miércoles, 2 de septiembre de 2015

"La peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial amenaza con hacer colapsar la UE"


Publicado: 30 ago 2015 06:17 GMT - RT


Europa está luchando para hacer frente a una enorme afluencia de personas que buscan refugio en sus fronteras, pero no logra controlar la inmensa oleada humana que pone en peligro el futuro del continente. Suiza espera lo peor para Europa y lo muestra con sus ejercicios militares a gran escala entre el 16 y el 22 de septiembre. 
El gran simulacro de guerra bajo el nombre de Conex15 con 5.000 soldados de la Confederación Helvética parte del siguiente escenario supuesto: los enfrentamientos étnicos y grandes movimientos migratorios que cruzan Europa resultaron en la destrucción de la Unión Europea, en cuyo lugar surgieron nuevas fronteras y nuevos países, el orden público se descompuso. Sabotajes y asaltos sacudieron la región.
Un columnista de 'ABC', Hermann Tertsch, opina que el ejemplo de Suiza "debiera hacer reflexionar" a los políticos de otros países europeos sobre la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial que enfrenta la región, ya que es "un estado de emergencia que eclipsa por completo en la agenda política a las otras crisis, algunas muy graves, como la del euro, la creciente polarización norte-sur (...) y los movimientos populistas que ponen en peligro a las democracias de muchos países miembros [de la UE]".
Como la principal causa de la incapacidad de la UE para manejar la crisis eficazmente, Hermann Tertsch destaca la falta de una política unitaria. Ángela Merkel, según el periodista, es la única entre los líderes europeos que está a la altura de las circunstancias, porque "ella pide y obtiene (...) apoyo y solidaridad mayoritario en Alemania, donde hay memoria como pueblo deportado por millones en 1945".
Otros pueblos y mandatarios de Europa no son tan prudentes, dice Tertsch, no perciben la amenaza, lo que puede resultar en el "colapso de los instrumentos de cooperación, los mecanismos de seguridad y hasta el orden público en Europa".


PESE A LOS MAS DE CIEN MIL REFUGIADOS QUE

 CRUZARON EL MEDITERRANEO EN JULIO, 

EUROPA SE SUMIO EN EL SILENCIO

Europa calla ante el drama de los inmigrantes

Con una extrema derecha acechando las urnas y una derecha cada vez más dura, los sucesivos encuentros europeos consagrados al tema de la inmigración apenas disimularon la mordaza que cubre los labios de los líderes europeos.

Por Eduardo Febbro
Desde París
Página 12
Hicieron falta miles de muertos y dramas espantosos, como los 50 migrantes muertos de asfixia encontrados en un camión en Austria ayer, para que los dirigentes europeos empezaran a salir de zona de retaguardia en la que se mantienen desde que los primeros migrantes llegaron a las costas de Sicilia. El comisario encargado de Inmigración dentro de la UE, Dimitris Avramopoulus, dijo el pasado 13 de agosto que “la inmigración no es un problema griego ni alemán, ni italiano, ni húngaro, ni austríaco” sino “europeo”. Y sin embargo, pese a los más de cien mil refugiados (cifras oficiales del organismo europeo Frontex) provenientes de Siria, Afganistán, Eritrea, Irak y Su- dán del Sur que cruzaron el Mediterráneo para alcanzar territorio europeo en el pasado julio, Europa se sumió en el silencio y hasta dinamitó las iniciativas de la Comisión Europea.

Tan es así que el 23 de agosto, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, publicó una encendida columna de opinión en el diario conservador Le Figaro donde defendió los valores humanistas de Europa contra la indiferencia, las peleas, el racismo y los antagonismos que sesgan todo posición común ante la inmigración: Juncker recordó que esos migrantes huían de la “guerra en Siria, del miedo de Daesh en Libia o la dictadura en Eritrea” y afirmó: “Lo que me espanta es constatar el resentimiento, el rechazo, el miedo con los que se trata a esas personas. Incendiar los campos de refugiados, alejar los barcos de los puertos, violentar a los solicitantes de asilo o cerrar los ojos frente a la miseria y la pobreza, eso no es Europa”. Pero eso es lo que pasa hoy.

