martes, 14 de abril de 2015

 "¿Quién le dio a Israel el derecho de negar todos los 

derechos?"

Eduardo Galeano:

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién matar.
No mata por error. Matar para el horror. Las víctimas civiles se llaman "daños colaterales", según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez "daños colaterales", tres son niños

Por Eduardo Galeano

Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha pretextos.
Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, con el tiempo multiplicarlos.



Eduardo Galeano: "Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel aconsejó"

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. Ni siquiera pueden respirar sin permiso.
Ellos perdieron su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo.
Ni siquiera tienen derecho a elegir a sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar son castigados.
Gaza está siendo castigada.
Se convirtió en una trampa sin salida desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en 2006.
Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador.
Bañado en sangre, los salvadoreños expió su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares.

La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, atrapados en Gaza, con torpe fuego puntería sobre las tierras que eran palestinos y la ocupación israelí usurpado.
Y la desesperación, al margen de la locura suicida, es la madre de bravatas que niegan el derecho de Israel a existir, gritos sin ninguna eficacia, mientras que la guerra muy efectiva de exterminio está negando, desde hace muchos años, el derecho a la existencia de Palestina.
Tener una Palestina limitada.
 Paso a paso, Israel está borrándolo del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera.
Balas sacralizar el saqueo, en defensa propia.
No hay guerra agresiva que no le indica a ser guerra defensiva.
Hitler invadió Polonia para evitar la invasión de Polonia Alemania.
Bush invadió Irak para evitar que Irak invadir el mundo.
En cada una de sus guerras defensivas, Israel devoró otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen.
El apetito devorador se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y el pánico que generan los palestinos al acecho.
Israel es el país que nunca cumple las recomendaciones ni las resoluciones de la ONU, que nunca acepta las sentencias de los tribunales internacionales, lo burla del derecho internacional, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.
¿Quién le dio el derecho de negar todos los derechos?
¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza?
El gobierno español no podía bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA ni el gobierno británico podría arrasar Irlanda para liquidar el IRA.
¿La tragedia del Holocausto implica una política de impunidad eterna? O la luz verde proviene de la potencia que hace llover que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El ejército israelí, el mundo más moderno y sofisticado, sabe a quién matar. No mata por error. Matar para el horror. Las víctimas civiles se llaman "daños colaterales", según el diccionario de otras guerras imperiales.
En Gaza, de cada diez "daños colaterales", tres son niños.
Y sumado a los miles mutilados, víctimas de la tecnología de representación humana, la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte otro bombardeo, a cargo de la manipulación de los medios de masas, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas.
Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
El llamado "comunidad internacional", ¿verdad? Es más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos adoptan cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, las luces de la hipocresía del mundo otra vez. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altas suenan, las posturas ambiguas, rinden homenaje a sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra.
Debido a la caza Judios fue siempre una costumbre europea, pero la mitad de un siglo que se está pagando la deuda histórica para con los palestinos, que también son semitas y que nunca han sido, o son antisemitas.
Ellos están pagando con el sonido y la sangre constante, la cuenta de otra persona.

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TOMADO DE: http://www.pragmatismopolitico.com.br/

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