviembre se impuso la fuerza militar norteamericana con una invasión de, al menos, 10 acorazados y miles de marines; el 9 de Enero, el pueblo panameño, pese a la falta de armas, se enfrentó a la metralla derrotando moralmente a la fuerza de ocupación.

3. Mientras el 3 de Noviembre el pueblo panameño fue un espectador pasivo de unos hechos que dirigían desde las élites; el 9 de Enero, entre 40 y 60 mil personas rodearon la Presidencia de la República exigiendo armas al gobierno, el cual, para no entregarlas, se vio obligado a romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos, algo impensable para un oligarca como Roberto Chiari.

4. Mientras el 3 de Noviembre no fue más que una burda intervención militar extranjera para convertirnos en colonia, que los libros de texto y la propaganda han tratado de ocultar; el 9 de Enero es un acto refulgente de soberanía popular.

5. Mientras el 3 de Noviembre ha tenido que ser cubierto con un manto de falacias históricas, para hacer parecer a nuestros ancestros como anticolombianos y a Colombia como un supuesto imperio explotador; el 9 de Enero es fruto de la diáfana lucha generacional contra las consecuencias colonizadoras del 3 de noviembre tales como: el Tratado Hay Bunau Varilla, las bases militares y la Zona del Canal. Lucha que pasó por distintas gestas anticoloniales como: el Movimiento Inquilinario de 1925, el Movimiento Antibases de 1947, la Operación Soberanía de 1958 y la Siembra de Banderas de 1959.

6. Mientras el 3 de Noviembre nos heredó falsos próceres que vivieron la comodidad de ser los dueños del país y murieron en sus camas; el 9 de Enero lo parió la heroicidad de todo un pueblo que no temió morir, que entregó la vida de una veintena de los suyos, que sacrificó los cuerpos de más de 500 heridos, capitaneados por jóvenes valientes, algunos de los cuales cayeron al fragor de la lucha, el primero entre ellos Ascanio Arosemena; mientras otros fueron perseguidos y asesinados posteriormente como Juan Navas, que habiendo sido herido en la gesta de Enero, fue ultimado en 1966, o como Floyd Britton, dirigente antiimperialista asesinado el 29 de noviembre de 1969.

7. Mientras el 3 de Noviembre nos enajenó la soberanía y los beneficios de nuestro principal recurso, con el Tratado Hay Bunau Varilla, que se firmó, no por casualidad, 15 días después; el 9 de Enero creó las condiciones para que Estados Unidos aceptaran sentarse a negociar un nuevo tratado que derogara la perpetuidad, las bases militares y traspasara la administración del canal a nuestra república.

8. Mientras los apologistas del 3 de Noviembre procuran infundir un seudo nacionalismo plagado de chauvinismo anticolombiano y la exaltación de la intervención norteamericana que “nos salvó” (dicen); el 9 de Enero es producto de un acendrado antiimperialismo de rasgos bolivarianos fraguado en la conciencia de obreros, trabajadoras y estudiantes por acontecimientos como: el golpe de estado contra Jacobo Arbenz, en Guatemala, tramado por la United Fruit Co.; el golpe contra Perón en Argentina, dirigido por el embajador norteamericano; las guerras de liberación nacional de Asia, África y Medio Oriente; especialmente la lucha del heroico pueblo vietnamita; y sobre todo, por la Revolución Cubana.

9. Mientras el 3 de Noviembre produjo instituciones débiles y corruptas controladas por una docena de familias; el 9 de Enero produjo el atisbo de lo que será algún día la democracia obrera y popular, cuando decenas de miles de personas se organizaron espontáneamente en los llamados Comités de Defensa de la Soberanía, unos para llevar heridos al hospital, otros para donar sangre, otros para buscar armas, otros para combatir.

