Caracas a 50 años del terremoto de
1967
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El más fuerte de los últimos años
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Caracas, 29 de
julio de 2017
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El 29 de julio de 1967, la sacudida de un
fuerte terremoto estremeció la ciudad de Caracas, dejando a su paso más de 200
personas fallecidas, aproximadamente unos 2.000 heridos y grandes pérdidas
materiales. Hoy se conmemoran 50 años de este lamentable hecho que cambió
totalmente la historia de nuestra ciudad.
A las 8:05
de la noche, los caraqueños se sacudieron por un fuerte terremoto que duró 35
segundos.
Este sismo (uno de los más fuertes registrado en nuestro país), tuvo
como epicentro el Litoral Central (La Guaira, estado Vargas), el cual afectó
mayormente a las zonas de Altamira, Los Palos Grandes y el Litoral Central.
Después del terremoto, siguieron réplicas de menor intensidad.
Como
consecuencia de este desastre natural, unas 80 mil personas quedaron sin hogar,
seis edificios resultaron destruidos, 40 edificios fueron declarados no
habitables y 180 edificaciones sufrieron deterioros graves.
A tan solo pocos días de que
los caraqueños se encontraban celebrando los 400 años de la fundación de la
capital, este movimiento telúrico logró destruir los equipos de
percepción que se encontraban en el Observatorio Cajigal.
Este evento
no fue de los mayores en cuanto a su magnitud e intensidad, daños materiales ni
número de víctimas, pero se consideró el más importante por haber puesto a
prueba a numerosos edificios modernos de diversas alturas, construidos en las
últimas décadas.
Para ese
entonces, en nuestro país los cuerpos de seguridad y de rescate no se
encontraban preparados para enfrentar una catástrofe de tal magnitud, aunque
fueron grandes los esfuerzos realizados para minimizar los daños y las
víctimas, actuando acorde a la situación.
Comisiones para evaluar los efectos del sismo
El terremoto
de Caracas del 29 de julio de 1967, impulsó el avance de las investigaciones
sismológicas en el país. A partir de esa fecha, por disposición presidencial,
se crearon dos comisiones para evaluar los efectos del sismo.
Por
resolución del Ministerio de Obras Públicas, se dedicó a la investigación de
las causas que provocaron las fallas en varios edificios del Área Metropolitana
de Caracas y el Litoral Central, mientras que la otra, por disposición del
Ministerio de Minas e Hidrocarburos, se encargó de determinar las causas,
características y consecuencias del sismo.
Como
resultado de estas investigaciones, se planteó ante el Ejecutivo Nacional la
necesidad de crear una institución especializada en el estudio e investigación
de los eventos sísmicos, los cuales, lejos de constituir eventos fortuitos,
forman parte de la dinámica terrestre.
De esta
forma y acogiéndose a las propuestas de las comisiones ad-honorem designadas
según el Decreto N° 797 del 24 de noviembre de 1971, se establece la Fundación
Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), mediante el decreto N°
1053, publicado en la Gaceta Oficial N° 29864 de fecha de 27 de julio de 1972.
¿Se pudiera repetir un evento como este?
En este
sentido, Aura Fernández, presidenta de Funvisis, comentó “la historia sísmica en nuestro país,
incluyendo los sismos que han afectado la región capital (1641, 1812,1900,
1967) nos
dan indicio de que puede ocurrir nuevamente un sismo de gran magnitud que
afecte a Caracas.
Las placas tectónicas están en constante
movimiento, sus bordes dan origen a las fallas sismogenicas, que a lo largo de
los años acumulan energía, la cual es liberada de forma abrupta y sin previo
aviso, es por ello que los sismos son impredecibles”.
“A pesar del
aumento demográfico de la ciudad y de que la autoconstrucción de viviendas
informales sigue siendo la alternativa más buscada por los habitantes de menos
recursos en la ciudad de Caracas, la normativas para nuevas edificaciones, así
como la preparación de las instituciones y comunidades, suman un importante
saldo en la disminución de la vulnerabilidad sísmica en la población”, explicó.
Además,
Fernández detalló que la creación de un Viceminisiterio de Gestión de Riesgo y
el importante esfuerzo que se ha realizado desde Funvisis, para realizar
simulacros de evacuación en caso de sismos y tsunamis, “ha permitido construir
un entrelazado con diversas instituciones públicas, poniendo a prueba la
capacidad del estado para preparar a la población (antes del evento natural) y
para la atención de la emergencia (post evento)”.
