martes, 28 de abril de 2015

 Militarización y contrainsurgencia

STELLA CALLONI /


Publicado el 4/23/15 • en Contrainjerencia

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STELLA CALLONI – A partir de los años ’90, y después de que en 1983 Panamá se negara a continuar manteniendo la Escuela de las Américas en el Comando Sur en la Zona del Canal, comenzaron a cambiar los planes de dominación sobre el sur. Generales del Comando Sur y sectores de inteligencia de EE UU definieron nuevas estrategias hemisféricas y establecieron un esquema para lo que llamaban “los conflictos de los años 2000″, junto con la necesidad de estar en los territorios regionales antes de que estos sucesos “estallaran”.

El Comando Sur, que llegó a tener 20 bases militares y centros de inteligencia en la Zona del Canal, se había transformado ya en un peligroso “objetivo de retaliación” (de respuesta) ante las nuevas guerras coloniales e intervenciones que se planeaban. Además, EE UU debía salir de Panamá al finalizar 1999 por los Acuerdos Torrijos-Carter de 1977. La estrategia fue trasladar el Comando a La Florida y dispersar –bajo su mando– bases militares, algunas de las cuales ya estaban enclavadas en el continente para la actuación de las Fuerzas de Despliegue Rápido, preparadas para actuar velozmente en la renovada Guerra de Baja Intensidad (GBI). Además de las bases militares también se diseñaron establecimientos en todos los países, varios de ellos de espionaje y para proteger a pequeños comandos de tropas especiales. En el famoso Libro Blanco del Comando Central Aéreo de Estados Unidos, dado a conocer por Hugo Chávez en una reunión de UNASUR en 2009, se habla del papel asignado a nuestra región al reconocer “la inclusión de Suramérica en la estrategia de tránsito, lo que permite lograr dos resultados: ejecutar la estrategia de compromiso regional y ayudar con las rutas de movilidad hacia África. Desafortunadamente no tenemos una estrategia disponible de compromiso en Suramérica que recurra a equipos aéreos”. Ahora han avanzado en esto. En respuesta a la expulsión de la Base de Manta de Ecuador ese mismo año, se anunció la instalación de siete nuevas bases militares en Colombia.
En estos esquemas no se pueden obviar las características de las invasiones en la región casi a finales del siglo XX, como la ocurrida contra la pequeña Isla de Granada en el Caribe en 1983 y en Panamá en diciembre de 1989, y la contrainsurgencia (acciones ilegales) para justificar esto. Algunos autores consideran como bases militares a las que tienen tropas y señalan 49 en la región, mientras que otros agregan a esta cifra los “establecimientos” (radarización y otras construcciones), lo que suma ochenta.
Ya sean bases con tropas o los Sitios de Operaciones de Avanzada, todas estas formaciones confluyen en la red de militarización de los proyectos de recolonización continental, entre los cuales figuran el Plan Colombia o la Iniciativa Mérida, en supuestas guerras antinarcotráfico o antiterroristas, que en ambos casos produjeron un verdadero genocidio. También aparece la “pata civil” de este armado de contrainsurgencia y militarización.
Esta es la llamada “invasión silenciosa”, que funciona desde 1983 bajo el control de organizaciones tales como la Fundación para la Democracia o la Agencia Internacional para el Desarrollo de EE UU (USAID). Bajo estas fundaciones, la “cara social” de la CIA, están las redes de araña de las ONG y los medios masivos de información, concertados bajo un poder único, ubicado estos tiempos en la oficina de GBI y en las guerras psicológicas del Pentágono.
El poder hegemónico maneja el 95% de la distribución de la noticia. Esta es hoy por hoy el arma básica de la injerencia para la desestabilización regional y la guerra bajo distintos métodos, de lo que es reflejo el golpismo. Como dicen sus documentos, para “cubrir las necesidades de control y seguridad” y manejar las amenazas que esta región pueda plantear a EE UU. ¿Quién amenaza a quién?
noticiaspia.org


