domingo, 19 de abril de 2015

ATILIO BORON / Galeano: original y profundo


Publicado el 4/14/15 • en Contrainjerencia

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ATILIO BORON / REBELION –  Pensaba ahondar sobre algunos asuntos pendientes de la nota sobre la Cumbre de las Américas que publicara hoy Página/12. Pero a poco de regresar desde Colombia -donde tuve el honor de participar en las diversas actividades de la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia- me abrumó la noticia de la muerte de Eduardo Galeano. Y la verdad es que lo único que tuve ganas de hacer fue buscar sus libros en mi biblioteca y sentirme una vez más en su compañía deleitándome con su lectura. Eduardo fue no sólo un crítico incisivo y mordaz del capitalismo y un hombre comprometido con la revolución latinoamericana sino también un pensador a la vez original y profundo, lo que no se da tan a menudo como se supone.
Más de una vez charlábamos sobre la tragedia de muchos intelectuales que se jactan de su originalidad pero cuyo pensamiento se mueve en la superficie, en las zonas de la apariencia. Son originales pero en la producción de banalidades, maestros en el arte de la prestidigitación de la palabra. Cumplen una importante función conservadora (a veces sin ellos saberlo) en la generación de la resignación política y el conformismo, hijos de la confusión ideológica y de la imposibilidad de ir a la raíz de las cosas, como aconsejaba Marx.
Otros son profundos, pero no originales. Sus ideas medulares abrevan en algunas de las más grandes cabezas de la historia de las ideas políticas y sociales. El precio de esa profundidad tomada de prestado -y sin que siempre se reconozca la deuda con el verdadero creador- es lo que Gramsci llamaba “el doctrinarismo pedante”: el reemplazo del análisis concreto de la realidad concreta por audaces plumazos que nada explican y que mucho menos sirven para cambiar el mundo.
Galeano era una notable excepción ante esas trampas y además tenía muchas otras virtudes, como si las anteriores no bastasen: era una persona excepcional y también un historiador erudito, conocedor de primera mano del drama histórico de Latinoamérica, dotado de una notable capacidad para comunicar sus ideas, que siempre referían a una realidad histórica o contemporánea que retrataba con minuciosa precisión y que las expresaba con un lenguaje accesible a cualquiera. No escribía para la capilla sino que su objetivo era llegar con su voz a todos los inconformes, a los oprimidos y explotados que encontraban en su lenguaje -llano, terso, sin rebusques culteranos- un valioso instrumento para comprender y explicarse la realidad que los agobia, las causas de las desdichas y atrocidades que campean en la escena contemporánea y un poderoso estímulo para movilizarse y luchar. Esto requería de una paciencia infinita, y una vocación artesanal que lo llevaba en ciertas ocasiones a pasarse una noche en vela -durante gran parte de su vida con la compañía de unos atados de cigarrillos- bregando por encontrar la frase justa o la palabra exacta que rematase eficazmente su argumento, que dijera lo que quería decir y que fuese capaz de suscitar en quien la leyera la conciencia de su propia situación y la rebeldía para cambiarla.
Ahora Eduardo se nos fue, pero nos dejó un legado precioso que acompañará para siempre las luchas emancipatorias de los pueblos nuestroamericanos. Tanto es así que podríamos aplicarle a Eduardo la frase con que a menudo se refería a la siembra del Comandante Hugo Chávez: “Me han dicho que Chávez murió, pero yo no me lo creo”, porque las ideas y los sueños de Chávez, como las de Galeano, vivirán para siempre. Es casi una inevitable obviedad decir que con su muerte se va uno de esos imprescindibles que una vez señalara Bertolt Brecht. Tal vez el más imprescindible de todos en la batalla de ideas en que estamos empeñados. ¡Hasta la victoria siempre, Eduardo!
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Conmovedor: René Pérez cuenta su encuentro con Galeano

Publicado el 4/14/15 • en Contrainjerencia
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“Tenía frente a mí un libro abierto mientras tomaba vino, me iba sintiendo como un libro sin letras”, escribió. Y agregó: “Como si fuera poco, en mi cabeza se hacía cada vez más recurrente el aviso de que soy un tipo que patinó por cinco escuelas de Puerto Rico antes de graduarse, sin ningún credencial intelectual”.