En relación
a las medidas de prevención, indicó “el programa educativo Aula Sísmica
Madeleilis Guzmán de Funvisis, tiene 19 años llevando el mensaje de prevención
sísmica en diversos estratos de las comunidades organizadas; desde el espacio
de la educación formal hasta consejos comunales se suman a esta iniciativas de
llevar el mensaje de prevención a la población de la mano con nuestra
institución”, concluyó.
Durante los
talleres de prevención sísmica, las personas conocen detalles de la realidad
sísmica de Venezuela; cuáles son las zonas de mayor vulnerabilidad ante la
ocurrencia de un movimiento telúrico; sismicidad histórica; sistemas de fallas
sismogénicas del territorio nacional; medidas de autoprotección; conformación
de brigadas de emergencia y cómo actuar antes, durante y después de un sismo.
Venezuela: país sísmico
En la
actualidad, aproximadamente un 80% de la población vive en zonas de alta
amenaza sísmica, variable que aumenta el nivel de riesgo.
Desde la
fundación de los primeros asentamientos coloniales en el Siglo XVI, el país ha
sufrido los efectos de los terremotos.
Su
historia sísmica revela que durante el período 1530-2004, han ocurrido más de
130 eventos sísmicos, los cuales han provocado algún tipo de daño en varias
poblaciones venezolanas.
En
Venezuela, la zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos
100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes,
la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican
los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente.
Además de
este sistema de accidentes tectónicos, existen otros sistemas activos menores (por ejemplo: Oca-Ancón, Valera, La Victoria y
Urica)
capaces de producir sismos importantes.
Los sistemas
de fallas de Boconó - San Sebastián - El Pilar, han sido propuestos como el
límite principal entre las Placas Caribe y América del Sur, causante de los
sismos más severos que han ocurrido en el territorio nacional.
Funvisis: Valery Sánchez /
Vanessa Chapellín
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Terremoto de Caracas de 1967 |
En 1967 un violento terremoto afectó la capital venezolana y el Litoral Central |
Caracas, 29 de julio de 2017 |
Un sismo destructor de magnitud 6,5 azotó a la ciudad de Caracas la noche del 29 de julio de 1967 a las 8:05 minutos de la noche, el cual dejó en ruina varios edificios de hasta 12 niveles y arrojó un balance de 283 muertos y 2.000 heridos.
La ciudadanía sintió claramente dos movimientos sísmicos, uno a las 8: 05 de la noche, que resultó el de mayor poderío y otro a las 8:43 minutos. El Observatorio Cagigal, hasta las 10:25 minutos de la noche, no había emitido ningún boletín y aparentemente en su local de La Planicie no había personas o tuvieron que abandonar el lugar ante el inminente riesgo.
Al momento del movimiento telúrico, los edificios se mecían y los automóviles eran sacudidos en forma que muchos conductores creían que sus vehículos eran empujados o removidos por otros carros o personas. Muchos ascensores de la ciudad quedaron atascados y personas encerradas en su interior.
La magnitud del terremoto no respetó poderosas estructuras que hasta ese momento habían sido consideradas como indestructibles, tal como los bloques de “El Silencio”, que resultaron algunos con resquebrajamientos y caída de frisos, principalmente en las plantas bajas. Decenas de avisos luminosos se vinieron al suelo y varias de las paredes demolidas tapizaron o destruyeron parcialmente vehículos que estaban estacionados.
En el este de la capital, se desplomaron edificios de más de 10 pisos. A las 9:55 de la noche del fatídico día, seguían entrando heridos y desmayados al puesto de socorro de Salas, elevándose el número de éstos a más de 200. A esa hora, había un pánico generalizado en toda la capital y sus alrededores, y se manejaba la alarmante posibilidad de que en los desplomos pudiera haber más de cien personas sepultadas.
Hacía la zona de Lídice, Manicomio, La Pastora y San José, el violento sismo hizo sentir sus efectos de manera especial, debido a la antigua construcción de la mayoría de las viviendas de esta zona norte de la ciudad. Solamente en La Pastora, más de 200 casas resultaron destruidas parcialmente, y en la mayoría de ellas se desplomaron las cornisas, quedando en medio de la calle y en las aceras gran cantidad de ladrillos y demás materiales de construcción.