El Comando Sur de Estados Unidos, reviviendo la guerra fría

Publicado el 4/21/15 • en Contrainjerencia
dea-hondurasLa militarización estadounidense de Honduras, con cinco bases y centros de operaciones además de Palmerola (estratégica para la IV Flota), la invasión de las agencias de Estados Unidos en el continente y la militarización de la región en ascenso, entre otros indicadores, nos muestran que es hora de decir basta al crimen y detener la guerra de baja intensidad, la invasión silenciosa de las fundaciones del poder imperial y la militarización que intenta una recolonización regional en el siglo XXI.
NIL NIKANDROV / STRATEGIC CULTURE – El Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM) ubicado en la localidad de Doral, Florida, es uno de los nueve Comandos de Combate unificados en el Departamento de la Defensa, responsable de brindar planes de contingencia y operaciones en América del Sur, Central y el Caribe. Tiene a su disposición una amplia gama de posibilidades para ser empleadas con ventaja sobre los países de la región, incluyendo el chantaje, evidencias difamatorias acumuladas por los servicios especiales norteamericanos, corruptelas habituales, como por ejemplo, la oferta de sobornos a funcionarios políticos y militares. La presencia militar la justifican por la necesidad de incrementar las actividades militares multinacionales y las operaciones de contingencia. La Base Aérea de Soto Cano, más conocida como Base Aérea Palmerola, es una base militar hondureña que ocupa una extensión de 8 kilómetros cuadrados al sur de Comayagua, es utilizada por los militares norteamericanos desde el año 1983 alberga a la Fuerza Conjunta de Tarea Bravo (JTF-B) la cual incluye a las ARFOR (Fuerzas del Ejército) a AFFOR (Fuerzas de la Fuerza Aérea), JSF (Fuerzas Conjuntas de Seguridad) y al Primer Batallón 228 del Regimiento del Aire que consiste en unos 18 aviones, un conjunto de helicópteros UH-60 Blackhawk y CH-47.
A los latinoamericanos todo el tiempo se les recuerda que las operaciones humanitarias realizadas por el JTF-B incluyen misiones de socorro tales como cuando el Huracán Stan en Guatemala el mes de octubre del 2005 y de apoyo como la Operación Respuesta Unificada en Haití el año 2010 cuando el país sufrió enormes daños a consecuencia de un terremoto.
Algunas cosas son silenciadas. Por ejemplo, Estados Unidos invadió a Panamá (Operación Causa Justa) en el mes de diciembre de 1989 con el pretexto de salvaguardar las vidas de ciudadanos norteamericanos y restaurar la democracia. El número de ciudadanos panameños muertos, no obstante, nunca es mencionado por los propagandistas norteamericanos.
La Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, ALBA es considerada como una amenaza geopolítica por Estados Unidos. Algunos miembros de la Alianza, tales como Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia no están bajo el control de Washington. Estos países implementan políticas independientes y son considerados como enemigos de Estados Unidos. El gobierno de Obama ha lanzado una campaña subversiva sin precedentes contra el gobierno de estos estados. La expansión de la cooperación entre estos gobiernos y China provoca ataques de nervios en Washington. Con mucha frecuencia, los medios latinoamericanos ofrecen publicaciones en estilo guerra fría, por ejemplo: Rusia Hace Demostraciones de Fuerza en Centro y Sur América. Moscú de Manera Agresiva Restablece Influencia en América Latina. Militares Rusos Actúan de Manera Más Asertiva en el Caribe. Las amistosas visitas de unidades navales y de bombarderos estratégicos rusos se utilizan como pretexto para agudizar tensiones a través de los medios. Por ejemplo, uno de ellos informó el año pasado que un navío recolector de inteligencia se estaba desplazando en el Golfo de México y en las cercanías de la costa este de Estados Unidos.
Ancló en La Habana varias veces.
Luego la información fue complementada por una serie de acusaciones contra Rusia, incluyendo algunas en extremo disparatadas. Douglas Farah, conocido como portavoz del Pentágono y de la Agencia Central de Inteligencia, CIA declaró ante el Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental del Senado el día 17 de marzo del 2015 “El gobierno de Maduro es el componente central de la actual empresa criminal que involucra a varios estados y que es llevada a cabo conjuntamente con Irán y la creciente presencia de Rusia, cuyo principal objetivo estratégico es aferrarse al poder por cualquier medio posible y causar daño a Estados Unidos y a sus aliados.” (1)