10. Mientras el 3 de Noviembre dio por fruto un país pauperizado a partir de 1914, con una zona que mantenía un régimen de apartheid, donde no podíamos entrar, con la que no se podía comerciar, y con una anualidad tan ridícula que los gobiernos con algo de dignidad la rechazaron; el fruto del 9 de Enero es un país con un canal y unas áreas revertidas que han catapultado el crecimiento económico y aportado decenas de miles de millones al fisco.

Si el canal no aporta más y si está administrado por una élite oligárquica, es producto de otro acontecimiento: la invasión del 20 de Diciembre de 1989, que engendró esta seudodemocracia corrupta, estos planes económicos neoliberales y los acuerdos de seguridad que violan la soberanía que hemos sufrido por 28 años.

En esta conmemoración de los 54 años de la Gesta Heroica de 1964, miramos hacia ella no en actitud de mera contemplación histórica, sino para comprender, aprender y actuar conforme a los principios, la determinación y el valor que movió a nuestros verdaderos próceres: los Mártires del 9 de Enero, protagonistas de la Revolución Popular Antiimperialista que nos llevó hacia la verdadera independencia del yugo colonial norteamericano, instaurado en 1903.
Debemos continuar el ejemplo de esa juventud y del pueblo rebelde que sin miedos luchó para que heredáramos esta soberanía que hoy tenemos en todo el territorio nacional. Nos toca seguir luchando por perfeccionar la independencia y soberanía contra el tutelaje neocolonial, el Pacto de Neutralidad con sus enmiendas, la dependencia económica y absorción cultural.
La Universidad de Panamá, al igual que entonces, debe seguir siendo la cuna en la que maduren las conciencias y los compromisos de nuestra juventud a partir de la reflexión y el debate sobre los grandes problemas que afectan al país. La Universidad de Panamá, tal y como lo hizo en 1964, debe ser el pivote de donde sale la juventud a la lucha, revestida con una conciencia de justicia social, de solidaridad humana y soberanía nacional.
La Universidad de Panamá, debe seguir siendo el recinto al que vuelve la juventud de las luchas, a hacer balance de lo avanzado y ponderación de los retos pendientes, como lo hizo en febrero de 1964 acogiendo el Congreso por la Soberanía, presidido por Jorge Illueca y Víctor Ávila, cuyas resoluciones sirvieron para guiar las negociaciones de un nuevo tratado sobre el Canal de Panamá.
Tal como entonces, el grito de guerra sigue siendo el legado por los Mártires del 9 de enero de 1964: ¡UN SOLO TERRITORIO, UNA SOLA BANDERA! ¡BASES NO!
Panamá, 9 de Enero de 2018.
Lista de los 21 mártires del 9 de enero de 1964
Ascanio Arosemena
Ezequiel González Meneses
Estanislao Orobio
Víctor Manuel Iglesias
Gonzalo Crance Robles
Teófilo de La Torre
Alberto Oriol Jr.
Rodolfo Benítez Sánchez
Víctor Manuel Garibaldo Figueroa
Ricardo Murgas
Rosa E. Landecho
Maritza Alabarca
Rogelio Lara
Jacinto Palacios Cobos
Vicente Bonilla
Jorge Enrique Gill
Alberto Nicolás Constante
José del Cid
Ovidio Lizardo Saldaña Armuelles
Renato Lara
Celestino Villareta

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El 9 de enero de 1964 en el proceso de descolonización en Panamá
Abdiel Rodríguez Reyes 
El proceso de descolonización en Panamá inició desde el momento en que los pueblos aurorales de Abya Yalase resistieron al colonialismo en el siglo XVI. A lo largo del siglo XX, y en particular en la segunda mitad, varios hechos iluminan el largo trecho por recorrer iniciado hace varios siglos.