Los sucesivos encuentros europeos consagrados al tema de las fronteras y la inmigración apenas disimularon la mordaza que cubría los labios de los líderes europeos.

Con una extrema derecha acechando las urnas y una derecha cada vez más dura que también saca provecho de la “amenaza migratoria”, el tema es una bomba de tiempo política en cada país. Abordarlo es exponerse a una controversia pública y a la consiguiente pérdida de votos en un electorado ultra sensibilizado en torno de la temática de la inmigración. Los Estados repiten el mismo discurso “humanidad y firmeza”. Casi nadie se adentra a destapar un problema complejo y cuyos orígenes son, a menudo, las mismas guerras que Occidente desencadenó o los conflictos en los cuales intervino (Afganistán, Siria, Libia, Irak).

En realidad, aunque mal les pese a sus masivos adversarios, la que rompió el pacto de inmovilidad fue la canciller alemana Angela Merkel. Por primera vez en diez años, el 25 de agosto Merkel visitó un campo de refugiados en Sajonia, donde escuchó el grito de 200 manifestantes que la trataban de “traidora”. Antes, el 24 en Berlín, Merkel y el presidente francés François Hollande llamaron a Europa a adoptar una respuesta “unificada” frente a la crisis de los migrantes. Hasta ese momento, los demás responsables se habían mantenido en silencio. La misma canciller anunció que todos los refugiados sirios que habían llegado a Alemania a través de otros países europeos no serían expulsados. Por sorprendente que resulte, Merkel está transformando a la derecha alemana en lo que toca a inmigración con un discurso y acciones calcadas de las que antaño asumió el Ejecutivo rojo-verde, es decir, la alianza entre los socialdemócratas del SPD y los ecologistas de Die Grünen.

En Francia, durante el mes de agosto (vacaciones), los partidos políticos celebran una serie de reuniones llamadas “universidades de verano”. En 2015, en plena catástrofe migratoria, el Partido Socialista, por ejemplo, no rozó el tema. El halo humanista, aunque retórico, ni siquiera se asomó en los debates. En cuanto a los ecologistas, más allá de una indignación verbal no hubo acción, formulaciones concretas o un programa para interpelar al Ejecutivo. En este desierto de buenas intenciones, de náufragos, de ahogados o aplastados por los trenes, de decenas de miles de personas en las fronteras de Grecia, Hungría, Serbia, Francia Italia, Austria o Alemania, la extrema derecha adoptó un perfil bajo. Como lo señala al diario Le Monde Jérôme Fourquet, director del departamento de opinión de la encuestadora IFOP: “Marine Le Pen (la líder de la ultraderecha del Frente Nacional) no tiene necesidad de decir mucho. El carburante está ahí”. La derecha tradicional, agrupada ahora en el recién fundado partido Los Republicanos, tampoco salió de la cueva. El único que se destacó al principio del verano fue Nicolas Sarkozy. El ex presidente y jefe de Los Republicanos había comparado el flujo de los migrantes a una “fuga de agua”.

El inmovilismo, las expresiones insultantes, las agresiones, la construcción de muros y barreras o la misma extrema derecha no podrán corregir el curso de los hechos, ni tampoco la nueva cita con la historia que tiene Europa. Según Jean-Christophe Dumont, el especialista de las migraciones en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico) más de un millón de personas ingresará clandestinamente de una u otra forma al Viejo Continente. Con más de 2000 migrantes muertos en lo que va del año, las fronteras europeas son hoy las más mortíferas del mundo. Europa se mueve a su vez entre varias fronteras inciertas: la de sus valores, la del humanismo, la de la solidaridad, la del miedo, la del racismo, la de los cálculos políticos y la de las medidas fuertes destinadas a detener el flujo migratorio rehusando recibir a los migrantes y forzándolos a volver a sus países. La complejidad del drama y de la crisis es tal que sin una síntesis entre todas esas fronteras delicadas los dramas como los de Austria se propagarán con una frecuencia destructora. El Mediterráneo seguirá siendo una tumba a cielo abierto y Europa se volverá un edén atrincherado.