El grupo musical puertorriqueño Calle 13 dedicó unas emotivas líneas al escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, por su desaparición física este lunes, que significó una sentida pérdida para Latinoamérica entera.

René, cantante de Calle 13, relató en su página Facebook su encuentro con el pensador revolucionario. También citó una frase de Galeano que cambió el rumbo del encuentro: “Yo también soy despistado y de los peores”, le dijo el escritor.

Y René contó que a partir de ese momento ambos dialogaron como si se conocieran desde hacía mucho tiempo. Galeano murió la mañana de este lunes a los 74 años, luego de batallar contra un cáncer de pulmón. El uruguayo mostró siempre su apoyo al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, a quien en un artículo describió como “ese extraño dictador que creó una Constitución pensada para un solo protagonista: el pueblo”.

A continuación el texto completo escrito por René:

Eran como las dos de la tarde. Luego de intercambiar varios correos electrónicos el encuentro se hacía real.

Estaba por conocer, no solo a uno de los escritores más grandes de Latinoamérica, sino que también al único escritor que fue capaz de capturar la atención de un niño índigo, que ahora de adulto carga con un déficit de atención y que vive en una nube de un país que no existe.

Después de 3 cuadras doblando hacia la derecha, nos refugiamos en un pequeño restaurante italiano.

En la mesa había pastas al dente, pan, aceite, un poco de pimienta y vino. Al principio me sentía nervioso, no sabía cómo empezar, sobre qué temas hablarle.

Tenía frente a mí un libro abierto mientras tomaba vino y me iba sintiendo como un libro sin letras.

Como si fuera poco, en mi cabeza se hacía cada vez más recurrente el aviso de que soy un tipo que patinó por 5 escuelas en Puerto Rico antes de graduarse, sin ningún credencial intelectual, con muy pocas lecturas en la cabeza y con una facilidad increíble para perderse en cualquier conversación.

Sabía que al final sería delatado por mis ojos espaciados que miran sin mirar y atienden sin atender.

Solo tenía una forma de sobrevivir a este encuentro, así que decidí confesarle mi “padecimiento”. Por alguna extraña razón, en ese momento todos los platos, vasos y cubiertos dejaron de hablar para escucharme decir: “Eduardo, tengo un problema, soy muy despistado y a veces se me hace muy difícil seguir una conversación”.

A lo que él me contesto, “yo también soy despistado y de los peores”. Desde ese momento en adelante todo fluyó de forma natural, como si fuésemos amigos de antaño. Eduardo empezó a hablar mientras mi esposa y yo escuchábamos.

Fue como escuchar al tiempo narrando historias. Compartió los escritos que tenía en una de sus libretas miniatura, donde escribía una idea por página. En ese momento andábamos por la ciudad de Nueva York.

“Las ciudades resuelven el 90% de los problemas que ocasionan”, leía uno de los escritos en aquella pequeña libreta.
Nos contó sobre todos sus viajes por Latinoamérica, el tiempo cuando acampó con mineros en Chile, las historias de sus amigos arrojados desde un avión con las tripas al aire durante la dictadura en Argentina, sus años en la revista, su tiempo en España.

Nos habló sobre su familia, su compañera, sus hijos, su sobrina, sus amigos escritores, sus no tan amigos escritores, sus encuentros, sus despedidas; toda una vida contada frente a una mesa a la que le salieron raíces y ramas que rompieron las ventanas de aquella tarde que ya era noche. El vino no se acababa y nunca se acabó, porque siguió merodeando por nuestras cabezas hasta nuestra salida de aquel pequeño restaurante.

Y así, amarrados hombro con hombro, como si fuéramos compañeros de toda una vida, nos acompañamos hasta llegar a su hotel.
Le pregunté si necesitaba ayuda para llegar a su habitación y me miró con la cara de alguien que sobrevivió momentos mucho peores que una subida de elevador con tres botellas de vino en la sangre.

