viernes, 28 de julio de 2017

Los fracasos de Luis Almagro

Desde que el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) tomó la batuta en el marco regional de agresión contra Venezuela en 2015, no ha podido resolver la balanza a favor de los intereses que pretenden cercar a Venezuela en el hemisferio.
En poco más de dos años de injerencia activa por parte de Luis Almagro, que tiene como objetivo lograr un consenso en la OEA en el cual fuese posible la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, salvo las reuniones y sesiones de cancilleres que abultaron la bulla mediática sobre el país, poco y casi nada ha logrado debido a la correlación de fuerzas políticas en la región.
Un hecho notorio es el apoyo caribeño a la soberanía venezolana, que se ha intentado torpedear por actores y factores externos de peso. A pesar de la extorsión gringa (económica) a países del Caribe como Haití y otras islas antillanas, estos se han mostrado incólumes en un solo bloque representado en la Comunidad del Caribe (Caricom) y Petrocaribe.
La alianza venezolana con los países limítrofes al norte ante los intereses estadounidenses en la región latinocaribeña. Almagro, sin embargo, insiste en crear un cerco político y diplomático que intente traducirse en un "cambio de régimen" con la criminalización del chavismo y el Gobierno Bolivariano en pleno como principal arma, y con el respaldo contundente de Estados Unidos y sus aliados, incluida la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Veamos cómo se ha venido pronunciando el Secretario General de la OEA desde 2015 hasta los momentos para entender el actual escenario.

Cronología de Almagro al frente

  • En las vísperas de las elecciones parlamentarias de 2015, el diplomático uruguayo publicó una carta en la que escribió que hay "una estrategia que procura amedrentar a la oposición y que ese temor llega a la sociedad entera y estremece a toda la comunidad internacional". Dedicada al presidente Nicolás Maduro, Almagro pedía al Gobierno Bolivariano "el cese de toda violencia, las garantías más absolutas para todos, y transformar la contienda electoral en una fiesta y no en un ejercicio de fuerza, violencia y miedo", como una especie de anuncio de "fraude electoral". Allí el Secretario General de la OEA empezó el salto en la narrativa que luego se traduciría institucionalmente, en 2016, en reuniones y sesiones extraordinarias para tratar el "tema Venezuela".
  • En abril de 2016, el 157º Período de Sesiones de la CIDH, el brazo jurídico de la OEA, tuvo a Venezuela como protagonista con ONGs a la carga en su afán de criminalización mediante expedientes antigubernamentales. En el marco de esas reuniones, Almagro tuvo sus encuentros con miembros de Provea y mostró públicamente su apoyo a la criminal Ley de Amnistía como espaldarazo a la pretensión de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, de encumbrarse como primer factor de desestabilización institucional en el marco de la guerra antivenezolana.
  • Fue en junio-2016 cuando Almagro intentó crear el consenso en una sesión de la OEA para aplicar la Carta Democrática a Venezuela, que resultó en el primer rotundo fracaso del Secretario General en la pulseada internacional en vías al "cambio de régimen". En votos, los dos tercios necesarios no se tradujeron de facto y con ello ganó el impulso de la Unasur como principal mediador del diálogo promovido por el presidente Nicolás Maduro con la oposición local.
  • La base para invocar la Carta Democrática fue un informe presentado por el mismo Luis Almagro ese mismo mes, lleno de contradicciones, falacias e inconsistencias, políticamente sesgado y con afirmaciones inverosímiles. Las fuentes del informe eran sobre todo ONGs financiadas por el Departamento de Estado gringo.
  • Aunque Almagro afirmara falsa y desesperadamente que la Carta Democrática había sido activada contra Venezuela, la instalación de la Mesa de Diálogo en el último trimestre de 2016 desmintió la aseveración y el avance de la OEA como centro regional para cercar al país quedó en stopComo se escribió en su momento: "La guarimba trasladada a la esfera internacional se apagó", y con ello redundó el fracaso de Almagro en 2016.
  • A pesar del apoyo corporativo por la cantidad de recursos y los actores en respaldo, la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela fue tan anunciada en 2017 como fracasado su proceder.
  • Almagro llegó a publicar otro informe en marzo de este año el cual vino a recrudecer la semántica de la intervención con viejas y nuevas inconsistencias, datos manipulados, medias verdades y silencios sobre los actores implicados en la guerra contra Venezuela. Aquello de la "crisis humanitaria" tomó fuerza con los falaces argumentos del informe y sirvió de nueva base para la convocatoria a una nueva sesión que tendría como objetivo la activación de la Carta Democrática. En el documento se emiten "recomendaciones", entre las cuales destacan la realización de "elecciones generales", la apertura de un canal humanitario, la renovación de todos los poderes públicos, el retiro del desacato de la Asamblea Nacional y la liberación de políticos presos por actividades criminales de distinta índole. Ninguna de estas reprobables exigencias dieron lugar por parte del Gobierno Bolivariano.
  • A finales de marzo convocó una reunión extraordinaria para hablar de la situación venezolana, un primer round descrito por este portal que tuvo a Almagro como principal perdedor. No sólo porque la sesión estuvo atravesada por factores de ilegalidad y el enfoque inicial fue cambiado para no terminar con una declaración a favor de la postura del Secretario General de la OEA.
  • Otra sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA el 3 de abril fuertemente marcada por la ilegalidad de la convocatoria, en la que se pasó por alto la presidencia pro-témpore de Bolivia y tuvo una repercusión mediática favorable al antichavismo internacional. Sin embargo, la orden de cercar a Venezuela tuvo como consecuencia el anuncio prefigurado de un atizamiento del conflicto interno en las calles venezolanas y el vilipendio a las mesas de diálogo pivoteadas por Unasur y el Vaticano. Fue un segundo round en el que se rompieron las reglas para agredir a un país. Sin precedentes.
  • El 26 de abril se dio el inicio al proceso de retiro de Venezuela de la OEA por clara instrucción del presidente Nicolás Maduro.
  • La reunión del Consejo Permanente el 10 de mayo fue una fallida en cuanto a la pretensión de Washington por lograr aunque sea un mínimo consenso negativo en torno a Venezuela, a pesar de la imagen mediáticamente corporativa que (aún) se dibujaba sobre el país producto de la escalada violenta en el marco de las protestas convocadas por la MUD desde abril.
  • El constante fracaso de Luis Almagro por aplicar la Carta Democrática a Venezuela se vio expresado en lo dicho por funcionarios estadounidenses del Departamento de Estado en mayo pasado: 1) Hasta los momentos no existe un consenso preliminar entre los miembros de la OEA para aislar a Venezuela, y 2) la imposibilidad de llevar a cabo ese aislamiento está dado por la influencia incuestionable de Venezuela en la región.
  • A finales de mayo se realizó una reunión de consulta de cacilleres de la OEApara tocar, otra vez, el "tema Venezuela". Otra vez, Almagro no sólo se vio torpedeado en sus intereses, sino que fue increpado por 15 países de Caricom por su actitud frente a la situación del país. Fue una reunión que estuvo signada, otra vez, por el fracaso.
  • Por último, este miércoles 26 de julio vio la declaración presentada por Panamá que exortaba al presidente Nicolás Maduro cancelar las elecciones para elegir la Asamblea Nacional Constituyente, recibir apenas 13 votos a favor, lejos de los 23 votos que se necesitan para aprobar una resolución en el seno de la OEA. El fracaso de Luis Almagro, sobre todo en los últimos meses de agresión, ha sido rotundo.