Hungría termina la construcción de 
la valla en la frontera con Serbia

La alambrada tiene 175 kilómetros de longitud y metro y medio de altura., pero el Gobierno húngaro prepara una segunda valla, más sólida y de cuatro metros de altura, que espera concluir en noviembre.

Varios refugiado pasan la alambrada en la frontera entre Hungría y Serbia cerca de Roszke (Hungría). / SANDOR UJVARI (EFE)
EFE / Público / Publicado: 30.08.2015 11:24

Hungría ha terminado la construcción de una valla alambrada de 175 kilómetros de longitud y metro y medio de altura a lo largo de su frontera con Serbia, informó este sábado un medio del país.

Mientras esta alambrada no parece surtir el efecto deseado por las autoridades de disuadir a las miles de personas que buscan entrar en la Unión Europea a través de Hungría,las autoridades continúan con la construcción de una segunda valla, más sólida y de cuatro metros de altura, que esperan concluir en noviembre.
El Gobierno del conservador Viktor Orbán había anunciado en junio su controvertido plan de levantar la valla para parar la inmigración que entra en Hungría desde Serbia.

El número de refugiados que a diario cruzan la frontera, provenientes de países en conflicto como Afganistán, Siria o Pakistán, ha oscilado en las últimas semanas entre los 1.000 y 3.200.
La policía local informó hoy de que ayer las autoridades interceptaron a 3.080 refugiados que cruzaron de forma irregular esa frontera, entre ellos 670 menores.

Mientras, en la localidad de Röszke, uno de los puntos de entrada más frecuentado en los últimos días, hubo varias protestas de refugiados que sobrepasan la capacidad de los centros de registro junto a la frontera.

Como la gran mayoría de los refugiados no quiere quedarse en Hungría, piden que les dejen abandonar el país hacia otros más ricos de la Unión Europea (UE), como Austria o Alemania.

En Röszke un refugiado intentó incendiar una carpa para llamar la atención y pedir que se le permita seguir rumbo a Alemania, según recoge la prensa hoy.

Por la misma razón unas cincuenta personas se manifestaron ayer, sábado, en la estación de trenes Keleti de Budapest.

De momento, esas protestas, si bien van en aumento, no han generado mayores incidentes.

En lo que va de año, Hungría interceptó a más de 140.000 personas, entre inmigrantes y refugiados, que entraron en el país de forma ilegal.

Schroeder: “Europa no debe crear una nueva ‘cortina de hierro’ ante los inmigrantes”

El ex canciller alemán, Gerhard Schroeder, considera que las políticas migratorias de la UE son actualmente insostenibles y propone una nueva agenda para el 2020 bajo el lema: 'Legalización de la inmigración'.

El Ciudadano 

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En un artículo publicado en ‘Welt am Sonntag’, el ex canciller alemán, Gerhard Schroeder, hace un llamamiento a Europa para que no trate de evitar la migración con nuevas “cortinas de hierro”, proponiendo para el año 2020 un nuevo concepto de política migratoria bajo la denominación ‘La Legalización de la inmigración’.
Según Schroeder, el procedimiento de asilo a inmigrantes debe ser reformado, ya que -afirma- el actual es insostenible porque no ofrece perspectivas a los inmigrantes. “Con la ‘legalización de la inmigración’ existirá la posibilidad de integrarlos en la sociedad, de crear nuevas perspectivas con sus países de origen y mantenerlos bajo control” sugiere en su artículo.
“Si queremos ser un país social y económicamente fuerte en el futuro, entonces necesitamos la inmigración”, afirma Schroeder, que recuerda que la población alemana está sufriendo un proceso de envejecimiento, lo que hace “necesaria” la inmigración para el sistema social alemán, ya que -escribe- “sin ella no podremos pagar jubilaciones en el futuro”.
Por otra parte, el vicecanciller de Alemania, Sigmar Gabriel, criticó el sábado en Berlín “las escandalosas relaciones con los refugiados” de la UE, tachando de “vergüenza” el hecho de que Bruselas no encuentre una política de asilo para los refugiados. “Solo si la UE encuentra una política de apoyo mutuo y común podría tener éxito, y mantener abiertas las fronteras de la comunidad a largo plazo”, dijo el vicecanciller, según ‘T-Online’. - RT
TOMADO DE: Noticias uruguayas‏

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