Lo entendí totalmente, así que decidí darle un abrazo. Luego del abrazo, apretándome con fuerza la mano con la que escribo y casi hablándome con los ojos me dijo, nos volveremos a ver. Así me despedí de una de las mejores historias que viví, el mejor de los cuentos.
Gracias por ese día Eduardo.
Te queremos mucho, René, Sol y MiloTELESUR
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Nos dejo un maestro de la literatura. Falleció Galeano.

13 abr
AFUSEC

74 no son pocos años pero uno quisiera que personas como Galeano vivan por los menos 100 años.


Galeano es un maestro de la literatura pero es sobre todo un referente ético. Porque la mayoría de intelectuales latinoamericanos se han puesto del lado de los poderosos, mientras que Galeano se puso del lado de los débiles.


Galeano sufrió mucho, pero no tanto por él mismo, sino por los demás, y de los demás sobre todo por los nadies.


Desde nuestro Gremio hacemos nuestras las palabras de cada Uruguayo en solidaridad hacia esta persona que ayudo a ser este un gran País.


Un poco de historia:

Eduardo Galeano


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Nombre de nacimientoEduardo Germán María Hughes Galeano
Nacimiento3 de septiembre de 1940
MontevideoUruguay
Fallecimiento13 de abril de 2015 (74 años)
MontevideoUruguay
Causa de muerteCáncer de pulmón
NacionalidadBandera de Uruguay Uruguaya
OcupaciónEscritor, periodista
Obras notablesLas venas abiertas de América Latina, Memoria del Fuego, Espejos: una historia casi universal

Vida

Galeano nació en Montevideo, Uruguay en el seno de una familia de clase alta y católica de ascendencia italianaespañola, galesa y alemana. Su padre fue Eduardo Hughes Roosen y su madre, Licia Esther Galeano Muñoz, de quien tomó el apellido para sunombre artístico. En su juventud trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios. A los 14 años vendió su primera caricatura política al semanario El Sol, del Partido Socialista
.

Eduardo Galeano entrevistando al guerrillero César Montes en la selva guatemalteca, a fines de los sesenta.
Comenzó su carrera periodística a inicios de 1960 como editor de Marcha, un semanario influyente que tuvo como colaboradores aMario Vargas LlosaMario Benedetti, Manuel Maldonado y los hermanos Denis y Roberto Fernández Retamar. Editó durante dos años el diario Época.
Es además conocida su pasión por el fútbol y en especial por el Club Nacional de Football, pasión que compartía junto a Mario Benedetti.
Contrajo matrimonio tres veces: la primera, con Silvia Brando, con quien tuvo una hija, Verónica Hughes Brando; luego, con Graciela Berro Rovira, con quien tuvo dos hijos: Florencia y Claudio Hughes Berro; finalmente, con Helena Villagra.
Durante sus estudios con una beca en París, supo que Juan Domingo Perón había dicho: “Si ese muchacho anda por acá, me gustaría verlo”. Galeano aprovechó un viaje para llamar al teléfono que le habían dado, aun cuando no terminaba de creer que fuese cierto. Lo era, y fue recibido muy bien. Tuvo una larga charla con el expresidente argentino en el exilio, durante la cual le preguntó por qué no emitía señales más a menudo.
Perón me contestó: El prestigio de Dios está en que se hace ver muy poco”.[2]
En el golpe de Estado del 27 de junio de 1973, Galeano fue encarcelado y obligado a abandonar Uruguay. Su libro Las venas abiertas de América Latina fue censurado por las dictaduras militares de Uruguay, Argentina y Chile. Se fue a vivir a Argentina, donde fundó la revista cultural Crisis.
En 1976, se casó por tercera vez, al tiempo que fue añadido a la lista de los condenados del escuadrón de la muerte de Videla, quien tomaba el poder ese año. Voló a España, donde escribió su famosa trilogía: Memoria del fuego (un repaso por la historia deLatinoamérica), en 1984.
A inicios de 1985, retornó a Montevideo. En octubre de ese año, junto a Mario BenedettiHugo Alfaro y otros periodistas y escritores que habían pertenecido al semanario “Marcha“, funda el semanario Brecha, del cual continuó siendo integrante de su Consejo Asesor hasta su muerte.
Entre 1987 y 1989, integró la “Comisión Nacional Pro Referéndum“, constituida para revocar la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, promulgada en diciembre de 1986 para impedir el juzgamiento de los crímenes cometidos durante la dictadura militar en su país (1973-1985).
En 2010, el Semanario Brecha instituyó el Premio Memoria del Fuego, que está previsto que Galeano entregue anualmente a un creador que a sus valores artísticos sume el compromiso social y con los derechos humanos. El primer galardonado fue el cantautor español Joan Manuel Serrat, quien recibió el 16 de diciembre de 2010, en el Teatro Solís de Montevideo, la estatuilla diseñada por el escultor Octavio Podestá. El segundo galardonado con el premio fue Manuel Martínez Carril, renombrado crítico cinematográfico y director histórico de la Cinemateca Uruguaya, el mayor archivo fílmico de Uruguay y una institución independiente y autogestionada emblemática por su resistencia cultural que en 2012 cumplió 60 años de existencia.