El gobierno de Obama es particularmente hostil hacia el gobierno de Venezuela. Abriga la esperanza que la caída de Nicolás Maduro desate una reacción en cadena entre los estados que componen el ALBA. En el mes de diciembre de 2014 el presidente Obama firmó el Acta de Venezuela por la Defensa de los Derechos Humanos y de la Sociedad Civil de 2014 promulgándola como ley. A través de esta, impuso sanciones dirigidas a ciertos individuos de Venezuela supuestamente responsables de violaciones a los derechos humanos durante las protestas contra el gobierno el años 2014. Más de diez millones de personas a través del mundo han puesto sus firmas en protesta contra el Acta. Algún tiempo ha transcurrido desde que el presidente Obama emitió el decreto de fecha 9 de marzo de 2015 declarando a Venezuela como amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, sancionando a siete individuos y expresando su preocupación en torno al tratamiento del gobierno venezolano a los opositores políticos.
Según el decreto los siete individuos identificados en la orden, tendrán sus propiedades e intereses en Estados Unidos bloqueados o congelados y a ellos se les negará la entrada al territorio de Estados Unidos. Los ciudadanos norteamericanos también tendrán prohibición de hacer negocios con ellos.
Habitualmente funcionarios de gobierno norteamericanos acusan a Venezuela de violaciones a los derechos humanos, de militarización del país, represión a los medios independientes y a las organizaciones no gubernamentales. Estos funcionarios pronostican el inminente colapso de Venezuela regida por el gobierno de Maduro. El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general John Kelly, dijo el 9 de marzo pasado durante una audiencia en el Senado que Venezuela estaba “cerca del colapso y de la implosión” debido a “su triste situación económica.”
El general norteamericano se refirió a la “triste caída” de Venezuela en una “atrofia económica” causada por la inflación y la escasez de algunos productos de primera necesidad. Como anfitrión de la Cumbre de la Seguridad Energética del Caribe en enero pasado, el vicepresidente Joe Biden, dijo que los días de Nicolás Maduro en el poder estaban contados y que los problemas económicos de Venezuela harían que ella suspendiera la venta de petróleo con descuento.
El Comando Sur aumenta su presencia en la región mientras la alharaca se alza a consecuencia de los esfuerzos propagandísticos. Estados Unidos cuenta con un considerable potencial militar en América Latina. Instalaciones militares norteamericanas se encuentran en Costa Rica (Liberia), El Salvador (Comalapa), Puerto Rico (Roosevelt), Curazao (Hato Rey) y en Cuba (Guantánamo). Y la lista sigue.
En el pasado mes de enero, la República Dominicana firmó un pacto de reciprocidad con Estados Unidos con el objeto de ampliar la cooperación con personal militar norteamericano estacionado temporalmente en el país caribeño. El acuerdo fue firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro y el embajador norteamericano, James W. Brewster. A la ceremonia asistió el Ministro de la Defensa dominicano, William Muñoz Delgado y el General John Kelly, jefe del Comando Sur de Estados Unidos. John Kelly, figura central en la ceremonia estaba radiante. Según el embajador Brewster, el personal norteamericano en la República Dominicana participará en los programas de entrenamiento, ejercicios militares, operaciones humanitarias y otras actividades. Andrés Navarro dijo que el acuerdo le brindará al personal militar y civil norteamericano en misiones temporales, arreglos expeditos para visitas, ejercicios y otras actividades. “El gobierno de la República Dominicana reconoce el valor de los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos a través del Comando Sur en la ardua tarea de combatir el narcotráfico, operaciones de seguridad y de inteligencia y apoyo a actividades similares en el país y en nuestra región, lo cual demuestra una vez más que los vínculos de amistad entre nuestros países,” dijo Navarro.
A fines del mes de marzo, un contingente adicional de militares norteamericanos llegó al Perú. Actualmente, hay por lo menos tres mil quinientos soldados norteamericanos estacionados en Perú. Formalmente, la misión consiste en brindar apoyo a los militares peruanos en su lucha contra Sendero Luminoso (organización insurgente de guerrilla maoísta) y contra el narcotráfico. El personal militar norteamericano está especialmente activo en las áreas cercanas a la frontera entre Perú y Bolivia, Ecuador y Brasil. Analistas políticos peruanos sostienen que el presidente del Perú, Ollanta Humala, no es capaz de oponerse a Estados Unidos en sus esfuerzos por aumentar su presencia militar en el país.