Las manifestaciones estudiantiles van marcando ese derrotero. El bregar con el enclave colonial estadounidense (1903-1999) fue el leitmotiv. La cuestión central, al menos desde las reivindicaciones nacionales y populares, fue la consecución de la “plena soberanía de Panamá en la Zona del Canal”.
En un reciente libro (inédito) de Carlos Chuez, titulado: La lucha por la soberanía y la democracia en Panamá 1956 – 1959 (memoria e historia) nos narra estas manifestaciones estudiantiles.
Allí, señala:
“Después del asesinato del dictador Remón Cantera ocurrido el 2 de enero de 1955, en los meses de septiembre y octubre de 1956 se reorganizaron las asociaciones federadas de los colegios de nivel medio y la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), liderada por la (Asociación Federada del Instituto Nacional), (AFIN).
Una vez restaurada la Unión de Estudiantes Secundarios, se realizó a finales de octubre de 1956 la primera asamblea por la soberanía. El 18 de noviembre de 1956, se efectuó la gigantesca manifestación patriótica por la recuperación de los plenos derechos nacionales de la república de Panamá del territorio de la zona y el derecho de propiedad del canal interoceánico y de todos sus bienes”.
Estos acontecimientos de la segunda mitad del siglo pasado, allanarían el largo camino aún por recorrer. Al calor de esas manifestaciones se visualizaría el horizonte de la descolonización mediante una de sus principales reivindicaciones: la soberanía territorial.
Cabe observar la importancia de la organización de los estudiantes, la cual formó el talante de aquella generación. Como señaló Salvador Allende: “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”, esta máxima encontrará su punto más alto en las manifestaciones del 9, 10,11 y 12 de enero de 1964, que tienen su antecedente inmediato en las manifestaciones estudiantiles de la década del cincuenta.
La descolonización en Panamá es un proceso en tensión ante la servidumbre directa e indirecta de la elite política, social y cultural a los intereses de la potencia de turno.
El encare a esa servidumbre, particularmente en la segunda mitad del siglo xx , fue combatida por estudiantes. Esa es la lucha generacional que se reivindica cada 9 de enero, la cual encontró eco en el Tratado Torrijos-Carter que negoció la desaparición del enclave colonial. A partir de esa fecha, entramos en la etapa neocolonial con sutiles formas de dominación.
Como en todo proceso, las elites timonean a su favor, siempre buscan cambios parciales para quedar en lo mismo; con diferentes estampados, pero con el mismo sello. La elite en Panamá no ha podido mitigar los problemas domésticos: sociales e institucionales, la desigualdad y la corrupción carcome a amplios sectores de la sociedad; pero siempre encuentra subterfugios para salir bien librada.
Esto no puede ser de otra manera cuando la correlación de fuerzas políticas, sociales y culturales alternativas aún no cuenta con un proyecto en común. Los problemas de fondo no se resuelven con el chasqueo de dedos.
En la actualidad, la descolonización no está en la agenda, distintos elementos distractores nos hacen ver para otro lado. Tomar las riendas de nuestro destino se posterga, nos conformamos con los aparentes cambios, de allí surge el argumento anodino de que estamos menos peor que antes.
Abdiel Rodríguez Reyes. Investigador en el CIFHU – Universidad de Panamá.