Eduardo Galeano en la Feria del Libro de Madrid en 2008.
En 2004, Galeano apoyó la victoria de la alianza Frente Amplio y de Tabaré Vázquez. Escribe un artículo en el que menciona que la gente votó utilizando el sentido común. En 2005, Galeano, junto a intelectuales de izquierda como Tariq Ali y Adolfo Pérez Esquivelse unen al comité consultivo de la reciente cadena de televisión latinoamericana TeleSUR. En México escribe para el periódico La Jornada.
En enero de 2006, se unió a figuras internacionales como Gabriel García MárquezMario BenedettiErnesto SabatoThiago de MelloCarlos MonsiváisPablo Armando FernándezJorge Enrique AdoumLuis Rafael SánchezMayra MonteroAna Lydia Vega yPablo Milanés, en la demanda de soberanía para Puerto Rico. Además firmaron en la proclamación de independencia del país.
En febrero de 2007, Galeano superó una operación para el tratamiento del cáncer de pulmón. En noviembre de 2008, dijo sobre la victoria de Barack Obama:
La Casa Blanca será la casa de Obama pronto, pero esa Casa Blanca fue construida por esclavos negros. Y me gustaría y espero que él nunca lo olvide“.
En abril de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez entregó un ejemplar de “Las venas abiertas de América Latina” al presidente estadounidense Obama durante la quinta Cumbre de las Américas, celebrada en Puerto EspañaTrinidad y Tobago.
En mayo de 2009, en una entrevista declaró:
No sólo Estados Unidos, sino algunos países europeos han sembrado dictaduras por todo el mundo. Y se sienten como si fueran capaces de enseñar lo que es democracia.

Obras

AñoTítuloISBNEditorial
1963Los días siguientes

1964China

1967Guatemala, país ocupado

1967Reportajes

1967Los fantasmas del día del león y otros relatos

1968Su majestad el fútbol

1971Las venas abiertas de América LatinaISBN 950-895-094-3Siglo XXI
1971Siete imágenes de Bolivia

1971Violencia y enajenación

1972Crónicas latinoamericanas

1973VagamundoISBN 84-7222-307-8
1980La canción de nosotrosISBN 84-350-0124-5
1977Conversaciones con RaimónISBN 84-7432-034-8
1978Días y noches de amor y de guerraISBN 84-7222-891-6Del Chanchito
1980La piedra arde

1981Voces de nuestro tiempoISBN 84-8360-237-7
1982 –1986Memoria del fuegoISBN 9974620058Del Chanchito
1984Aventuras de los jóvenes diosesISBN 9682320941Siglo XXI
1985Ventana sobre Sandino

1985Contraseña

1986La encrucijada de la biodiversidad colombiana

1986El descubrimiento de América que todavía no fue y otros escritosISBN 8476681054Editorial Laia
1988 –2002El tigre azul y otros artículosISBN 9590602118Ciencias Sociales (Cuba)
1962 –1987Entrevistas y artículos
Ediciones Del Chanchito
1989El libro de los abrazosISBN 9788432306907Siglo XXI
1989Nosotros decimos noISBN 84-323-0675-4Siglo XXI
1990América Latina para entenderte mejor