Mínimo balance

Desde la OEA se ha intentado hacer de todo para agredir a Venezuela de forma tajante, y sin embargo Luis Almagro no ha conseguido lograr para lo que fue llamado. Varias medidas se han efectuado en el marco de la agresión regional contra el país: extorsiones económicas, bloqueo financiero, declaraciones antigubernamentales, ilegalidades y rompimientos de las reglas internas de la institución con sede en Washington. Lo que dice mucho.
El bloque caribeño, como decíamos al principio, ha sido una piedra de tranca a la consecución de una agresión directa que terminara en la activación de la Carta Democrática tan pedida por el Secretario General. Ni siquiera un mínimo consenso se ha podido definir, y esto define en sí la postura con respecto al país desde que se iniciaron las gestiones en la OEA para cercar a Venezuela.
Aquel escenario catastrófico en el que el (llamado por Fidel Castro) Ministerio de las Colonias de Estados Unidos sería el pivote principal para lograr una arremetida continental no se ha completado gracias a las alianzas y el tino político del Gobierno Bolivariano con países que, por pequeños que sean, no han sucumbido a la extorsión y el chantaje imperial.
Por ello, la estrategia de Estados Unidos ha proliferado unilateralmente con las sanciones y probablemente recrudezca su postura ante la impronta fallida de un Luis Almagro que terminó siendo reprobado en la OEA como Secretario General por una gran cantidad de países que ven a la organización subyugada directamente a los interesados por impulsar un golpe de Estado en Venezuela.
El constante fracaso de Almagro en agredir profundamente a Venezuela, pone las cartas propiamente gringas de la guerra sobre la mesa.

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