Panamá: Juramos que siempre será 9 de enero

Por frenadeso
KAOS EN LA RED - Publicado en: 9 enero, 2018 
Reivindicando a lo mártires
Los contratos de Salo Shamah para Ubaldo Davis
Ya sabemos, gente proclive a la manipulación dirá «Es que ese es su trabajo y por eso se explican esos contratos». Odebrecht construía y sus contratos eran de construcción, pero ya se sabe cómo estos incluían las coimas, los sobornos y los sobrecostos. Al menos, no se puede negar, Odebrecht terminaba las obras, no como la gente de La cáscara que cobró más de 35 000 dólares por una publicidad de «El huevón» para la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) que no fue aprobada por mala.
Este solo contrato por más de 265 000 en plena campaña electoral es apenas uno de los tantos recibido por Ubaldo Davis y La cáscara durante el Gobierno de Ricardo Martinelli. Martinelli, como se ha visto, otorgaba contratos sin mayor sustento a sus amigos y a las empresas que ellos buscaban favorecer por el dinero que pasaba bajo la mesa. El contrato en mención es de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), controlada por Salomón Shamah.
Davis también recibió de la ATP dirigida por Shamah otro contrato por los mismos servicios por más de 190 000 dólares. Además, se registran pasajes para Bocas del Toro para Ubaldo Davis y personal de un supuesto programagourmet por internet, Sal y pimienta.
Salomón Shamah fue denunciado en su momento por los contratos directos que otorgaba sin mayor fundamento a amigos suyos y fue por ello, incluso, citado a la Asamblea.
Entre esos contratos están el de un millón de dólares para la empresa Pensanómica, para la confección de una página web. La página institucional costó 47 000. Otro contrato directo fue por 2 millones a No Limits Designe Group para colocación de estands en ferias.
Otros contratos de forma directa como a La cáscara fueron los que otorgó a su viejo amigo Patrick Castagnet de la empresa Surf Box, Inc., para tomar mil fotografías y un video de dos minutos en el Mundial de Surf Panamá Máster, a un costo de 51 000 balboas y firmó un convenio con la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) por 277 000 para organizar y desarrollar dos campeonatos internacionales de surf en el país.
Además, podemos mencionar un contrato por 1.4 millones a la empresa argentina Conde Marketing S. R. L. para promocionar a Panamá en veladas boxísticas de ese país. Esta empresa ha estado envuelta en Argentina en escándalos de corrupción por facturas falsas.
Shamah fue denunciado por todos estos contratos, pero la procuradora de ese entonces, Ana Belfón, no lo investigó por no considerar el caso como prioritario para el Ministerio Público (ver La Prensa, 23 de agosto de 2013).
Shamah, que fue mencionado en una red de tráfico de armas, enfrenta en estos momentos cargos por peculado de 175 000 dólares, por un atracadero en Río de Jesús.
Otros contratos que llaman la atención son los otorgados a Juan Carlos Tapia entre 2011 y 2014 y que suman más de 5 millones. Al respecto, Tapia en sus comentarios políticos que realiza cada jueves después de la invasión militar de 1989 (en la dictadura era mudo) negó esto y dijo incluso que nunca había recibido contratos ni por el 5 % de esa suma. Luego de la información divulgada por FRENADESO en un video por redes, se ha negado a responder.
Davis, ya antes de estos contratos con el Gobierno de Martinelli, hacía trabajos de imagen para este. Recordemos el vulgar show en carnavales donde saltaba en una cama y denigraban a la mujer hasta lo más bajo como objeto sexual, bajo la consigna sin ningún contenido de «Los locos somos más». Martinelli les dio muchos otros contratos más a través de la empresa de publicidad Génesis, relacionada con sus hijos (¿recuerdan el famoso villancico que volvió a reproducirse en diciembre pasado?). También utilizaron Cinco Sentidos Production S.A.
Entonces, ¿todos los otros son diablos y Davis y Tapia son santos? Es lo mismo que decir que en el caso de Odebrecht solo el Gobierno de Martinelli fue diablo y los de Martín Torrijos y Juan Carlos Varela son santos.