Las noticias sobre la base aérea norteamericana en Honduras han sido notorias últimamente. Las autoridades militares hondureñas anunciaron el 27 de marzo pasado que unos 250 marines de la Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra, llegarán pronto y se estacionarán en la base aérea de Estados Unidos en Soto Cano agregándose a los 600 efectivos estacionados allí anteriormente.
Equipados con catamaranes JHSV Spearhead de alta velocidad, por lo menos cuatro helicópteros CH-53E Super Stallion y posiblemente vehículos de despegue vertical MV-22 de rotor inclinado y tanqueros KC-130 Hércules como parte de la Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra-Sur. La versión oficial sobre su misión es “llevar a cabo entrenamiento de fuerzas en la región, misiones de asistencia humanitaria y operaciones anti narcotráfico.” Está planificado para el futuro cercano ampliar las capacidades de transporte de la agrupación.
Eso es lo que el General de la Marina, John Kelly mencionó en la Conferencia de Seguridad Regional Centro Americana 2015 celebrada en Tegucigalpa el pasado 25 de marzo. El evento reunió a representantes de Colombia, Honduras, México, Guatemala, Panamá, República Dominicana, Chile, Costa Rica y otros estados de América Latina. El general hizo hincapié en que la creación de la fuerza era un paso necesario para mantener la capacidad de respuesta oportuna en situaciones de contingencia en la región.
El Secretario General de la Unión de Naciones Sur Americanas, UNASUR, Ernesto Samper, señaló que los países latinoamericanos deben discutir el retiro de sus territorios de todas las bases militares de Estados Unidos. Según él, el problema debería ser discutido en la séptima Cumbre de las Américas en Panamá pautada para el 10 y 11 del corriente. El secretario general de UNASUR sugiere que la cumbre sería una buena ocasión para “reevaluar las relaciones entre Estados Unidos y América del Sur.” “Un buen punto en la nueva agenda de las relaciones (en América Latina) sería la eliminación de las bases militares de Estados Unidos”, hizo hincapié el ex presidente de Colombia a la agencia de noticias EFE. Samper agregó que las bases son “un remanente de los días de la Guerra Fría y otras contradicciones.”
La próxima cumbre difícilmente va a influir en los planes estratégicos del SOUTHCOM. Durante una audiencia en el Congreso el día 12 de marzo del 2015 el General John Kelly dijo que “Rusia está aplicando una proyección de poder con la intención de erosionar la influencia norteamericana en el Hemisferio Occidental…. Rusia ha cortejado a Cuba a Venezuela y a Nicaragua para tener acceso a puertos y bases aéreas para el reabastecimiento de sus unidades navales y bombarderos estratégicos que operan en el Hemisferio Occidental.”
Estados Unidos implementa una política que apunta hacia el retorno de la Guerra Fría al Hemisferio Occidental. Estados Unidos hará lo mejor que pueda para contrarrestar el proceso de integración que se está dando en América Latina, especialmente en el campo de la cooperación militar. La interacción y la integración final de lo militar del ALBA y de la UNASUR es uno de los problemas más agudos de la agenda.
Venezuela es un claro ejemplo. En el mes de marzo unos 80 mil militares y unos 20 mil civiles participaron en lo que el gobierno denominó la “Operación Escudo Bolivariano”. El gobierno venezolano considera que la unión cívico-militar debe ser la piedra angular de su política nacional. El ejercicio se montó con el objeto de incrementar la capacidad para repeler una agresión de parte de Estados Unidos, si fuera necesario. “Venezuela no es, ni será una Libia, ni un Irak, Venezuela es Venezuela, una tierra de paz y nosotros queremos que se mantenga así,” indicó el Presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Unidades navales de Venezuela y Rusia realizarán el ejercicio VenRus-2015 durante la segunda mitad del año en el Mar Caribe. Un grupo de unidades navales de combate de la Flora Rusa del Mar del Norte, incluyendo al crucero misilístico nuclear “Peter El Grande” como buque insignia participará en el ejercicio de entrenamiento.
Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en
editorial@strategic-culture.org


