lunes, 9 de noviembre de 2015

El 6D hay que restearse con el chavismo

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 NOTA:

Quizás en lo personal no esté de acuerdo en todo lo expuesto por el Compatriota o tal vez en su forma de expresarse;  Pero en lo que si estoy totalmente de acuerdo y lo apoyo, es: No podemos así estemos arrechos o molestos, darle la oportunidad a la derecha apátrida y parasitaria, tomar el poder y control del Parlamento; sería un retroceso de todos los beneficios obtenidos durante la Revolución,  así como volver al pasado. Cualquier crítica o inconformidad se puede por los canales regulares, hacérsela saber al Gobierno Central y no caer en la estupidez pensando en un supuesto voto castigo dale el poder a los que siempre nos han explotados. Hay que pensar en la familia, por muchos problemas siempre son la Familia a los que hay que proteger y no atacándolos o traicionándolos.  

 

No hay otra opción lógica para quienes tenemos una formación política revolucionaria que ir a votar por el chavismo.
Estamos conscientes de hacerlo en el marco de la democracia burguesa porque ésta es la única vía que nos han dejado las clases dominantes para hacer vida política.
En la década del sesenta fue derrotada la lucha armada y años más tarde, el 4 de Febrero del 92, volvimos a tener otro revés.
El otro camino, el de la vía pacífica, es esta engañifa de las elecciones burguesas y tenemos que participar en ellas o nos conformarnos con el romanticismo aislados de la realidad social.
Desde 1998 se voltio la tortilla y por primera vez los resultados electorales empezaron a ser adversos a la derecha.
Tan simple como eso, lo demás es querer buscarle las cinco patas al gato.
Quienes ejercemos la crítica revolucionaria sin compartir las posiciones populistas, reformistas y soberbias del gobierno no podemos hacer como Poncio Pilatos en estas elecciones porque eso sería indirectamente inclinar la balanza hacia la ultraderecha.
 Podemos discrepar de la política económica socialdemócrata de Maduro pero no ponerlo en el mismo lugar de un Rómulo Betancourt ni de un Carlos Andrés Pérez.
Maduro es un hombre de izquierda cuyo gobierno no ha pasado de ser reformista o populista con traje socialista.
La verdadera derecha está representada por Leopoldo
 López, Capriles, María Machado, Julio Borges, 
Ledezma, Ramos Allup y otros carcamales de la 
oposición.
Ellos representan a la burguesía y al imperialismo.
Son ellos los ideólogos del neoliberalismo y el 
fascismo contra quienes hay que votar.
No hay que perder de vista que el chavismo es el 
objetivo que está en la mira del pentágono, de la CIA, 
del Departamento de Estado, de las bases militares y 
del Comando Sur de los EEUU.

Con esta fuerza invasora del imperialismo ha cerrado 
filas toda la derecha internacional, el Sionismo y el 
fascismo.

A la inversa, los gobiernos progresistas del mundo 
que luchan contra la hegemonía del poder imperial 
norteamericano apuestan a un triunfo del chavismo el 
6D.
Como si esto fuera poco en 18 de los 19 procesos 
electorales anteriores la mayoría de los trabajadores, 
de los excluidos, de los desposeídos y de los humildes 
han acompañado al chavismo con las banderas del 
socialismo.
Éste es el carácter y la composición de clase del chavismo aunque su dirigencia, en los dos últimos años, ha dado pasos equivocados en la política económica.
No es posible que el descontento popular impulsado 
por la burguesía, reforzado por los errores del gobierno, pueda 
confundir a los revolucionarios.
La lucha contra la corrupción, el burocratismo, el populismo, el reformismo, la ineficiencia y la soberbia del gobierno no se puede dar con la complicidad de la burguesía y el imperialismo porque estaríamos cometiendo los mismos errores que le criticamos al gobierno cuando trata de construir el socialismo con las armas melladas…
La lucha crítica es en el campo de la revolución, entre 
revolucionarios y debe pararse ya para continuarla 
después del 6D al lado del pueblo por un gobierno 
mejor que dé un viraje a la izquierda.

La coyuntura electoral no puede servir para otra cosa 
que derrotar al fascismo, al neoliberalismo de Lorenzo 
Mendoza y cerrarle el paso a la conspiración político 
militar del Pentágono contra Venezuela.
Los revolucionarios no podemos caer en el error de 
confundir más a los confundidos con arrepentimientos 
y lamentaciones.

La única opción democrática, la única por ahora, es 
votar sin remordimiento el 6D por cualquiera de las 
tarjetas del chavismo.

Este no es un camino fácil para los indignados, 
los inconformes, los insatisfechos, los críticos y 
los socialistas radicales pero ese es el camino 
revolucionario en esta coyuntura electoral.

El país está colapsado por las colas en un ambiente pacífico de cansancio y obstinación que la burguesía no ha podido llevar al caos de la violencia y los saqueos. Las masas descontentas se mantienen con orden y disciplina haciendo alarde de una paciencia infinita.

La victoria popular subyace en la profunda 
huella dejada por el liderazgo de Chávez y se 
potencia en la conciencia política de los 
descontentos para lograrla.

TOMADO DE: http://www.aporrea.org/

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