Ahora, este corrupto que ha vivido de todos los Gobiernos pretende erigirse en líder de una Cruzada Anticorrupción, el productor de uno de los programas más vulgares y antivalores de la televisión panameña, caracterizado por ser misógino, homofóbico, racista, que se burla del pobre, del negro, del indígena, del campesino y que ataca la lucha de los educadores, estudiantes, médicos y trabajadores. Un programa dirigido a idiotizar y embrutecer a la juventud.
Y ahora recibe todo el apoyo de los medios de comunicación, especialmente de TVN de Stanley Motta que, pese a haber apoyado a Varela, ante el desgaste irreversible del Gobierno, busca fichas de recambios a través de Movin y seudoindependientes. Esto es lo que verdaderamente está detrás de todo esto.
Por eso la cobertura de los medios y la participación de figuras de la farándula que dependen de los contratos de ese poder económico, se alinean en fila. Ya en mayo de 2017 (ver Día a Día, 17 de mayo de 2017) Davis reconocía problemas económicos para La cáscara teniendo que despedir al menos a 11 trabajadores (habrá que averiguar si les pagó sus prestaciones).
A propósito, pese a que FRENADESO y otras organizaciones populares han hecho marchas multitudinarias y piqueteos masivos en la Corte, a la Asamblea, el Ministerio Público y la Presidencia, estos eventos no han sido cubiertos ni se les ha brindado mucha cobertura, a diferencia del «parking» (como ellos mismo lo denominan) en la cinta coimera. Y no solo eso, se ha vendido a través de esos mismos medios la impresión de que el movimiento social y popular no ha luchado contra la corrupción. Nada más falso. Aquí se aplica la máxima de uno de los lugartenientes de Hitler, Joseph Göbbels, «Una mentira repetida mil veces adecuadamente se convierte en una verdad», muy asumida en el mundo actual por las grandes corporaciones de los medios de comunicación y las publicitarias.
En 2009, un pueblo sin alternativa, cansado también de la corrupción y de los políticos tradicionales, optó por Martinelli y el remedio resultó peor que la enfermedad, no solo por la corrupción y los robos inimaginables sino por la represión que se desató contra el pueblo con su alto saldo de heridos y detenidos.
Hoy la frustración popular ante la impunidad y la falta de justicia, además del agravamiento de los problemas económicos y sociales, va en aumento. Impidamos que el poder económico (Motta, que a propósito tiene a su consuegro Pipo Virzi implicado en los más graves escándalos de corrupción), a través de la fuerza de manipulación de los medios bajo su control, imponga una salida similar. En tiempo de crisis cualquier cosa puede pasar y mucha gente actúa de forma irracional. Y eso, combinado con la intolerancia, la calumnia, la homofobia, la misoginia, la xenofobia, el odio y desprecio a los pobres y trabajadores, el intento suprimir la memoria histórica de un pueblo, los sentimientos patrióticos y denigrar el 9 de enero, al punto de buscar convertirlo del Día de los Mártires al «Día de la Rata», solo es alimento para fórmulas fascitoides.
Al «parking» de la cinta coimera irán algunos confundidos, algunas víctimas de la ignorancia y la manipulación que promueven los grandes medios de comunicación, combinados con politiqueros, farsantes, corruptos disfrazados de oveja, enfermos de protagonismo y seudoindependientes en busca de firmas que no logran en otros lados para apoyar sus candidaturas y ambiciones personales sin límites, pese a ser cómplices de Gobiernos corruptos del pasado o nombrados en este como Movin-Motta que buscan ser Gobierno y Oposición a la vez.
El pueblo digno y patriota, como todos los años, nos concentraremos en las escalinatas del Instituto Nacional a partir del amanecer del 9 de enero, para concentrarnos y marchar en honor a los Mártires. Juramos que siempre será 9 de enero. Los mártires se respetan.
FRENADESO
FRENTE NACIONAL POR LA DEFENSA DE
LOS DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES 
#MartiresSeRespetan
Panamá, 7 de enero de 2018.
54 años de la Gesta Gloriosa del 9 de enero.