Los marines estadounidenses crearán una fuerza especial para Latinoamérica con sede en Honduras

Posted on 31 marzo, 2015 by soawlatina

Los marines estadounidenses tienen lista una nueva unidad denominada Special Purpose Marine Air-Ground Task Force-South o SPMAGTF-South (Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra de Marines-Sur) formada por 250 marines que estarán ubicados en la base aérea de Soto Cano en Honduras. Se trata de una unidad especial de respuesta a crisis al estilo de las creada para África (con sede en la base aérea española de Morón en España) denominada Special Purpose Marine Air-Ground Task Force-Crsisis Response (SPMAGTF-CR) o la SPMAGTF-CENT que operará en Oriente Medio.
Las misiones de esta unidad serán la colaboración en adiestramiento con fuerzas de la región, misiones de asistencia humanitaria u operaciones antidroga. Esta nueva unidad alcanzará la actividad entre junio y noviembre y aunque aún no se conocen el origen de las tropas que la formarán, es previsible que procedan principalmente de la Fuerza Expedicionaria de Marines número II (II MEF) con sede en Carolina del Norte.
A pesar de su reducido tamaño, en comparación con las otras dos unidades mencionadas, dispondrá de interesantes recursos, como el catamarán de alta velocidad JHSV Spearhead o cuatro helicópteros pesados CH-53E Super Stallion. De hecho aunque será una unidad basada en tierra se espera que haga uso intensivo de este buque, el primero de la clase JHSV  (Joint High Speed Vessel), como transporte anfibio intra-teatro. De hecho la misión principal de esta nueva familia de buques es el transporte de tropas y medios entre puertos dentro de un teatro de operaciones a alta velocidad, beneficiándose de su diseño derivado de los catamaranes civiles. (J.N.G.)
Fuente: http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=15124:los-marines-estadounidenses-crearan-una-fuerza-especial-para-latinoamerica-con-sede-en-honduras&catid=57:otan&Itemid=186


Organizaciones de la sociedad civil expresan seria preocupación sobre el propuesto Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte durante la Cumbre de las Américas

Sunday, 12 April 2015 17:26 Administrador
Ahora que inician las reuniones en el marco de la Cumbre de las Américas que se lleva a cabo en Panamá, 75 organizaciones de la sociedad civil y grupos de todo el hemisferio enviaron una carta colectiva a los presidentes de El Salvador, Guatemala, Honduras, México y los EE.UU. para expresar su gran preocupación sobre el propuesto Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. Puede leerse en español aquí.
Este plan regional fue desarrollado por los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y el Banco Interamericano de Desarrollo, con apoyo de Estados Unidos. Aunque se creó presuntamente para abordar el flujo de inmigrantes centroamericanos hacia Estados Unidos, defensores de los derechos humanos, líderes laborales y defensores del medioambiente en toda la región temen que el plan empeorará la pobreza y la violencia.

“Una de nuestras más profundas preocupaciones sobre el Plan de la Alianza para la Prosperidad es que perpetúa las mismas políticas económicas que ya han dado paso a una creciente desigualdad”, dijo Kelsey Alford-Jones, Directora Ejecutiva de la Comisión para los Derechos Humanos de Guatemala/USA. “Nos alarman especialmente las propuestas de construcción a gran escala de proyectos de infraestructura y la expansión de las industrias extractivas, las cuales han ocasionado mucho desplazamiento forzoso en toda la región, y que con frecuencia están vinculadas a la violencia contra aquellas comunidades que se organizan para defender sus tierras y sus medios de subsistencia”.

Los firmantes de la carta, incluyendo organizaciones de derechos humanos, ambientales, laborales, de fe, como también organizaciones en pro de la mujer y otros grupos comunitarios, denunciaron la falta de una consulta democrática de las poblaciones afectadas, sosteniendo que el Plan se había desarrollado “a puerta cerrada”.

Se identificó la militarización de la seguridad pública, asociada a la guerra contra las drogas, como una de las principales causas de la crisis de derechos humanos y de refugiados de las regiones afectadas, por lo cual organizaciones defensoras de derechos humanos y otros activistas cuestionaron la continuación de dichas políticas bajo el Plan de la Alianza para la Prosperidad.

“Uno de los mayores peligros que presenta el actual Plan es la propuesta de militarizar las fronteras de Centroamérica”, dijo Laura Embree-Lowry, Directora de Programas del Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (CISPES). “Esto no solamente amenaza con violar el derecho humano a la libre locomoción, sino que además conlleva la probabilidad de ocasionar aún más abusos de todo tipo contra migrantes y refugiados a lo largo de México y Centroamérica”.

Las organizaciones hicieron un llamado a los cinco presidentes: a que inmediatamente lleven a cabo procesos de consulta participativos y democráticos con la población antes de seguir adelante con el Plan; a que desmilitaricen las fuerzas de seguridad; a que aborden los problemas de impunidad y corrupción; a que investiguen y enjuicien crímenes y abusos cometidos contra los migrantes; y a que mejoren y aceleren los servicios para los refugiados, especialmente los que se encuentran en Estados Unidos.

TOMADO DE:  http://noticiasuruguayas.blogspot.com/

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