1990Palabras: antología personal

1992Ser como ellos y otros artículosISBN 9788432307614Siglo XXI
1993AmaresISBN 84-206-3419-0Alianza, España
1993Las palabras andantesISBN 9974620082Del Chanchito
1994Úselo y tíreloISBN 9507428518Editorial Planeta
1995El fútbol a sol y sombraISBN 9788432311345Siglo XXI
1998Patas arriba: Escuela del mundo al revésISBN 9974620147Macchi
1999Carta al ciudadano 6.000 millones[3]ISBN 84-406-9472-5Ediciones B
2004Bocas del tiempoISBN 978-950-895-160-1Catálogos Editora
2006El viajeISBN 84-96592-55-3
2007Carta al señor futuro

2008Patas arriba/ la escuela del mundo al revésISBN 950-895-050-1Catálogos Editora
2008EspejosISBN 978-987-1492-00-8Siglo XXI
2011Los hijos de los díasISBN 978-987-629-200-9Siglo XXI
2015Mujeres – antologíaISBN 978-84-323-1768-2Siglo XXI


Premios

En septiembre de 2010 recibió el premio Stig Dagerman, uno de los más prestigiosos galardones literarios en Suecia, entregado anualmente por la Sociedad Stig Dagerman a aquel escritor que en su obra reconoce la importancia de la libertad de la palabra mediante la promoción de la comprensión intercultural. Galeano fue distinguido con el galardón por estar “siempre y de forma inquebrantable del lado de los condenados”, por escuchar y transmitir su testimonio mediante la poesía, el periodismo, la prosa y el activismo”, según el jurado.[cita requerida]

Muerte

Luego de estar internado una semana en el sanatorio 2 del CASMU a raíz de su cáncer de pulmón, falleció el 13 de abril del 2015 a las 8:20 hora local, en Montevideo, Uruguay.[10] [11
COMISION DE PRENSA Y PROPAGANDA DE AFUSEC

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Eduardo Galeano: in memoriam