Diario La Estrella de Panamá 
Nacional 9:47 a.m. martes 9 de enero de 2018 - LA ESTRELLA DE PANAMÀ

Aquellos jóvenes que lucharon por la soberanía de Panamá

El 9 de enero de 1964, los panameños salieron a las calles a reclamar su soberanía y que se izara el pabellón nacional 
Claudio Márquez,
para ese entonces era un estudiante de mecánica en la Escuela Artes
y Oficio Melchor Lasso de la Vega. Tenía 17 años y a pesar de su
corta edad, se unió a la causa la madrugada del 10 de enero, tras
escaparse de sus padres, quienes le había prohibido salir de casa.
Vivía en ese entonces en San Miguelito, la tarde de ese mismo día
fue herido en el estómago. / Archivo | La Estrella de Panamá
Archivo | La Estrella de Panamá
Claudio Márquez, para ese entonces era un estudiante de mecánica en la Escuela Artes y Oficio Melchor Lasso de la Vega. Tenía 17 años y a pesar de su corta edad, se unió a la causa la madrugada del 10 de enero, tras escaparse de sus padres, quienes le había prohibido salir de casa. Vivía en ese entonces en San Miguelito, la tarde de ese mismo día fue herido en el estómago.

Guadalupe León B.
gleon@laestrella.com.pa

Han pasado 54 años de aquella lucha que marcó la historia del istmo. Un reclamo que inició un grupo entre 150 a 200 estudiantes del Instituto Nacional y luego se unió el resto del país.
Los institutores marcharon en dirección a la Secundaria de Balboa cargando la bandera nacional de su escuela, su intensión izar el pabellón nacional junto a la estadounidense en exigencia a la soberanía de Panamá sobre la Zona del Canal.
Allí fueron recibidos por la policía de la Zona y una multitud de estudiantes ‘zonians', solo a seis estudiantes panameños se les permitió ingresar. Al acercarse al asta los ‘zonians' los rodearon y rechazaron el trato entre la policía y los institutores, ocasionando una discusión y la bandera panameña fue rota.
Esa misma bandera tenía un gran significado para los ‘aguiluchos' (como también se les conoce a los institutores), ya que la habían cargado en 1947 durante demostraciones contra el tratado Filos-Hines y en la demanda de la re tirada de las bases norteamericanas en suelo panameño.
La noticia corrió como pólvora entre la población, los panameños enojados se fueron acercando a la frontera entre la ciudad de Panamá y la Zona del Canal. A medida que transcurría el día se sumaban más istmeño a la lucha.
Ni el gas lacrimógeno ni mucho menos las balas, impidieron que los panameños continuaran con las protestas que duraron tres días y que no solo se reportaron manifestaciones en la ciudad de Panamá, sino también en Colón y otros puntos del país.
A medida que se intensificaron los enfrentamientos entre ambos bandos, un gran número de personas resultaron heridas por proyectil de arma de fuego y murieron bajo circunstancias controvertidas.
Ascanio Arosemena, un estudiante de 17 años de la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía fue herido en un ángulo por la espalda. Fue el primero de los ‘mártires', como se les llamó a los muertos de esos días.
Este hecho ocasionó que por primera vez el Gobierno de Panamá, liderado por Roberto Chiari rompiera relaciones con Estados Unidos marcando un precedente en la historia del país.
HÉROES PANAMEÑOS
De los quince heridos que el gobierno en ese entonces reconoció en un decreto de ley, solo quedan seis sobrevivientes. Dos de ellos son Alfonso González y Claudio Márquez.
González se enteró de la noticia por la radio y no dudó en sumarse y luchar por la soberanía, ya sea con un puñado de piedras y bombas caseras, pero se enfrentaría a los ‘zonians'.
Su vida estuvo en peligro en varias ocasiones, no fue hasta el último día, el 11 de enero de 1964 cuando cayó.
Eran aproximadamente las 10:00 p.m. cuando Alfonso escuchó el estruendo de la metralleta que le impactó la rodilla derecha.
González fue el último panameño herido en esta lucha, a pesar de haber perdido su pierna derecha, no se lamenta porque para él la libertad del país, su soberanía y caminar libremente por todo el territorio nacional vale más y volvería perderla nuevamente por ver libre a su país.