Como suele ocurrir con estos fenómenos impredecibles y propios de la naturaleza, el pánico fue colectivo y terrible. Centenares de internas en la maternidad Concepción Palacios, muchas de ellas cargando a niños recién nacidos, corrieron a la calle y a la plaza vecina, buscando sitios descampados donde hubiese mayor seguridad. A través de las emisoras de radio, se solicitó a la ciudadanía que guardaran calma y se mantuvieran en sitios que revistieran seguridad.
Al mismo tiempo, se transmitió a los conductores la advertencia de que no se desplazaran a velocidades, ni alarmaran a la ciudadanía con sus cornetas. Las autoridades dieron a conocer que alrededor de 10 personas, de los centenares que ingresaban a los puestos de socorro, habían sufrido lesiones por atropellamientos de vehículos.
En Caraballeda hubo ruina parcial de edificaciones altas, colapso en edificaciones de dos niveles y daños en viviendas unifamiliares. Igualmente, fue sentido en el resto del Litoral Central. El terremoto causó inestabilidad en terrenos en el sur del Lago de Valencia, estos sufrieron deslizamientos en dirección norte y se sumergieron en la laguna. Igualmente, hubo deslizamientos en la Cordillera de La Costa, así como en las carreteras hacia el Junquito, La Colonia Tovar y Naiguatá.
Los daños materiales, en general, fueron incalculables, pero pueden estimarse en decenas de millones de bolívares. Son muchos los edificios de gran estructura que experimentaron los efectos del terremoto. El propio edificio El Nacional resultó averiado, así como el edificio donde funcionaba La emisora Radio Rumbos. En cuanto a las residencias de barrios, de uno o dos pisos, los observadores coinciden en asegurar que excedió a mil el número de las que sufrieron considerables daños.
A media noche toda la población caraqueña se mantenía en vela, millares de personas acomodaban camas y colchones para colocar a los niños y ancianos, y centenares de creyentes permanecieron arrodillados en constante oración. Las plazas de toda la ciudad se congestionaron de personas y a partir de las 11 de la noche se comenzaba a experimentar un poco de tranquilidad en la ciudadanía, quienes durante dos horas se habían mantenido alerta ante los temores de que se repitieran los temblores.
A las 10:40 el ministro del Interior, Leandro Mora, habló a la Nación e hizo recomendaciones precisas en cuanto a mantenerse alerta toda la noche y acerca de los lugares más recomendables para que permaneciera la ciudadanía libre del peligro de los derrumbes. Igualmente, el Ministro recomendó que no se hiciese uso de los ascensores y que por varias horas la gente se mantuviera alejada de los locales, fuera de techo y sin aproximarse a paredes y cornisas. Asimismo, señaló en ese momento, que el peligro estaba prácticamente disipado y que los servicios de electricidad, teléfonos y acueductos no habían sido interrumpidos. Advirtió, a las personas que trataran de obtener provecho con robos o atentados, que serían objeto de sanciones más rigurosas.
En Valencia, ocurrieron deterioros en muchas edificaciones y desplomes en por lo menos media docena de viviendas de estructuras importantes. Igualmente, centenares de casas humildes resultaron agrietadas y decenas de ciudadanos trasladados a hospitales y clínicas privadas a causa de heridas y conmociones nerviosas.
En Barquisimeto, como en el resto del país, la gente se arrojó a la calle y permaneció la noche en vela. En Barcelona, Puerto La Cruz y poblaciones aledañas los dos temblores causaron pánico, el cual aumentó por el hecho de que todo el sector mencionado quedó sin alumbrado público. Las personas se movilizaban en grupos, y se registraron escenas de verdadera desesperación. Los reportes señalaban concretamente que el sismo se sintió con gran intensidad en Valencia, Los Teques, Maracay, Maracaibo, Turén, Acarigua, Tocuyo-Lara, Barcelona, Puerto La Cruz, San Felipe, Cumaná, Carora, Puerto Cabello, San Juan de los Morros y San Cristóbal.
Funvisis: Miguel De Freitas / Valery Sánchez
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TOMADO DE: http://www.funvisis.gob.ve/
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