por Hiber Conteris
Recibimos y publicamos.
Fue el más joven y, sin lugar a dudas, el más talentoso y más conocido -dentro y fuera de fronteras- de la generación de escritores uruguayos que el crítico y también escritor Ángel Rama caracterizó como “la generación de la crisis”. Rama se propuso introducir a este grupo generacional, principalmente en su condición de narradores, mediante un libro que la editorial Arca, entonces propiedad del mismo Rama, publicó en 1965: Aquí Montevideo: gentes y lugares. En el prólogo a ese libro, dice Rama: “Sus autores nacieron entre el año 1926 y 1940. Pertenecen a esa generación de la crisis que se abrió paso en nuestra cultura desde hace aproximadamente unos diez años, y aunque algunos casi no se conocen entre sí, no hay duda de que pertenecen a la mismaparición. Los ata esa crisis que ha resquebrajado el suelo seguro del hombre uruguayo, revelando las fisuras del monumento plácido que creían habitar, y ha empujado a sus escritores a una sana, higiénica, dura tarea de desmitificación […]. Los une una posición ante la literatura -como decir ante la vida- que desdeña todo engolamiento, todo afán cultista, y que los sitúa en el horizonte de lo cotidiano; a partir de los muchas veces elementos deleznables, tratan de crear, con mayor o menor afinación estética, en una actitud inmanente que no es siempre de renuncia a toda trascendencia espiritual o metafísica”.
Más tarde, en la breve introducción bio-bibliográfica al cuento de Galeano (“Flores para el campeón”), Rama anota que el autor “es de los más jóvenes y también de los más brillantes miembros de su generación. Ya a los 14 años estaba dibujando y haciendo artículos sobre artes plásticas en El Sol, semanario del que sería secretario de redacción en 1959. Pasa luego a Marcha, como dibujante y notero, desempeña la secretaría entre 1961 y 1964, fecha en que es designado para la dirección del diario Época, que ocupó hasta este año [1965]. Periodista político destacado, tanto en las publicaciones mencionadas como extranjeras, autor de conocidas series de artículos, como la que motivó su viaje a China y recogió en su libro China 1964 [Jorge Álvarez], su vocación más persistente es la literatura. En 1960 aparecen en Marcha sus primeros cuentos, y en 1963 Alfa ofrece su novela Los días siguientes, una cautelosa, gris, atemperadamente lírica recorrida por el mundo de la afectividad adolescente”.
Fue precisamente durante el período en que Galeano ejerció la secretaría de redacción de Marcha que nuestra relación a la vez amistosa y profesional adquirió mayor intensidad, fundamentalmente debido a mi vinculación con el semanario, del cual yo era un colaborador frecuente tanto en la sección de política internacional (preferentemente latinoamericana) como en la sección literaria y en la crítica de espectáculos. Rama no se equivocó en 1965 cuando afirmó que la vocación más persistente de Galeano era la literatura, pero esa vocación fue intermitente. El propio Galeano llegó a negarla o por lo menos a renunciar a ella, aun cuando en 1967 publicó su volumen de cuentos Los fantasmas del día del León y otros relatos, e incluso, años más tarde, obras como Días y noches de amor y de guerraLa canción de nosotros y El libro de los abrazos (1989), entre otras, que ponían en evidencia su inequívoco talento e irrenunciable amor por la literatura como tal.
Mi opinión personal es que su vocación periodística era mucho más fuerte y más perseverante, porque Galeano era, esencialmente, un comunicador, y la escritura constituyó para él un medio inmediato de entrar en contacto con la gente, de transmitirle a su público lector sus ideas y su pensamiento de manera mucho más directa y lúcida que a través de la ficción literaria, y esto le condujo, a la postre, a la transformación del género periodístico, de una manera original e inconfundible, en algo que sólo puede calificarse como un género híbrido, a la vez literario e informático, en un estilo que hoy solemos llamar posmoderno, ya que en él la escritura transgrede sin esfuerzos visibles la compartimentación genérica y se convierte en una articulada mezcla en que la información (casi podemos llamarla “erudición”) histórica se nos revela como un relato a la vez imaginativo y veraz, dotado también de una condición que bien podemos llamar “oralidad” y que determina que la voz de su autor llegue a nuestros oídos (a través de la vista) de manera inapelable.
En esto consiste, a mi modo de ver, la contribución original que Galeano aportó a la literatura, no sólo a la uruguaya sino a la literatura como tal, y es la razón de que su nombre trascendiera de la manera en que lo hizo, logrando que sus libros se leyeran en más de 40 lenguas dispersas en el mundo, y que la claridad de su discurso y de su pensamiento conceptual, político y a la vez filosófico, encontrara audiencias receptoras entre las más variadas franjas etarias (adolescentes, jóvenes y mayores) y las más diversas culturas. Libros como Las venas abiertas de América Latina y la trilogía inspiradamente titulada Memoria del fuego, soberbia recuperación de los mitos indígenas y del pasado colonial de América Latina, eran y siguen siendo leídos en universidades de Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo, y los más recientes, como Patas arribaLa escuela del mundo al revés yBocas del tiempo, continúan siendo traducidos y persistirán todavía muchos años, atravesarán varias generaciones, y recordarán el nombre de este escritor que dio a conocer su obra desde un pequeño país del Cono Sur de América.
Por una de esas incomprensibles artimañas del destino o lo que fuera, el mismo día -horas más, horas menos- en que murió Galeano falleció también, a los 88 años, el escritor alemán Günter Grass, autor, entre muchas otras novelas, de El tambor de hojalata, gracias a la cual le fue concedido el premio Nobel. Galeano viajó mucho por el mundo, pero vivió la mayoría de sus años en Uruguay, donde permaneció hasta el fin, y sólo su más bien intempestiva muerte le impidió llegar al fin de un camino que, según muchas autorizadas opiniones, lo habría llevado con toda probabilidad a ser reconocido como el único escritor uruguayo merecedor y ganador del premio Nobel. Para nosotros, es como si lo hubiera logrado.

TOMADO DE: http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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