‘Yo era un deportista, un jinete... había ganado varios premios. Con la amputación perdí uno de mis sueños, de seguir montando caballos, pero gané el de caminar libremente por mi país y que no hubiera un país dentro del territorio istmeño, valió la pena el sacrificio', dijo en un tono de voz firme González, quien se desplaza en una silla de rueda.
Después de la tragedia, consiguió trabajo en el Hospital Santo Tomás, ahí estuvo laborando por varios años en la recepción, luego consiguió empleo en la Caja del Seguro Social (CSS), donde se jubiló. Ahora, con 74 años y tres hijos, continúa con su lucha acompañado del resto de los sobrevivientes, pero esta vez la pelea es para que las futuras generaciones no olviden la historia en especial la del 9 de enero, fecha que marcó al país e impulsó a los panameños para luchar por el Canal de Panamá y que ondeara una sola bandera en el territorio, sin un país dentro de otro país, que el panameño pudiera caminar libremente sin ser atropellado por los norteamericanos.
Otro héroe de aquella gesta es Claudio Márquez, quien para esa fecha tenía 17 años, cursaba el cuarto año de mecánica en la Escuela Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega.
Se enteró aproximadamente las doce medio día en la radio. Ese día no pudo asistir a las manifestaciones porque su madre se lo impidió.
Aquella noche no pudo dormir bien, en su corazón había un sentimiento de impotencia y coraje por todo lo que estaba pasando y él encerrado en su casa sin poder pelar.
A la mañana siguiente madrugó, aprovechando que sus padres se encontraban dormidos.
‘Me fui con un vecino, para ese entonces vivía en Victoriano Lorenzo, en San Miguelito, nos fuimos caminando hasta el Seguro Social en la Transístmica. A todos los carros de los gringos les tirábamos tachuela y piedras', narró Márquez.
Márquez junto a otro grupo de panameños se fueron hasta el Palacio Legislativo, donde él junto a su vecino rescataron a varios compañeros heridos de bala.
Al ver ese desbalance, donde ellos pelaban con piedras y sus oponentes con armas de fuego decidieron fabricar bombas caseras para defenderse, para eso necesitaban comprar los instrumentos.
Cuando iban caminando escucharon unas detonaciones, él se escondió detrás de un poste, cuando se calmó un poco la situación dio un paso adelante para ver dónde estaban disparando y ahí fue cuando lo hirieron en el estómago y cayó.
‘Los disparos continuaron. Yo rodé hacia la otra acera fue un milagro que no muriera, otro compañero me rescató y me llevaron al hospital. De ahí, no supe que pasó, cuando desperté eran las 2:00 a.m. y estaba lleno de agujas. Mi instinto era levantarme y seguir combatiendo, pero una enfermera me lo impidió', relata.
Agrega que lo hospitalizaron por seis meses y los médicos no pudieron extraerle la bala porque está cerca de su columna y podía quedar inválido.
Según Márquez, aunque los dolores que le causa la bala son muy fuertes, hasta de sacarle las lágrimas, valió la pena y no se arrepiente de nada. ‘Seguiré soportando el dolor porque la lucha que hicimos fue de alma y corazón por ver a mi Panamá libre... Sí tiramos piedra, pero con justificación porque hoy día mis cuatros hijos, catorce nietos y mi bisnieta pueden caminar por todo el territorio nacional sin ninguna restricción, lo hice porque amo a mi patria'.

Diario La Estrella de Panamá

martes 9 de enero de 2018

Panamá: Sindicalistas se manifiestan en los predios del Instituto Nacional

Los manifestantes llevaron tres muñecos que serán quemados al culminar la manifestación 
/ Ed Grimaldo | La Estrella de Panamá
Ed Grimaldo | La Estrella de Panamá
Guadalupe León B - LA ESTRELLA DE PANAMÀ


Un grupo de sindicalistas se aglutinaron en la entrada del Instituto Nacional, plantel educativo al que pertenecían los estudiantes que marcharon aquel 9 de enero de 1964 hasta la la Escuela Superior de Balboa (Balboa High School), para izar el Pabellón Nacional.
La Asociación de Profesores, el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales de Panamá (Frenadeso) y del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (Suntracs), son algunas de las organizaciones que se encuentran frente al 'nido de águila'.
Los manifestantes llevaron tres muñecos que serán quemados al culminar la protesta.

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